Samuel García
Los economistas que trabajan como analistas o asesores en el sector privado están destilando un optimismo en sus pronósticos que no veíamos hace tiempo.
No sería exagerado decir que si los ciudadanos asumimos a pie juntillas lo que esperan los economistas para México en los próximos meses, no tendríamos porqué preocuparnos dado que el futuro económico que pintan sus pronósticos son bastante buenos.
Para que tenga una idea de lo que estamos hablando le doy una lista de los pronósticos que estos economistas encuestados por el Banco de México plantean (encuesta realizada entre el 20 y 29 de marzo pasado) y que, en síntesis, nos dicen que a México le irá ‘viento en popa’ en los próximos meses:
Nos dicen que la economía crecerá 3.69% el primer trimestre y 3.60% el segundo trimestre. Ambas cifras no son para echar las campanas al vuelo, pero sí son mejores que las pronosticadas hace unos cuantos meses.
La inflación será de 3.78% en 2012 y 3.65% para 2013, tasas razonables con tendencia a la baja.
El peso se estima a 12.81 por dólar al cierre de 2012 y 12.92 al cierre de 2013 por lo que la paridad se mantendrá estable en los siguientes 21 meses.
El 88% de los encuestados dijo que los salarios reales aumentarán en el primer semestre de 2012 respecto al segundo semestre de 2011 y el 76% cree que aumentarán en el segundo semestre de 2012 respecto al primero.
Los empleos registrados ante el IMSS (empleos formales) crecerán en 575 mil al finalizar este año, muy por arriba de las expectativas de los últimos 4 meses.
Piensan que la debilidad de la economía mundial tiene un menor peso entre los factores limitantes del crecimiento económico de México.
Esperan que la economía estadounidense, el principal motor de las exportaciones mexicanas, crezca 2.23% en el año y 2.45% en el próximo.
Los encuestados esperan que el precio promedio del barril de petróleo de exportación en 2012 sea de 104.34 dólares, muy por arriba del estimado oficial.
Los flujos de inversión externa se esperan al alza. La inversión extranjera directa alcanzará 20,413 millones de dólares en 2012 y 21,581 millones de dólares para 2013.
Y como corolario de todo lo anterior, el 81% de los economistas encuestados nos dicen que la economía mejorará en los próximos seis meses, y la mitad de ellos afirma que el clima de los negocios para el próximo semestre será mejor que el anterior.
En suma, a la luz de las respuestas, no se puede pedir mayor optimismo para México en medio de tanta incertidumbre global.
El único prietito en el arroz que se encuentra entre los muchos resultados optimistas, es el relativo a las decisiones de inversión. Allí a la pregunta de “¿cómo considera que sea la coyuntura actual de las empresas para efectuar inversiones?”, el 72% de los economistas respondió que “no está seguro”.
Llama la atención que en medio de tanto optimismo sobre los pronósticos de las variables económicas, los economistas no tengan certeza de que éste sea un buen momento para que los empresarios inviertan.
Lo que pasa es que una cosa es lo que dictan los modelos teóricos de los economistas, y otra lo que efectivamente deciden quienes poseen el dinero.
Quizá una pregunta como ésta solo deben responderla los dueños del dinero, y no sus asesores.
Los economistas que trabajan como analistas o asesores en el sector privado están destilando un optimismo en sus pronósticos que no veíamos hace tiempo.
No sería exagerado decir que si los ciudadanos asumimos a pie juntillas lo que esperan los economistas para México en los próximos meses, no tendríamos porqué preocuparnos dado que el futuro económico que pintan sus pronósticos son bastante buenos.
Para que tenga una idea de lo que estamos hablando le doy una lista de los pronósticos que estos economistas encuestados por el Banco de México plantean (encuesta realizada entre el 20 y 29 de marzo pasado) y que, en síntesis, nos dicen que a México le irá ‘viento en popa’ en los próximos meses:
Nos dicen que la economía crecerá 3.69% el primer trimestre y 3.60% el segundo trimestre. Ambas cifras no son para echar las campanas al vuelo, pero sí son mejores que las pronosticadas hace unos cuantos meses.
La inflación será de 3.78% en 2012 y 3.65% para 2013, tasas razonables con tendencia a la baja.
El peso se estima a 12.81 por dólar al cierre de 2012 y 12.92 al cierre de 2013 por lo que la paridad se mantendrá estable en los siguientes 21 meses.
El 88% de los encuestados dijo que los salarios reales aumentarán en el primer semestre de 2012 respecto al segundo semestre de 2011 y el 76% cree que aumentarán en el segundo semestre de 2012 respecto al primero.
Los empleos registrados ante el IMSS (empleos formales) crecerán en 575 mil al finalizar este año, muy por arriba de las expectativas de los últimos 4 meses.
Piensan que la debilidad de la economía mundial tiene un menor peso entre los factores limitantes del crecimiento económico de México.
Esperan que la economía estadounidense, el principal motor de las exportaciones mexicanas, crezca 2.23% en el año y 2.45% en el próximo.
Los encuestados esperan que el precio promedio del barril de petróleo de exportación en 2012 sea de 104.34 dólares, muy por arriba del estimado oficial.
Los flujos de inversión externa se esperan al alza. La inversión extranjera directa alcanzará 20,413 millones de dólares en 2012 y 21,581 millones de dólares para 2013.
Y como corolario de todo lo anterior, el 81% de los economistas encuestados nos dicen que la economía mejorará en los próximos seis meses, y la mitad de ellos afirma que el clima de los negocios para el próximo semestre será mejor que el anterior.
En suma, a la luz de las respuestas, no se puede pedir mayor optimismo para México en medio de tanta incertidumbre global.
El único prietito en el arroz que se encuentra entre los muchos resultados optimistas, es el relativo a las decisiones de inversión. Allí a la pregunta de “¿cómo considera que sea la coyuntura actual de las empresas para efectuar inversiones?”, el 72% de los economistas respondió que “no está seguro”.
Llama la atención que en medio de tanto optimismo sobre los pronósticos de las variables económicas, los economistas no tengan certeza de que éste sea un buen momento para que los empresarios inviertan.
Lo que pasa es que una cosa es lo que dictan los modelos teóricos de los economistas, y otra lo que efectivamente deciden quienes poseen el dinero.
Quizá una pregunta como ésta solo deben responderla los dueños del dinero, y no sus asesores.
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