¿Por qué Calderón sacó las manos?

Salvador García Soto

En el presidente Felipe Calderón ha habido una metamorfosis que ya es más que evidente: del activista del PAN que se veía decidido a no soltar el poder y a hacer hasta lo imposible porque su partido siguiera en el poder, a un jefe de Estado que, acatando las reglas, se bajó de la contienda –al menos de manera pública– y se dedica ahora a recorrer distintos países en visitas oficiales que lo alejan de la sucesión en marcha.

No son pocos los panistas de la cúpula que han notado el cambio y perciben a un Calderón alejado y distante de la campaña presidencial de su partido; incluso, los más suspicaces, sugieren que el presidente podría haber dejado sola a Josefina Vázquez Mota, en una decisión con la que estaría también buscando despresurizar su propia salida de la Presidencia.

El cambio de actitud de Calderón es evidente. El 22 de febrero, en una reunión con consejeros del Grupo Banamex, el presidente dijo, para sorpresa de los asistentes, que Josefina sólo estaba a 4 puntos de distancia de Peña Nieto en las encuestas presidenciales, desatando una ola de criticas por sus comentarios.

Tan solo un mes después, el 28 de marzo, el presidente cambió el tono del discurso, y en un acto con burócratas que muchos interpretaron como una despedida anticipada, dijo que había sido “un honor servir a México”, que no intervendría más en las campañas y comenzó sus giras al extranjero.

¿Qué pasó en ese lapso que hizo cambiar a Calderón de actitud? Una visita que puede haber influido en la transformación del presidente. El 4 de marzo arribó a México el vicepresidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, quien entre otras actividades se reunió en privado, un día después, con el presidente Calderón en Los Pinos, y después recibió, en su habitación de hotel, a cada uno de los tres principales aspirantes a la Presidencia: Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.

Estuvo claro desde entonces que Biden, el segundo de a bordo de la Casa Blanca, vino a operar los intereses de Estados Unidos, que son muchos, en la sucesión presidencial mexicana. La forma en que fue recibido en esa visita fugaz y lo que pudo tratarse en los encuentros privados, tanto con el presidente como con los candidatos, parecen haber influido en las preferencias y las actitudes de actores clave en esta contienda.

¿Qué mensaje vino a traer Joe Biden que a partir de su visita cambiaron ciertas actitudes y se observó a un Calderón mucho más cauto y cuidadoso al grado que inició una serie de visitas al extranjero que lo han llevado de La Habana a Cartagena y hoy se encuentra precisamente en Estados Unidos?

El 29 de febrero, GEA-ISA, encuestadora cercana a Los Pinos y al PAN, dio a conocer una encuesta que levantó revuelo al ubicar a la candidata panista a sólo 7 puntos de distancia del priista Enrique Peña Nieto; pero luego, en apenas 19 días, el 20 de marzo, la misma encuestadora cambió sus resultados y en un nuevo sondeo le dio 15 puntos de ventaja a Peña sobre Vázquez Mota, a la que después darían incluso en un empate técnico con el perredista Andrés Manuel López Obrador.

Tal vez en el mensaje de Biden está la clave para entender porqué hubo un cambio tan drástico en la actitud del presidente, que pasó de la obsesión de hacer ganar al PAN y no devolver al PRI a Los Pinos, a una tersa y hasta frecuente comunicación con Enrique Peña Nieto.

NOTAS INDISCRETAS…Será ignorancia de la historia o será que en pleno siglo XXI los ideales de don Porfirio Diaz están de vuelta en la política mexicana, pero el candidato del PRI al gobierno de Morelos, Amado Orihuela, tiene como slogan de campaña la frase ¨Orden y Progreso¨, sí exactamente la misma con la que el porfiriato impulsó el crecimiento económico y el desarrollo de infraestructura a costa de matar de hambre a los peones en las haciendas ¿Ese es el Nuevo PRI?…Siguen las Escaleras. Buena racha de los dados.

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