Samuel García
La demagogia y las propuestas económicas de corte populista van frecuentemente de la mano durante las campañas electorales y son el ‘pan de cada día’ en las ofertas de los candidatos presidenciales.
Propuestas irresponsables que solo buscan granjearse la simpatía de los votantes.
El fin de semana pasado registramos tres de estas propuestas:
1. El candidato presidencial por el PRI, Enrique Peña Nieto, dijo en Querétaro que se debe fortalecer a Mexicana de Aviación porque “es una aerolínea emblemática que merece que el gobierno la rescate para que retome el vuelo” (El Universal).
Peña Nieto propone utilizar recursos públicos para rescatar a una empresa privada que fue quebrantada por sus ex dueños –entre los que figura el empresario Gastón Azcárraga- debido a su mal manejo y que se benefició de forma poco clara con millonarios créditos concedidos por Bancomext –un banco de desarrollo del Estado- cuando su situación financiera y empresarial ya era comprometida. El rescate con fondos públicos propuesto por Peña Nieto, recuerda a los rescates empresariales llevados a cabo por los gobiernos priístas de antaño que privilegiaron las ganancias privadas frente a las pérdidas públicas que, al final, siempre son pérdidas para los contribuyentes y ciudadanos. Allí están los casos de las líneas aéreas y de los bancos, solo como muestra de la irresponsabilidad y opacidad en el manejo de los recursos públicos de antaño. La historia económica nos ha demostrado en México que la ‘defensa del empleo’ como argumento para rescatar empresas privadas, es una falacia en el mediano plazo.
2. El mismo Peña Nieto fue a Acapulco el fin de semana a comprometer el regreso del tianguis turístico al puerto, esta vez cada dos años. Demagogia pura. La promoción y comercialización del turismo del país es un asunto estratégico para la economía y desarrollo del país. Y lo cierto es que por varios años al gobierno de Guerrero y a las autoridades municipales de Acapulco no les importó conservar y desarrollar el privilegio que siempre tuvieron de organizar el tianguis provocando el deterioro de un símbolo del turismo nacional. Por eso un tianguis itinerante, como lo ha organizado la secretaría de Turismo federal con éxito en su primer año, es una estupenda idea que pone a competir virtuosamente a los sectores de turismo de los gobiernos municipales y estatales del país. Acapulco mismo saldrá ganando. La promesa de Peña Nieto en Guerrero es demagogia pura en un estado que el PRI quiere recuperar.
3. Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, ofreció el viernes pasado incrementar el salario mínimo por encima de la inflación. “Vamos a buscar la recuperación del salario. No podemos, por decreto, fijar una cantidad. Lo que sí establezco como compromiso es que los aumentos salariales se van a dar por encima de la inflación”, dijo en Chalco, Estado de México. El candidato se contradice: no puede fijar por decreto los incrementos salariales, pero sí se compromete a que éstos se incrementarán por encima de la inflación. Peor aún, en México sabemos bien que los incrementos salariales que no se corresponden con la productividad del trabajo terminan perjudicando la generación de los empleos en el futuro. Populismo a la vista, señor López Obrador.
Lástima por las propuestas sensatas e inteligentes; pero hasta ahora se han impuesto la demagogia y el populismo rumbo a la Presidencia.
La demagogia y las propuestas económicas de corte populista van frecuentemente de la mano durante las campañas electorales y son el ‘pan de cada día’ en las ofertas de los candidatos presidenciales.
Propuestas irresponsables que solo buscan granjearse la simpatía de los votantes.
El fin de semana pasado registramos tres de estas propuestas:
1. El candidato presidencial por el PRI, Enrique Peña Nieto, dijo en Querétaro que se debe fortalecer a Mexicana de Aviación porque “es una aerolínea emblemática que merece que el gobierno la rescate para que retome el vuelo” (El Universal).
Peña Nieto propone utilizar recursos públicos para rescatar a una empresa privada que fue quebrantada por sus ex dueños –entre los que figura el empresario Gastón Azcárraga- debido a su mal manejo y que se benefició de forma poco clara con millonarios créditos concedidos por Bancomext –un banco de desarrollo del Estado- cuando su situación financiera y empresarial ya era comprometida. El rescate con fondos públicos propuesto por Peña Nieto, recuerda a los rescates empresariales llevados a cabo por los gobiernos priístas de antaño que privilegiaron las ganancias privadas frente a las pérdidas públicas que, al final, siempre son pérdidas para los contribuyentes y ciudadanos. Allí están los casos de las líneas aéreas y de los bancos, solo como muestra de la irresponsabilidad y opacidad en el manejo de los recursos públicos de antaño. La historia económica nos ha demostrado en México que la ‘defensa del empleo’ como argumento para rescatar empresas privadas, es una falacia en el mediano plazo.
2. El mismo Peña Nieto fue a Acapulco el fin de semana a comprometer el regreso del tianguis turístico al puerto, esta vez cada dos años. Demagogia pura. La promoción y comercialización del turismo del país es un asunto estratégico para la economía y desarrollo del país. Y lo cierto es que por varios años al gobierno de Guerrero y a las autoridades municipales de Acapulco no les importó conservar y desarrollar el privilegio que siempre tuvieron de organizar el tianguis provocando el deterioro de un símbolo del turismo nacional. Por eso un tianguis itinerante, como lo ha organizado la secretaría de Turismo federal con éxito en su primer año, es una estupenda idea que pone a competir virtuosamente a los sectores de turismo de los gobiernos municipales y estatales del país. Acapulco mismo saldrá ganando. La promesa de Peña Nieto en Guerrero es demagogia pura en un estado que el PRI quiere recuperar.
3. Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, ofreció el viernes pasado incrementar el salario mínimo por encima de la inflación. “Vamos a buscar la recuperación del salario. No podemos, por decreto, fijar una cantidad. Lo que sí establezco como compromiso es que los aumentos salariales se van a dar por encima de la inflación”, dijo en Chalco, Estado de México. El candidato se contradice: no puede fijar por decreto los incrementos salariales, pero sí se compromete a que éstos se incrementarán por encima de la inflación. Peor aún, en México sabemos bien que los incrementos salariales que no se corresponden con la productividad del trabajo terminan perjudicando la generación de los empleos en el futuro. Populismo a la vista, señor López Obrador.
Lástima por las propuestas sensatas e inteligentes; pero hasta ahora se han impuesto la demagogia y el populismo rumbo a la Presidencia.
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