Pero sigue siendo el rey

Marco A. Flota / Grillotina

Un candidato del Verde Ecologista, partido que está en plena campaña para lograr la prohibición de las crueles corridas de toros en México, fue balconeado: Subieron a Internet fotos en las que blande orgulloso un rifle, mientras a sus pies yace, muerto, un alce. Y el pobre hombre está en riesgo de perder el hueso que ya consideraba seguro.

Pero en todas partes se cuecen habas. Y en España fabadas:

En la Madre Patria se traen enorme escándalo porque el rey Juan Carlos sufrió un accidente mientras practicaba el deporte. Lo que en sí no es criticable: Barack Obama tuvo una luxación cuando jugaba basquetbol, quizá entrenando para que no le levanten la canasta en la próxima elección. Y algún presidente de cierta república se cae seguido de la bicicleta y en alguna ocasión tuvo varias semanas un brazo en cabestrillo (además de que lleva un sexenio encabritado).

Lo que tiene indignado a los españoles es que su rey se accidentó en un país africano... durante una cacería de elefantes, que es considerado un deporte. Y eso de que un mandatario se dedique a acribillar elefantes está muy mal visto. Terroristas de la ETA pase, jueces antifranquistas como Garzón también.

¿Pero qué delito han cometido los pobrecitos paquidermos?

(Es la definición zoológica de los elefantes: Paquidermos. Y hasta corre por ahí el chascarrillo de que se parecen a la televisión, porque los elefantes son paquidermos y la tele es pa que duermas).

Y este hecho ha coincidido con otro más lamentable: Días antes, un nieto del mismo Juan Carlos se disparó accidentalmente en un pie, mientras jugaba con una escopeta de tres cañones. Por lo cual ya se comenta que a Felipe Juan Froilán Marichalar y de Borbón- así se llama el nietecito- no le permiten ver en la tele la película de “Dumbo”, porque es capaz de fusilar al elefantito.

La opinión pública española, pues, está en favor de los paquidermos y en contra del rey que también es elefante, pero blanco: Meramente decorativo.

También en México este asunto ha causado indignación, pero no en contra del rey sino del imprudente elefante que pudo haber provocado la caída de Su Majestad, con resultado de una fractura en la cadera. En cambio los españoles, que estaban orgullosos de la conquista por su futbolista Piqué de las caderas de Shakira, ahora trinan contra la cadera real.

Y es que en México Juan Carlos tiene buen cartel. Porque recordamos que obligó a Vicente Fox a mandarse hacer unas botas, pero de charol, para cumplir con la etiqueta al asistir a una cena que le ofreció en el Palacio de la Zarzuela. Aunque quizá fue en venganza, porque previamente, cuando el rey vino a México, Fox lo llevó a su rancho para que saludara a su señora madre, paisana del monarca, lo que fue un buen detalle, pero además lo hizo comer mole y carnitas.

(Se comentó entonces que don Chente le presentó a Juan Carlos a un colega: Su caballo preferido llamado “El Rey”. Por cierto el rejoneador ibero Hermozo de Mendoza tenía un caballo llamado “Cagancho”, pero no era alusión a Fox).

O sea que el Rey Juan Carlos recibe la crítica de media población española y ni modo de que les grite como a Hugo Chávez: “¿Por qué no te callas?” Sin embargo, lo que digan sus súbditos lo tiene sin cuidado, se dirá ahí en la cama del hospital:

“¡Pero sigo siendo el Rey!”

¡RRIINNGG!

-Bueno, el PRI...
-¿Es cierto que mientras Peña Nieto tiene una flota aérea López Obrador vuela en líneas comerciales?
-Si, pero es que Dios no le dio alas a...los Pejes.

EPIGRILLO

A Presidenta argentina
acaba de regañar.
Como en canción nada fina,
Felipe a María Cristina
¡ahora quiere gobernar!

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