Perdiendo el tiempo

Jorge Diaz

Las cosas no han cambiado dramáticamente en lo que a sondeos se refiere. Son todas las casas encuestadoras más importantes del país las que, números más números menos, coinciden en las posiciones que ocupan los aspirantes a ocupar la silla presidencial.

Puede ser sumamente atractivo para los medios de comunicación y las redes sociales la batalla que se libra por el segundo lugar entre Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador, porque el suspenso y la adrenalina siempre serán parte del entretenimiento. Sin embargo, de nada sirve que el tiempo pase sin que se defina un contrapeso real en la campaña frente a la locomotora priista.

Me atrevo a decir que ésta estéril batalla por ver quién pierde en segundo y quién lo hace en tercero (mediocridad absoluta) es hasta un distractor de lo verdaderamente urgente y necesario para convertir esta contienda en algo que nos traiga beneficios.

Si la ciudadanía no se decide pronto a tumbar a un candidato en las encuestas y se concentra en el apoyo a uno de esos dos para que el puntero se vea exigido y de convertirse en ganador sepa que tiene un contrapeso importante por parte de quien en realidad le peleó la silla, el mensaje que recibirá es que tiene carta libre para hacer y deshacer en el sexenio. De por sí, ya sabemos que toda vez que asciende al poder el presidente de México es cuasi omnipotente, imagínese lo que será sabiendo que la tuvo facilísima en la contienda, sin que nadie le diera pelea.

Y hablo de la ciudadanía porque de otra forma no veo cómo los candidatos por sí solos lo puedan lograr, ellos están perdiendo el tiempo en conflictos internos, en reivindicaciones y en toda clase de asuntos que a estas alturas deberían estar superados.

Son los electores los que deben convertirse en los verdaderos protagonistas de esta elección y habiéndolo logrado, tener toda la autoridad moral para cobrárselo a quien resulte ganador. Me pregunto si lo que estoy tratando de decir es si ya es hora de que los mexicanos demostremos mayoría de edad, porque del lado de los políticos, aun no se puede esperar esa madurez.

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