Rosa Elvira Vargas / Enviada La Jornada
Con los astros alineados en su favor, como definiera aquí un priísta de muchos años el momento por el que atraviesa la campaña de Enrique Peña Nieto, la estancia del abanderado presidencial de PRI-PVEM en esta capital resultó en un día de muchedumbres y respaldo empresarial.
Exultante, el mexiquense dejó a un lado la cortesía para con el gobierno de Felipe Calderón por cuyas políticas, dijo, hoy el país tiene mala imagen y ha perdido liderazgo en el plano internacional, y hasta le devolvió sus frases propagandísticas con los datos del crecimiento de pobres, la violencia, el desempleo y demás. Incluso se dio el lujo de ser autocrítico al admitir el amplio rechazo hacia los políticos, a quienes se ve, aseguró, como sinónimo de ineficacia y corrupción, porque además hay señales e indicios que así lo acreditan.
Ufano de su ventaja en las preferencias electorales, pidió a los priístas no confiarse y hacer ésta más grande para llegar a la Presidencia y dar resultados, porque esa, había dicho también, será la única manera de revertir el desgaste, descrédito, descalificación, señalamientos y desprestigio del PRI.
Respondió a interrogantes sobre su estado de salud. Aseguró sentirse muy bien, pues además disfruto mucho de la campaña. Entonces envió un mensaje a su contrincante Josefina Vázquez Mota, quien la víspera se mareó en un acto público: deseo que no sea nada y que tenga una pronta recuperación, si tuviera algo, pero creo que no es eso.
Consideró normal el agotamiento derivado de una campaña electoral, pero realizarla es algo fundamental, destacó, como experiencia y posibilidad de conocer directamente a la gente y sus problemas. Insistió en su propuesta de hace varias semanas –no en esta coyuntura– de pedir a la Universidad Nacional Autónoma de México que realice un examen médico a los candidatos presidenciales.
En Hermosillo, tanto los escenarios como los auditorios congregados para verlo y escucharlo le manifestaron adhesión. Y en todos estuvo la operación política y la presencia de su ex contrincante Manlio Fabio Beltrones. En correspondencia, Peña Nieto se volcó en reconocimientos y elogios para aquél. Y quedó claro un evidente y refrendado pacto entre ambos.
Acompaño al candidato Peña Nieto seguro que él, sus propósitos, sus propuestas, su acción y su compromiso, son una garantía para transformar al país, dijo el ex gobernador de Sonora.
Y es que los dos políticos viajaron juntos desde la ciudad de México. Estuvieron así en los actos programados y en los que no: la fábrica de las famosas coyotas de Villa de Seris (la tradicional de doña María, fundada en 1954), en una visita fuera de agenda a un albergue para niños con cáncer del Movimiento Ras, así como en la comida con empresarios, donde el mexiquense insistió en abrir Pemex al capital privado, ofreció mayores créditos vía banca de desarrollo, una reforma fiscal, apoyo a proyectos turísticos y al agro.
Y también lo tuvo como orador en el mitin ante unas 4 mil personas, donde el aspirante priísta encaró al gobierno federal y el discurso de Felipe Calderón: cómo decir que vamos bien si hoy hay más violencia, más inseguridad, más desempleo y pobreza.
Ahí firmó uno más de sus compromisos: lograr en seis años la cobertura universal de preparatoria, y de nuevo arremetió contra la administración del PAN: en lugar de ir hacia adelante vamos para atrás, porque hay más violencia, inseguridad, desempleo y pobreza; ofreció devolver a México la paz, la seguridad, la tranquilidad y la libertad que se le ha robado a la gente y que las familias puedan volver a salir a las calles.
Aseguró: México ya no puede estar cargando con más pobres en pleno siglo XXI, y criticó la política asistencialista, la de los programas para paliar la pobreza, mas no para lograr el desarrollo de las familias.
No se puede tener como única herramienta para este propósito la entrega de apoyos, despensas y otros recursos a quienes viven en esa condición, y aunque sí, debe mantenerse, en tanto no sea posible incorporar a esos sectores a la actividad productiva, pero difícilmente esto podrá lograrse si no se les abren oportunidades de mayor desarrollo y de crecimiento económico para el país, resaltó.
Peña Nieto siguió con su estrategia de apuntalar a los candidatos locales y a los postulados para el Congreso por el PRI y en la alianza con el PVEM. Esta vez se fue contra la administración panista de Sonora, de la cual, apuntó, sabemos lo que son capaces de hacer, mientras hacía señas de comillas con ambas manos.
Fue el quinto día de campaña de Peña Nieto, en el cual fue evidente la confianza que sienten él y su equipo por su posición en las encuestas, y en el que insistió en reproducir –lo dice abiertamente– el esquema de rubricar compromisos específicos en cada lugar, como lo hizo en el estado de México.
Pero también, un día en el que se le alinearon los astros y por eso desde ya, apenas en los inicios, pareciera que aquí ya suenan las fanfarrias… y Peña Nieto emite frases de este corte: Debemos dejar atrás la incertidumbre y la oscuridad; México tiene sed de cambio, merece grandeza y sólo el PRI se la va a dar.
Con los astros alineados en su favor, como definiera aquí un priísta de muchos años el momento por el que atraviesa la campaña de Enrique Peña Nieto, la estancia del abanderado presidencial de PRI-PVEM en esta capital resultó en un día de muchedumbres y respaldo empresarial.
Exultante, el mexiquense dejó a un lado la cortesía para con el gobierno de Felipe Calderón por cuyas políticas, dijo, hoy el país tiene mala imagen y ha perdido liderazgo en el plano internacional, y hasta le devolvió sus frases propagandísticas con los datos del crecimiento de pobres, la violencia, el desempleo y demás. Incluso se dio el lujo de ser autocrítico al admitir el amplio rechazo hacia los políticos, a quienes se ve, aseguró, como sinónimo de ineficacia y corrupción, porque además hay señales e indicios que así lo acreditan.
Ufano de su ventaja en las preferencias electorales, pidió a los priístas no confiarse y hacer ésta más grande para llegar a la Presidencia y dar resultados, porque esa, había dicho también, será la única manera de revertir el desgaste, descrédito, descalificación, señalamientos y desprestigio del PRI.
Respondió a interrogantes sobre su estado de salud. Aseguró sentirse muy bien, pues además disfruto mucho de la campaña. Entonces envió un mensaje a su contrincante Josefina Vázquez Mota, quien la víspera se mareó en un acto público: deseo que no sea nada y que tenga una pronta recuperación, si tuviera algo, pero creo que no es eso.
Consideró normal el agotamiento derivado de una campaña electoral, pero realizarla es algo fundamental, destacó, como experiencia y posibilidad de conocer directamente a la gente y sus problemas. Insistió en su propuesta de hace varias semanas –no en esta coyuntura– de pedir a la Universidad Nacional Autónoma de México que realice un examen médico a los candidatos presidenciales.
En Hermosillo, tanto los escenarios como los auditorios congregados para verlo y escucharlo le manifestaron adhesión. Y en todos estuvo la operación política y la presencia de su ex contrincante Manlio Fabio Beltrones. En correspondencia, Peña Nieto se volcó en reconocimientos y elogios para aquél. Y quedó claro un evidente y refrendado pacto entre ambos.
Acompaño al candidato Peña Nieto seguro que él, sus propósitos, sus propuestas, su acción y su compromiso, son una garantía para transformar al país, dijo el ex gobernador de Sonora.
Y es que los dos políticos viajaron juntos desde la ciudad de México. Estuvieron así en los actos programados y en los que no: la fábrica de las famosas coyotas de Villa de Seris (la tradicional de doña María, fundada en 1954), en una visita fuera de agenda a un albergue para niños con cáncer del Movimiento Ras, así como en la comida con empresarios, donde el mexiquense insistió en abrir Pemex al capital privado, ofreció mayores créditos vía banca de desarrollo, una reforma fiscal, apoyo a proyectos turísticos y al agro.
Y también lo tuvo como orador en el mitin ante unas 4 mil personas, donde el aspirante priísta encaró al gobierno federal y el discurso de Felipe Calderón: cómo decir que vamos bien si hoy hay más violencia, más inseguridad, más desempleo y pobreza.
Ahí firmó uno más de sus compromisos: lograr en seis años la cobertura universal de preparatoria, y de nuevo arremetió contra la administración del PAN: en lugar de ir hacia adelante vamos para atrás, porque hay más violencia, inseguridad, desempleo y pobreza; ofreció devolver a México la paz, la seguridad, la tranquilidad y la libertad que se le ha robado a la gente y que las familias puedan volver a salir a las calles.
Aseguró: México ya no puede estar cargando con más pobres en pleno siglo XXI, y criticó la política asistencialista, la de los programas para paliar la pobreza, mas no para lograr el desarrollo de las familias.
No se puede tener como única herramienta para este propósito la entrega de apoyos, despensas y otros recursos a quienes viven en esa condición, y aunque sí, debe mantenerse, en tanto no sea posible incorporar a esos sectores a la actividad productiva, pero difícilmente esto podrá lograrse si no se les abren oportunidades de mayor desarrollo y de crecimiento económico para el país, resaltó.
Peña Nieto siguió con su estrategia de apuntalar a los candidatos locales y a los postulados para el Congreso por el PRI y en la alianza con el PVEM. Esta vez se fue contra la administración panista de Sonora, de la cual, apuntó, sabemos lo que son capaces de hacer, mientras hacía señas de comillas con ambas manos.
Fue el quinto día de campaña de Peña Nieto, en el cual fue evidente la confianza que sienten él y su equipo por su posición en las encuestas, y en el que insistió en reproducir –lo dice abiertamente– el esquema de rubricar compromisos específicos en cada lugar, como lo hizo en el estado de México.
Pero también, un día en el que se le alinearon los astros y por eso desde ya, apenas en los inicios, pareciera que aquí ya suenan las fanfarrias… y Peña Nieto emite frases de este corte: Debemos dejar atrás la incertidumbre y la oscuridad; México tiene sed de cambio, merece grandeza y sólo el PRI se la va a dar.
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