Jorge Diaz
Las campañas por la presidencia empiezan a tomar un tinte infantil. Acusaciones innecesarias por conocidas, llenan los periódicos y noticieros mientras nos quedamos esperando las cosas nuevas, las que nos den esperanza. Ahí tenemos a la candidata Vázquez Mota advirtiéndoles a los ciudadanos que si regresa el PRI, se perderá el siglo XXI. Por su parte el priista, Peña Nieto, le revira diciendo que se han perdido los primeros doce años de éste siglo, precisamente porque nos ha gobernado el PAN.
Yo me pregunto qué se hace en estos casos, cuando ambos tienen la razón. La clase política en México y sus apéndices; es decir, organizaciones sindicales, funcionarios corruptos y empresarios rapases, se han encargado de dilapidar toda posibilidad de que México sea un país para todos, próspero, justo y de oportunidades. Lo anterior, toca a todos los partidos y personajes por igual; cuando se trata de la presidencia, habremos de considerar al PRI y al PAN, pero en los Estados, el resto está incluido.
Luego están AMLO y Quadri, declarando durante el fin de semana sobre corrupción y el combate a la misma, no veo por dónde ambos personajes puedan sostener que los partidos que representan y las personas que los rodean, son dechados de virtud intachables ¿Con qué cara?
Por lo visto, estas campañas seguirán el mismo camino que las anteriores inmediatas, declaraciones vanas y un tufo a viejo que desde ahora es insoportable. Nadie sorprende con ideas modernas o propuestas atrevidas, todo se centra en las acusaciones que ya conocemos y la pretensión de ganar mediante el comparativo más humillante: quién es menos malo.
Sería deseable que los candidatos se alejaran de la frase barata y sin contenido y comenzaran a proponer acciones reales a través de las cuales se comprometieran a aplicar la ley, para frenar el deterioro en el que estamos metidos y podamos rescatar lo que queda del país para las generaciones futuras.
No será diciendo que se quiere combatir tal o cual cosa como se resolverá, el profesionalismo y compromiso que se requiere por parte de ellos, exige la presentación seria de los mecanismos que echarán a andar para resolver los problemas graves.
De la baraja presidencial actual, no veo de dónde pueda salir quien nos demuestre y explique que las cosas van a cambiar para bien, su dinámica es exactamente igual a la de los anteriores aspirantes en sexenios pasados; mientras esto siga así, no sólo se habrán perdido siglos, se perderán milenos.
Las campañas por la presidencia empiezan a tomar un tinte infantil. Acusaciones innecesarias por conocidas, llenan los periódicos y noticieros mientras nos quedamos esperando las cosas nuevas, las que nos den esperanza. Ahí tenemos a la candidata Vázquez Mota advirtiéndoles a los ciudadanos que si regresa el PRI, se perderá el siglo XXI. Por su parte el priista, Peña Nieto, le revira diciendo que se han perdido los primeros doce años de éste siglo, precisamente porque nos ha gobernado el PAN.
Yo me pregunto qué se hace en estos casos, cuando ambos tienen la razón. La clase política en México y sus apéndices; es decir, organizaciones sindicales, funcionarios corruptos y empresarios rapases, se han encargado de dilapidar toda posibilidad de que México sea un país para todos, próspero, justo y de oportunidades. Lo anterior, toca a todos los partidos y personajes por igual; cuando se trata de la presidencia, habremos de considerar al PRI y al PAN, pero en los Estados, el resto está incluido.
Luego están AMLO y Quadri, declarando durante el fin de semana sobre corrupción y el combate a la misma, no veo por dónde ambos personajes puedan sostener que los partidos que representan y las personas que los rodean, son dechados de virtud intachables ¿Con qué cara?
Por lo visto, estas campañas seguirán el mismo camino que las anteriores inmediatas, declaraciones vanas y un tufo a viejo que desde ahora es insoportable. Nadie sorprende con ideas modernas o propuestas atrevidas, todo se centra en las acusaciones que ya conocemos y la pretensión de ganar mediante el comparativo más humillante: quién es menos malo.
Sería deseable que los candidatos se alejaran de la frase barata y sin contenido y comenzaran a proponer acciones reales a través de las cuales se comprometieran a aplicar la ley, para frenar el deterioro en el que estamos metidos y podamos rescatar lo que queda del país para las generaciones futuras.
No será diciendo que se quiere combatir tal o cual cosa como se resolverá, el profesionalismo y compromiso que se requiere por parte de ellos, exige la presentación seria de los mecanismos que echarán a andar para resolver los problemas graves.
De la baraja presidencial actual, no veo de dónde pueda salir quien nos demuestre y explique que las cosas van a cambiar para bien, su dinámica es exactamente igual a la de los anteriores aspirantes en sexenios pasados; mientras esto siga así, no sólo se habrán perdido siglos, se perderán milenos.
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