Padre Solalinde denuncia amenazas de muerte

Apro

El sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, responsable de la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México, denunció amenazas de muerte en su contra, así como una campaña de linchamiento hacia los migrantes centroamericanos que se refugian en el alberge “Hermanos en el Camino”.

Luego de acudir a la presentación del libro La Bestia, del periodista independiente Pedro Ultreras, el prelado explicó que en los próximos días la Dimensión Pastoral, a la que pertenece, decidirá si interpone denuncias penales por las amenazas que recibió y que ocurrieron pese a que tiene medidas cautelares ordenadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“Son dos amenazas de muerte en menos de 15 días, vienen de la misma fuente y están relacionadas con la delincuencia organizada, con personas que no nos quieren y que están sistemáticamente contra nosotros. Aquí lo grave de esto es que el municipio de Ixtepec no se deslinda de esas personas”, acusó el presbítero.

En entrevista con Apro, Salalinde Guerra explicó que el pasado domingo 1, un vecino conocido de Ixtepec acudió al albergue para alertarlo de que se había contratado a un sicario para asesinarlo.

Ese anuncio lo recibió un día después de que se descubrió el cadáver descuartizado de un joven en ese municipio, hecho del que un grupo de habitantes de la región pretendía responsabilizar a los migrantes para generar un ambiente de animadversión en su contra, pero el sacerdote impidió que eso ocurriera.

Los oaxaqueños antiinmigrantes “estaban enojadísimos porque prácticamente desmantelé su montaje contra los migrantes con la familia de este muchacho. Dos de ellos trataron de agredirme y otros más me estaban esperando afuera, gritando cosas horribles. Yo salí de las exequias resguardado por policías y ellos oyeron todo”, contó.

Asimismo, señaló que una persona con el nombre de Carlos Tirado encabeza el Grupo de Rescate Urbano, que cuenta con el apoyo de autoridades municipales para “llegar a los eventos antes que la policía, porque tienen intervenida su frecuencia, y después acusar a los migrantes de cualquier desgracia que pase en la región. Para desprestigiar a los migrantes y a quienes los apoyamos, cuentan con un periódico de Juchitán que se llama Punto Crítico”, añadió.

La amenaza más reciente contra Solalinde ocurrió el pasado domingo 15, luego de que el sacerdote confrontó a personas que insultaban a indocumentados centroamericanos que llegaban a descansar a su albergue.

“Te vamos a matar”, le gritaron hombres que viajaban en un vehículo que se estacionó frente al albergue.

“Yo estaba recibiendo a los migrantes, llegaron mil 500, cuando en ese momento se presenta un carro sin placas que dijo ser de un médico de ahí. De repente aparecen tres personas más y empezaron a insultar a los migrantes, a agredirlos, y yo los defendí. Enseguida se vinieron contra mí insultándome, diciéndome que yo era un pollero. Me advirtieron que me iban a matar”, narró el sacerdote.

Solalinde lamentó la existencia de “campañas constantes de linchamiento” en la región, y resaltó que las reciente amenazas de muerte se suman al hostigamiento permanente que ha sufrido por defender a los migrantes.

En ese sentido, destacó que hay dos averiguaciones previas en su contra, iniciadas por autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM), en las que lo acusan de traficante de menores y de abandono de migrantes, asuntos que se desvanecieron por falta de pruebas.

“Hay un plan y un sicario pagado para matarme”, reiteró el cura al señalar que las medidas cautelares ordenadas por la CIDH están a cargo del estado de Oaxaca por la desconfianza que tiene a las autoridades federales.

“Prefiero andar solo que atenerme a los federales. Ahorita por lo menos estoy vivo, pero me queda claro que quien me ha cuidado es Dios”, sostuvo.

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