Carlos Ramírez / Indicador Político
Además de mantener las leyes patrióticas de George W. Bush con todo y violación de derechos humanos y de usar el aparato de espionaje contra ciudadanos estadounidenses, ahora el presidente Barack Obama ha enarbolado el asesinato de Estado como bandera de campaña para su reelección.
Un spot oficial de campaña de Obama usa electoralmente el asesinato del líder terrorista Osama bin Laden en mayo de 2011, pero lo hace en un sentido criminal preguntando si el virtual candidato republicano Mitt Romney se atrevería a tomar una decisión similar. Se trataría de un giro estratégico de Obama, pues en las primarias del 2008 criticó a la precandidata demócrata Hillary Clinton de usar a bin Laden como bandera de campaña.
Como si fuera juego electrónico, ahora la competencia por la presidencia de los EU va a sustentarse en la capacidad criminal de los gobernantes, no en lo que decía la vieja tradición: ¿quién es capaz de ser el líder del mundo occidental? A este juego se ha sumado el carismático Bill Clinton, ídolo de intelectuales progresistas del mundo, al usarlo en un spot de televisión justamente para hacer la pregunta de si Romney sería capaz de ordenar el ataque criminal contra terroristas, aunque como presidente Clinton vaciló cuando tenían en la mira a bin Laden y decidió no autorizar el asesinato.
De acuerdo con las primeras estimaciones, el endurecimiento del discurso electoral de Obama tiene que ver con su baja situación en las encuestas: su popularidad y aceptación tiene meses de estar debajo de la línea de flotación de 50%, los primeros sondeos electorales lo colocan casi en un empate técnico con Romney y la recesión económica sigue siendo el lastre electoral, además de que parece estar fracasando el dulcecito de la reforma migratoria para convencer a los hispanos que quedaron decepcionados del incumplimiento de esa promesa de campaña en el 2008, a pesar de estar usando a actrices comerciales hispanas como promotoras de su campaña.
También hay otros indicios de la desesperación de Obama por su baja posición en las encuestas electorales. De nueva cuenta sacaron las cuentas del viaje de vacaciones de su esposa, Michelle Obama, a España, a donde se llevó hasta el perro en condiciones de lujo. La señora Obama le ha entrado a la campaña, aunque con manipulaciones equivocadas que pudieran estar violando los derechos de los niños: en una reunión reciente, la esposa del presidente de los EU pidió a los niños en San Francisco que le dijeran a sus abuelos que estarían cometiendo “un error” si no votaban por su esposo Obama.
En el escenario de cuestionamientos al saldo de su primera presidencia, la estrategia electoral de Obama parece estar tomada de la que usó el presidente George W. Bush en las elecciones del 2004: el miedo. Así, con una economía crítica que no levanta cabeza y con un saldo de pobreza mayor al que dejó su antecesor, Obama va a centrar su campaña en el miedo al terrorismo. De ahí que haya redefinido su política de defensa en un punto que aún no ha sido analizado por los especialistas: de la estrategia de contención a la guerra preventiva.
Lo malo de estos cambios es que Obama quería convertirse en el presidente de la crisis social interior, en el diseñador de políticas que ayudarán a salir a los pobres de su condición de marginación y abandono y en el fundador de nuevos derechos sociales que después se convirtieran en el punto de partida de políticas públicas de Estado social; pero con un desempleo cercano al 10%, con una deuda de 5.2 trillones de dólares que lo convirtió en el presidente deudor más grande de los EU --por encima de Bush y Clinton--, Obama encontró el resquicio electoral en el Estado de seguridad nacional, aunque siga careciendo de experiencia y sensibilidad para entender la geopolítica del imperio.
El uso del asesinato de Obama como bandera de campaña tiene cuando menos tres hilos conductores: el mantenimiento de la política antiterrorista de Bush con todo y el uso de tribunales militares para juzgar a civiles y la suspensión arbitraria de derechos humanos de los sospechosos, la existencia de un memorándum secreto para hacer legal el asesinato de ciudadanos estadounidenses (http://www.nytimes.com/2011/10/09/world/middleeast/secret-us-memo-made-legal-case-to-kill-a-citizen.html?pagewanted=all) y que fue usado para justificar el asesinato de Anwar al-Awlaki, nacido en los EU, pero convertido a la religión musulmana radical y el uso de aviones no tripulados para espiar a ciudadanos estadounidenses dentro de los EU, siempre bajo el temor al terrorismo.
Y también como parte de la campaña electoral, el Gobierno de EU acaba de difundir un memorándum breve del que era director de la CIA en el 2011, Leon Panetta --hoy secretario de Defensa del gabinete de Obama--, en el que registraba la autorización del presidente Obama de “proceder con el asalto” a la casa donde se había localizado a Osama bin Laden. “Los riesgos adicionales, dice el breve texto manuscrito, deben ser llevados de nuevo al presidente para su consideración”, y uno de esos riesgos era si matar o no a bin Laden. Al final el líder terrorista fue abatido y oficialmente su cadáver fue echado al mar, aunque Stratfor, según Wikileaks, semana que los restos fueron enviados a la morgue militar de Dover, en territorio de los EU para su estudio.
De acuerdo con el registro de encuestas de Real Clear Politics, Obama ha mantenido una ligera ventaja de alrededor de 2 puntos arriba o abajo del cruce de líneas entre desaprobación/aprobación, pero la de aceptación ha estado debajo de 50%. Y la ventaja de Obama sobre Romney en las últimas semanas oscila entre 3.5 a favor del presidente a 1% a favor de Romney, lo que hablaría realmente de un empate técnico. Los datos deben considerar que Obama es el presidente en funciones y Romney apenas candidato virtual luego de una dura competencia republicana, es decir, que Romney aún no empieza su campaña.
Pero lo significativo es que Obama ya definió el tema de su campaña: el miedo, al estilo George W. Bush.
Además de mantener las leyes patrióticas de George W. Bush con todo y violación de derechos humanos y de usar el aparato de espionaje contra ciudadanos estadounidenses, ahora el presidente Barack Obama ha enarbolado el asesinato de Estado como bandera de campaña para su reelección.
Un spot oficial de campaña de Obama usa electoralmente el asesinato del líder terrorista Osama bin Laden en mayo de 2011, pero lo hace en un sentido criminal preguntando si el virtual candidato republicano Mitt Romney se atrevería a tomar una decisión similar. Se trataría de un giro estratégico de Obama, pues en las primarias del 2008 criticó a la precandidata demócrata Hillary Clinton de usar a bin Laden como bandera de campaña.
Como si fuera juego electrónico, ahora la competencia por la presidencia de los EU va a sustentarse en la capacidad criminal de los gobernantes, no en lo que decía la vieja tradición: ¿quién es capaz de ser el líder del mundo occidental? A este juego se ha sumado el carismático Bill Clinton, ídolo de intelectuales progresistas del mundo, al usarlo en un spot de televisión justamente para hacer la pregunta de si Romney sería capaz de ordenar el ataque criminal contra terroristas, aunque como presidente Clinton vaciló cuando tenían en la mira a bin Laden y decidió no autorizar el asesinato.
De acuerdo con las primeras estimaciones, el endurecimiento del discurso electoral de Obama tiene que ver con su baja situación en las encuestas: su popularidad y aceptación tiene meses de estar debajo de la línea de flotación de 50%, los primeros sondeos electorales lo colocan casi en un empate técnico con Romney y la recesión económica sigue siendo el lastre electoral, además de que parece estar fracasando el dulcecito de la reforma migratoria para convencer a los hispanos que quedaron decepcionados del incumplimiento de esa promesa de campaña en el 2008, a pesar de estar usando a actrices comerciales hispanas como promotoras de su campaña.
También hay otros indicios de la desesperación de Obama por su baja posición en las encuestas electorales. De nueva cuenta sacaron las cuentas del viaje de vacaciones de su esposa, Michelle Obama, a España, a donde se llevó hasta el perro en condiciones de lujo. La señora Obama le ha entrado a la campaña, aunque con manipulaciones equivocadas que pudieran estar violando los derechos de los niños: en una reunión reciente, la esposa del presidente de los EU pidió a los niños en San Francisco que le dijeran a sus abuelos que estarían cometiendo “un error” si no votaban por su esposo Obama.
En el escenario de cuestionamientos al saldo de su primera presidencia, la estrategia electoral de Obama parece estar tomada de la que usó el presidente George W. Bush en las elecciones del 2004: el miedo. Así, con una economía crítica que no levanta cabeza y con un saldo de pobreza mayor al que dejó su antecesor, Obama va a centrar su campaña en el miedo al terrorismo. De ahí que haya redefinido su política de defensa en un punto que aún no ha sido analizado por los especialistas: de la estrategia de contención a la guerra preventiva.
Lo malo de estos cambios es que Obama quería convertirse en el presidente de la crisis social interior, en el diseñador de políticas que ayudarán a salir a los pobres de su condición de marginación y abandono y en el fundador de nuevos derechos sociales que después se convirtieran en el punto de partida de políticas públicas de Estado social; pero con un desempleo cercano al 10%, con una deuda de 5.2 trillones de dólares que lo convirtió en el presidente deudor más grande de los EU --por encima de Bush y Clinton--, Obama encontró el resquicio electoral en el Estado de seguridad nacional, aunque siga careciendo de experiencia y sensibilidad para entender la geopolítica del imperio.
El uso del asesinato de Obama como bandera de campaña tiene cuando menos tres hilos conductores: el mantenimiento de la política antiterrorista de Bush con todo y el uso de tribunales militares para juzgar a civiles y la suspensión arbitraria de derechos humanos de los sospechosos, la existencia de un memorándum secreto para hacer legal el asesinato de ciudadanos estadounidenses (http://www.nytimes.com/2011/10/09/world/middleeast/secret-us-memo-made-legal-case-to-kill-a-citizen.html?pagewanted=all) y que fue usado para justificar el asesinato de Anwar al-Awlaki, nacido en los EU, pero convertido a la religión musulmana radical y el uso de aviones no tripulados para espiar a ciudadanos estadounidenses dentro de los EU, siempre bajo el temor al terrorismo.
Y también como parte de la campaña electoral, el Gobierno de EU acaba de difundir un memorándum breve del que era director de la CIA en el 2011, Leon Panetta --hoy secretario de Defensa del gabinete de Obama--, en el que registraba la autorización del presidente Obama de “proceder con el asalto” a la casa donde se había localizado a Osama bin Laden. “Los riesgos adicionales, dice el breve texto manuscrito, deben ser llevados de nuevo al presidente para su consideración”, y uno de esos riesgos era si matar o no a bin Laden. Al final el líder terrorista fue abatido y oficialmente su cadáver fue echado al mar, aunque Stratfor, según Wikileaks, semana que los restos fueron enviados a la morgue militar de Dover, en territorio de los EU para su estudio.
De acuerdo con el registro de encuestas de Real Clear Politics, Obama ha mantenido una ligera ventaja de alrededor de 2 puntos arriba o abajo del cruce de líneas entre desaprobación/aprobación, pero la de aceptación ha estado debajo de 50%. Y la ventaja de Obama sobre Romney en las últimas semanas oscila entre 3.5 a favor del presidente a 1% a favor de Romney, lo que hablaría realmente de un empate técnico. Los datos deben considerar que Obama es el presidente en funciones y Romney apenas candidato virtual luego de una dura competencia republicana, es decir, que Romney aún no empieza su campaña.
Pero lo significativo es que Obama ya definió el tema de su campaña: el miedo, al estilo George W. Bush.
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