Marco A. Flota / Grillotina
Dicen que decía don Octavio Paz- injusto sería llamarle maestro a estas alturas- que el intelectual debía mantenerse alejado del príncipe. Aunque nuestro Nobel nada sentenció respecto a conservar distancia del rey, que es lo que se sentía Salinas, su protector de los últimos días.
Con lo de “el príncipe” referíase don Octavio a la gente de poder, no a “El Príncipe”, obra de Maquiavelo, que nuestros grillos actuales no han leído. Aunque el doctor José Ángel Córdova, quien fracasó como precandidato al gobierno de Guanajuato y ahora es achichinque de la secretaria de Educación- ella sí “Maestra”-, declaró que había leído “El Principito, de Maquiavelo”. Y parece que Enrique Peña Nieto ya está terminando la lectura de “El Principito” de Peter. En México tenemos pocos hombres de poder, pero muchos intelectuales, a quienes algunos políticos prefieren llamar pinchelectuales.
Y también contamos con bastantes princelectuales: Los que en alguna ocasión han estado próximos al poder, vivieron como príncipes, pero ahora mantienen con los gobernantes una sana distancia, como decía Zedillo respecto al PRI. (Con México, por cierto, don Ernesto tiene ahora una sana lejanía, pues gracias a los gringos ya tiene “cash”, tras entregarle Los Pinos al príncipe azul de Martita, lo que le causó al país un “crash”). El caso es que cerca de 50 princelectuales, firmaron y publicaron en días pasados un desplegado en el que formulan preguntas a los candidatos a la Presidencia de la República.
Aclarando, que es gerundio- ¿Fernández Noroña?- que “estas preguntas no son exhaustivas ni vinculantes, y que entre nosotros existen distintas respuestas, incluso contradictorias a las mismas”. Y exhortan a los aspirantes a Los Pinos a contestarles por escrito “y a reunirse con nosotros después para exponer y debatir sus respuestas en un foro público, de preferencia universitario, durante una sola jornada, acudiendo al ejercicio juntos o por separado,
con reglas pactadas seriamente”. (Usted perdone, pero los autores de tal parrafada son los intelectuales. Y si algo entendió, por favor explíquenoslo en un foro público, durante una sola jornada y con reglas pactadas previamente). Por lo pronto hay que reconocerle a los intelectuales, y algunos colados, su honestidad al aceptar que entre ellos existen respuestas diferentes, incluso contradictorias, sobre las preguntas planteadas. Porque, respecto al empleo y crecimiento económico, no pueden opinar lo mismo dos abajo firmantes como Pedro Aspe y Guillermo Ortiz Martínez, quienes fueron secretarios de Hacienda de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, cuyas políticas económicas fueron tan distintas.
Y tienen que discrepar Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones de Fox, aunque sus libros recientes son sobre política interna, y Fernando Gómez Mont, ex secretario de Gobernación de Calderón y quien de política exterior sí sabe algo, porque de la interna ya demostró que no. Sobre el punto de reunirse con los intelectuales firmantes, desde luego que Andrés Manuel López Obrador está dispuesto a reunirse con Juan Ramón de la Fuente y René Drucker, pero en la primera junta de su gabinete en Los Pinos, pues ya los destapó para Educación y Ciencia y Tecnología. Josefina Vázquez Mota se tomaría un café con Patricia Mercado y Cecilia Soto, suscribientes del documento, para que le aconsejen cómo consolarse cuando pierda la elección presidencial, igual que ellas. Y Enrique Peña Nieto gusto tendría una sesión conjunta de firma de autógrafos con dos de los intelectuales: Gael García Bernal y William Levy.¿ah el suscribiente de la carta no es el actor William sino el economista Santiago Levy? Bueno, él se lo pierde.
¡RRIINNGG!
-Bueno, el PAN.
-¿Es cierto que impidieron un mitin de Vázquez Mota
pilotos y empleados de Mexicana?
-Sí, pero los mandó a volar... como gaviotas.
EPIGRILLO
En México ocurren cosas
que sólo se dan aquí:
Suplen por género esposas
a candidatos del PRI.
Dicen que decía don Octavio Paz- injusto sería llamarle maestro a estas alturas- que el intelectual debía mantenerse alejado del príncipe. Aunque nuestro Nobel nada sentenció respecto a conservar distancia del rey, que es lo que se sentía Salinas, su protector de los últimos días.
Con lo de “el príncipe” referíase don Octavio a la gente de poder, no a “El Príncipe”, obra de Maquiavelo, que nuestros grillos actuales no han leído. Aunque el doctor José Ángel Córdova, quien fracasó como precandidato al gobierno de Guanajuato y ahora es achichinque de la secretaria de Educación- ella sí “Maestra”-, declaró que había leído “El Principito, de Maquiavelo”. Y parece que Enrique Peña Nieto ya está terminando la lectura de “El Principito” de Peter. En México tenemos pocos hombres de poder, pero muchos intelectuales, a quienes algunos políticos prefieren llamar pinchelectuales.
Y también contamos con bastantes princelectuales: Los que en alguna ocasión han estado próximos al poder, vivieron como príncipes, pero ahora mantienen con los gobernantes una sana distancia, como decía Zedillo respecto al PRI. (Con México, por cierto, don Ernesto tiene ahora una sana lejanía, pues gracias a los gringos ya tiene “cash”, tras entregarle Los Pinos al príncipe azul de Martita, lo que le causó al país un “crash”). El caso es que cerca de 50 princelectuales, firmaron y publicaron en días pasados un desplegado en el que formulan preguntas a los candidatos a la Presidencia de la República.
Aclarando, que es gerundio- ¿Fernández Noroña?- que “estas preguntas no son exhaustivas ni vinculantes, y que entre nosotros existen distintas respuestas, incluso contradictorias a las mismas”. Y exhortan a los aspirantes a Los Pinos a contestarles por escrito “y a reunirse con nosotros después para exponer y debatir sus respuestas en un foro público, de preferencia universitario, durante una sola jornada, acudiendo al ejercicio juntos o por separado,
con reglas pactadas seriamente”. (Usted perdone, pero los autores de tal parrafada son los intelectuales. Y si algo entendió, por favor explíquenoslo en un foro público, durante una sola jornada y con reglas pactadas previamente). Por lo pronto hay que reconocerle a los intelectuales, y algunos colados, su honestidad al aceptar que entre ellos existen respuestas diferentes, incluso contradictorias, sobre las preguntas planteadas. Porque, respecto al empleo y crecimiento económico, no pueden opinar lo mismo dos abajo firmantes como Pedro Aspe y Guillermo Ortiz Martínez, quienes fueron secretarios de Hacienda de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, cuyas políticas económicas fueron tan distintas.
Y tienen que discrepar Jorge Castañeda, ex secretario de Relaciones de Fox, aunque sus libros recientes son sobre política interna, y Fernando Gómez Mont, ex secretario de Gobernación de Calderón y quien de política exterior sí sabe algo, porque de la interna ya demostró que no. Sobre el punto de reunirse con los intelectuales firmantes, desde luego que Andrés Manuel López Obrador está dispuesto a reunirse con Juan Ramón de la Fuente y René Drucker, pero en la primera junta de su gabinete en Los Pinos, pues ya los destapó para Educación y Ciencia y Tecnología. Josefina Vázquez Mota se tomaría un café con Patricia Mercado y Cecilia Soto, suscribientes del documento, para que le aconsejen cómo consolarse cuando pierda la elección presidencial, igual que ellas. Y Enrique Peña Nieto gusto tendría una sesión conjunta de firma de autógrafos con dos de los intelectuales: Gael García Bernal y William Levy.¿ah el suscribiente de la carta no es el actor William sino el economista Santiago Levy? Bueno, él se lo pierde.
¡RRIINNGG!
-Bueno, el PAN.
-¿Es cierto que impidieron un mitin de Vázquez Mota
pilotos y empleados de Mexicana?
-Sí, pero los mandó a volar... como gaviotas.
EPIGRILLO
En México ocurren cosas
que sólo se dan aquí:
Suplen por género esposas
a candidatos del PRI.
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