Las negativas

Jorge Diaz

Esta semana la iniciamos con negativas. Primero, arrastramos una negativa sexenal, pero reafirmada la semana pasada por Felipe Calderón: no dará marcha atrás a su estrategia contra el crimen organizado y cerrará su sexenio haciéndole honor a su tan famosa intransigencia. Pero la verdad, este ya es un caso perdido, movámonos a otras cosas, hacia el futuro. Miren lo que nos espera.

Pues tenemos que Enrique Peña Nieto declara que sí va a asistir a los debates. “Sí me verán debatir”, dijo. Pero resulta que ante la invitación de MVS a través de la periodista Carmen Aristegui para asistir a un debate en el espacio noticioso que ella dirige, se echó para atrás. Está en todo su derecho dirán algunos y sí. Es estrategia de punteros, recordarán los perredistas cuando les llega a la memoria los días en que estaban cerca de la victoria y López Obrador rechazó ir al primer debate programado y organizado por el IFE, pues también es cierto.

Pero, qué tan efectivo será el lance de no aceptar ir a este debate en estos tiempos; es decir, ¿pasarán por alto los electores las evasivas en estos comicios? Si ya presenciamos lo perjudicial que fueron los arranques de arrogancia para AMLO hace seis años y lo desastroso para el ánimo nacional, las campañas negras de Calderón ¿qué les hace pensar a los partidos y sus estrategas que los ciudadanos toleraremos otra vez la reedición de las campañas de 2006?

En cualquier negocio, el movimiento de Peña Nieto es más o menos lógico, pero en campañas electorales y con toda la experiencia acumulada puede ser un grave error. Queremos verlos a todos en su verdadera dimensión y no será a través de spots y ambientes controlados como nos daremos cuenta de quién es quién. Si la decepción por la negativa a debatir y ponerse frente a los ciudadanos a ofrecer respuestas y soluciones es temprana y de grandes proporciones, se podría pronosticar un abstencionismo y anulación del voto que lleve a nuestros políticos a la vergüenza.

Al momento de escribir esta columna, la postura de Vázquez Mota había sido anunciada por anticipado: Si el candidato del PRI no va, ella tampoco iría. No se explica para qué quiere chaperones, pero aun queda tiempo para que rectifique y nos muestre de qué está hecha.

La otra negativa es la del SNTE y su líder vitalicia. Agazapados en la impunidad que se les ha conferido por los gobiernos panistas y priistas, los maestros dicen no a la Evaluación Universal, argumentando toda clase de excusas para no evidenciar sus deficiencias. En todos los rincones de México es común escuchar que uno de los más grandes problemas que padecemos, es la pésima calidad de la educación y sus maestros; sin embargo, nadie hace nada al respecto y el rezago y daño a nuestras futuras generaciones, no sólo será mayor, sino irreversible.

Yo me pregunto qué harían gobernantes, empresarios, líderes sindicales y demás autoridades, si la población en general decidiera negarse a participar en la vida productiva y se quedara en sus casas por lo menos una semana. Acaso es la desobediencia civil generalizada la única que los haría moverse de sus aéreas de confort y privilegio, para ponerse a trabajar en realidad y alejarse del cinismo.

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