La salida de Calderón y la situación nacional

Alejandro Manrique Soto

A finales del mes de marzo del año en curso, el presidente Felipe Calderón dio un informe en el cual lejos de reconocer la situación general que guarda la nación, se dedicó a realizar autoelogios para él y su gobierno. Dicho informe denominado Un gobierno democrático que rinde cuentas, en el que hace un recuento de “sus logros”, tocó temas como la lucha contra el crimen organizado, afirmó que el país es mejor que hace seis años y que los alcances de su gobierno son “Todos, sin excepción, con resultados positivos; muchos de ellos con cifras, datos e inversiones históricas y sin precedente.” Asimismo desmintió “categóricamente” que la pobreza haya crecido en México.

El informe dado por Calderón, en el cual por cierto se llevaron cientos de trabajadores de distintas dependencias del gobierno es decir “acarreados” a la vieja usanza priísta, tocó varios temas pero no los de mayor importancia para el país, sobre los cuales se puede hablar de un fracaso total en las políticas públicas impulsadas y aplicadas por su gobierno.

En relación con el nivel de vida general de la población se puede observar una caída en el ingreso de los trabajadores, un aumento en el desempleo que alcanza cerca del 30% de la población económicamente activa (PEA), así como en el empleo precario y en el trabajo informal, el cual llegó casi al 60 por ciento de PEA según los datos proporcionados por un grupo de especialistas entre los que participan investigadores de la UNAM, el cual afirma que:

“Partimos de una acepción más amplia de la informalidad, que comprende a grupos como los trabajadores rurales en condiciones de subsistencia; los domésticos remunerados pero sin prestaciones de salud; los no remunerados de cualquier empresa o sector, y uno que ha crecido mucho: el de los subordinados a un patrón, con o sin salario, pero sin acceso a la seguridad social, indicó.” (Periódico La Jornada. Sábado 24 de marzo de 2012, p. 27.)

Las condiciones de vida de la gran mayoría de la población se vio afectada de manera sensible, las posibilidades de desarrollo de millones de estudiantes que egresan de las diferentes universidades, de escuelas de educación media superior y de educación tecnológica se ven en una situación en la en el mejor de los casos tienen que aceptar trabajos con ínfimos salarios y en condiciones de extrema explotación. Por otro lado miles de jóvenes, en este año más de 110,000, se quedaron sin acceso a la educación superior el enfrentarse al limitadísimo cupo que tiene el sistema educativo nacional, creándose con esto un sentimiento de impotencia, frustración y desesperanza en la gran mayoría de los jóvenes del país quienes constituyen un potencial que lejos de rechazarse y estigmatizarse, debería impulsarse para aprovechar todo su talento y alimentar las diferentes áreas de conocimiento y desarrollo que el país necesita.

El desarrollo económico y por ende social, prometido en campaña por Calderón y posteriormente reiterado de manera frecuente a lo largo del sexenio, nunca llegó. Por el contrario, la situación económica de la población, así como los indicadores del desarrollo social se fueron a la baja conforme el tiempo avanzaba. Esto aunado a la escalada de violencia que se originó con la equívoca lucha del gobierno en contra del crimen organizado, desencadenó una sensación de inseguridad y miedo entre la gran mayoría de la población.

Por el lado de los movimientos sociales que se mostraron críticos y opositores a las políticas implementadas del gobierno, las puertas del diálogo y el acercamiento para la escucha, la búsqueda y la construcción de puentes se mantuvieron cerradas y no solo eso, la represión fue la constante para todo tipo de voz crítica que no estuviera de acuerdo con la forma en que el gobierno llevaba las riendas de la nación.

En términos generales, el sexenio de Felipe Calderón, aunado al de su predecesor Vicente Fox dejan al país sumido en una profunda crisis económica y social acrecentada por la situación de violencia e inseguridad que permea a todas las capas de la sociedad. El gobierno de Calderón no cumplió ni con mucho con sus promesas de campaña y en especial aquella que decía sería el presidente del empleo, lo cual resultó ser falso.

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