La noche del Libro

Marco A. Flota / Grillotina

El lunes pasado se festejó el Día Mundial del Libro, pero a nuestros políticos les pasó de noche.

Porque ya no tenemos políticos como aquel general, que llegó a Presidente, Álvaro Obregón, quien escribió el libro “8 mil kilómetros en campaña”. Pero no se refería a su campaña política sino a la campaña militar de la Revolución, que hizo a caballo y en tren, no en avión de línea comercial (Aparte, Obregón llamó a su hacienda “La Quinta Chilla”, no “La Chingada”, porque hay niveles)
Claro que hemos tenido otros Presidentes autores de libros, como don José López Portillo autor, entre otras novelas, de “Mis tiempos”, crónica de su sexenio. Por cierto hubo rumores de que “Mis tiempos” fue traducida al inglés con el título de “Time is money”, pero fue una falsedad. Pero sí es cierto que algún grillo mexicano pidió en Gandhi la edición en español del libro de Barack Obama “Yes, we can”, diciendo:

-Creo que se llama “Sí, somos perros”

Carlos Salinas también escribió una novela y quizá el mismo político anterior pensó que narraba la vida amorosa de López Portillo. Pero se titulaba “La Década Perdida”, no “Lo de cada perdida”.
En fin, ¿qué hubieran hecho nuestras celebridades políticas de haberse enterado de que el pasado lunes 23 de abril se celebró el Día Mundial del Libro? Por cierto, fecha escogida para la conmemoración porque un 23 de abril, coincidentemente, fallecieron William Shakespeare, autor de “La Fierecilla Domada”, que, evidentemente, no es relato de la relación de Vicente Fox y Martita, y don Miguel de Cervantes de Saavedra, autor de los “Entremeses”, esa sí la obra preferida de don Agustín Carstens.

(Aunque, según la ya imprescindible Wikipedia, Cervantes falleció un 22 de abril y fue sepultado el 23 y Shakespeare sí murió un 23 de abril, pero del Calendario Juliano, fecha que corresponde al 3 de mayo del Calendario Gregoriano, que es el que nos rige)

Pero, insistimos, de haberse enterado nuestros grillos de que la citada celebración, hubiesen actuado de la siguiente forma:

Fox no desperdiciaría la oportunidad de enviar un telegrama de felicitación a su autor preferido, José Luis Borgues, y Martita a su literata predilecta, la Rabina Gran Tagore (Casi tocaya de Rabindranath Tagore, escritor hindú)

Enrique Peña Nieto lo mismo, pero su felicitación hubiera sido para sus dos autores de cabecera: Carlos Krauze y Enrique Fuentes.

El secretario de Educación, doctor José Angel Córdova, quien declaró que ha leído “El Principito” de Maquiavelo, hubiese empezado ese día la lectura de “El Principito de Peter”.

La Maestra Elba Esther, por su parte, hubiese acudido a la fonda de su predilección y solicitado una buena ración de pancita con libro, para almorzar. Acompañada, además, por su cirujano plástico de cabecera, para que le hiciera a la pancita una liposucción, porque no le gusta muy gorda.

Andrés Manuel López Obrador quizá hubiera comprado una obra de Gabriel García Márquez, pero cambiándole el título: “De la cólera a los tiempos del amor”.

Josefina Vázquez Mota pudo haber editado una nueva versión, pero corregida y aumentada de su best seller “¡Díos mío, hazme viuda por favor!”, aunque actualizando el título: “¡Dios mío, haz viuda a La Gaviota, por favor”

Y si usted no aprovechó para adquirir un libro, aquí le recomendamos “Picardía Mexicana”, memorias del diputado Noroña.


¡RRIINNGG!

-Bueno, Los Pinos...
-¿Declaró el Presidente en Washington que gracias a su gobierno ha disminuido la migración?
-No sé, pero le preguntaré cuando regrese....si regresa...


EPIGRILLO

Califica Esther a Peña
de fenómeno político.
A ver si ese elogio, un crítico
comentó, no lo despeña.

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