Josefina: última llamada

Ricardo Alemán

La emergencia que amenaza con el fin de la hegemonía del PAN en el poder presidencial —y que podría marcar el regreso del PRI a la Presidencia de la República— tiene en alerta máxima a lo que queda de la dirigencia nacional del PAN, a todos en la casa presidencial de “Los Pinos” y, sobre todo, al primer círculo de la señora Josefina Vázquez Mota. Y no es para menos. ¿Por qué?

Porque a decir verdad, un escenario de crisis de la magnitud como el que viven hoy el PAN, su candidata presidencial y el huésped de Los Pinos era impensable hace dos o tres meses. Más aún, ni en la peor de las pesadillas los estrategas de Acción Nacional y de la casa presidencial habían imaginado que a dos meses y medio de la elección presidencial su candidato o candidata estuviera a casi 20 puntos porcentuales del puntero y a sólo tres o cuatro del tercer lugar.

La crisis es de tal magnitud que la prioridad momentánea ya no es aproximarse al primer lugar —lo que resultaría de elemental sentido común—, sino que hoy la decisión urgente de la señora Vázquez Mota, del PAN y de la casa presidencial de Los Pinos, es alejarse del tercer lugar, en donde el candidato de las izquierdas —el señor López Obrador— gana terreno de manera paulatina.

Es decir que el primer paso para salir de la emergencia que vive la candidata del PAN es recuperar los cuatro o cinco puntos que ganó luego de su victoria en la interna de su partido como candidata presidencial, para con ello sembrar entre el electorado la percepción de que la segunda posición es temporal y que tiene posibilidades reales de atacar al puntero.

De lo contrario, si el electorado en general —y sobre todo los indecisos— percibe que la candidata del PAN perdió la segunda posición y cayó al tercer lugar, entonces la percepción general será que el PAN y su candidata van en picada, en caída libre y que ya nadie podrá salvarlos. En otras palabras, que si Josefina no logra alejarse rápidamente de AMLO y, en cambio, permite que el candidato de las izquierdas la alcance en la segunda posición, entonces podremos dar por muerto al PAN.

Y es que, en rigor, y a pesar de que AMLO hoy se encuentra en la tercera posición, aún nadie puede darlo por muerto. Aún respira, en especial, luego del cambio de estrategia, de spots y de imagen que a buen tiempo decidieron sus estrategas y “genios” de la publicidad y la imagen. Por eso la pregunta obliga. ¿Qué tanto será capaz de crecer la candidatura presidencial de López Obrador?

En realidad, y por contradictorio que parezca y absurdo que se antoje, la posibilidad de que AMLO avance, se estanque o retroceda en las preferencias electorales, en buena medida está en manos de los estrategas del PAN, de la casa presidencial y de la candidata Vázquez Mota. ¿Por qué?

Porque si los azules no reaccionan y no se confirman como una verdadera alternativa presidencial —rápidamente y en las próximas dos semanas—, buena parte del electorado que aún no ha decidido su voto, volteará a otro candidato y otro partido para buscar una opción electoral. Es decir, que si el PAN y Josefina se derrumban, un sector de votantes desechará al PAN y a su candidata y buscarán identificarse, sea con AMLO, sea con Peña Nieto o, incluso, entrará al ejército de ciudadanos que prefieren expresarse mediante la anulación del voto.

Por eso, resulta urgente que todo el aparato del PAN, de la casa presidencial y de la candidata Vázquez Mota hagan el último esfuerzo por despegarse del mediocre nivel que tienen frente al electorado, y den un jalón que —primero— los aleja de AMLO y del tercer lugar y —segundo— los aproxime al primer lugar, para tener posibilidades de alcanzar al puntero. Pero existe un pequeño problema. ¿Cómo van a conseguir ese milagro?

Por lo pronto, hoy la señora Vázquez Mota anunciará una nueva cara en su campaña, con nuevos colaboradores y estrategas, con nuevas ideas, renovados cuadros y, dicen los que saben, con pesos completos para el cambio de rumbo. La novedad es que desde la casa presidencial se moverá buena parte del equipo de imagen de Los Pinos, además de que se sumarán al “cuarto de guerra” estrategas que ya ocuparon esa posición durante la campaña presidencial de Felipe Calderón. ¿Será suficiente?

Esa es la segunda gran pregunta. ¿Por qué? Porque el tiempo apremia y los azules sólo disponen de dos meses y medio. A estas alturas, en 2006, Calderón ya había empatado a AMLO. El PAN requiere un milagro ante la última llamada. Y vale recordar que en política, los milagros van de la mano con la trampa. Al tiempo.

Comentarios