Raymundo Riva Palacio
El Jiu-Jitsu es un arte marcial japonés cuya característica es desarrollar una defensa sin armas, que aprovecha la fuerza del rival para pegarle de manera inteligente y quirúrgica en sus articulaciones, para que al desequilibrarlo y a veces inmovilizarlo, lo pueda controlar. La técnica del Jiu-Jitsu se le acomodó perfectamente a Josefina Vázquez Mota durante el rediseño de su equipo, y encontró un punto débil en Enrique Peña Nieto, que si lo traduce con fuerza en spots, mostrará que aún no está liquidada en la carrera presidencial.
La debilidad detectada es en donde el candidato priista presume músculo: eficiencia para gobernar. Peña Nieto replicó la fórmula de su campaña por la gubernatura en el estado de México cuando comprometió 608 acciones de gobierno. En su campaña presidencial inició la firma de 300 compromisos que ofrece cumplir. El eje de su discurso es que haría un gobierno “eficaz y honesto”, pero en el equipo de Vázquez Mota ya le descubrieron mentiras.
Asesores de la candidata han ido verificando cada uno de los compromisos que fueron palomeados como cumplidos por Peña Nieto. De acuerdo con lo que han hallado, cerca del 30% de lo que aseguró Peña Nieto que concluyó, es falso. En el equipo de Vázquez Mota han revisado el 10% del total de los compromisos, y en 60 de ellos encontraron que las obras no están construidas, están a medio construir, se encuentran abandonadas, o son elefantes blancos.
Hay algunos menores, como módulos de policía donde sólo existe el cascarón, porque no tienen mobiliario ni policías, pero hay otros de alta relevancia, aseguran quienes han visto la documentación. Hay otros como en la Barranca del Negro, en Huixquilucan, donde una carretera que construyó el gobierno federal que el del estado tenía que terminar con un túnel, está cerrado. O está el caso del compromiso 57, un parque ecoturístico en la Laguna de Zumpango, entregado al municipio en diciembre de 2007 tras una inversión de cuatro millones de pesos.
Hoy, según las fotografías de la laguna, la contaminación regresó a lo que fue uno de los cinco cuerpos de agua en el Valle de México, donde llantas y basura pueblan su superficie. Ahí mismo en Zumpango, Peña Nieto ofreció un hospital de alta especialización –en parte para todos aquellos que cada año al hacer cohetes, se queman-, que entregó como completado en septiembre pasado durante su última gira como gobernador, como el compromiso 608, pero sigue en construcción.
Otro de los ejemplos más dramáticos de compromisos entregados y palomeados como terminados es la carretera de 35 kilómetros al Parque Nacional del Nevado de Toluca. La obra ha tenido muchos problemas con las autoridades federales de protección al ambiente, por lo que hay tramos completos de la carretera que no se han construido. Todavía como gobernador, Peña Nieto dijo el año pasado que trabajan con las autoridades para resolver las objeciones y terminar la carretera. No pudo hacerlo, pero palomeó la obra como compromiso entregado.
Lo que encontró el equipo de Vázquez Mota puede golpear por debajo de la línea de flotación al candidato del PRI a la Presidencia, al exhibirlo como mentiroso. La razón por la cual Peña Nieto ofreció dar fe ante notario del compromiso, es por la pérdida de credibilidad de los políticos que solían hablar prometer y no cumplir. Su discurso en la campaña presidencial subraya su honestidad y, en la materialización de los compromisos, su eficiencia. Este es el Jiu-Jitsu de Vázquez Mota: construir el mensaje de mentiroso a su rival y pegarle en dónde, por las pruebas gráficas, será muy difícil que se pueda defender.
Cómo lo logra, dependerá si esta información se convierte en spots y en declaraciones provocadoras que logran romper el teflón que envuelve a Peña Nieto. Es una opción a la mano, la primera que tiene en meses para romper el momentum de su adversario y recuperar el suyo. No es todo, pero es algo, con lo cual podría, bien usado, demostrar que aún respira.
El Jiu-Jitsu es un arte marcial japonés cuya característica es desarrollar una defensa sin armas, que aprovecha la fuerza del rival para pegarle de manera inteligente y quirúrgica en sus articulaciones, para que al desequilibrarlo y a veces inmovilizarlo, lo pueda controlar. La técnica del Jiu-Jitsu se le acomodó perfectamente a Josefina Vázquez Mota durante el rediseño de su equipo, y encontró un punto débil en Enrique Peña Nieto, que si lo traduce con fuerza en spots, mostrará que aún no está liquidada en la carrera presidencial.
La debilidad detectada es en donde el candidato priista presume músculo: eficiencia para gobernar. Peña Nieto replicó la fórmula de su campaña por la gubernatura en el estado de México cuando comprometió 608 acciones de gobierno. En su campaña presidencial inició la firma de 300 compromisos que ofrece cumplir. El eje de su discurso es que haría un gobierno “eficaz y honesto”, pero en el equipo de Vázquez Mota ya le descubrieron mentiras.
Asesores de la candidata han ido verificando cada uno de los compromisos que fueron palomeados como cumplidos por Peña Nieto. De acuerdo con lo que han hallado, cerca del 30% de lo que aseguró Peña Nieto que concluyó, es falso. En el equipo de Vázquez Mota han revisado el 10% del total de los compromisos, y en 60 de ellos encontraron que las obras no están construidas, están a medio construir, se encuentran abandonadas, o son elefantes blancos.
Hay algunos menores, como módulos de policía donde sólo existe el cascarón, porque no tienen mobiliario ni policías, pero hay otros de alta relevancia, aseguran quienes han visto la documentación. Hay otros como en la Barranca del Negro, en Huixquilucan, donde una carretera que construyó el gobierno federal que el del estado tenía que terminar con un túnel, está cerrado. O está el caso del compromiso 57, un parque ecoturístico en la Laguna de Zumpango, entregado al municipio en diciembre de 2007 tras una inversión de cuatro millones de pesos.
Hoy, según las fotografías de la laguna, la contaminación regresó a lo que fue uno de los cinco cuerpos de agua en el Valle de México, donde llantas y basura pueblan su superficie. Ahí mismo en Zumpango, Peña Nieto ofreció un hospital de alta especialización –en parte para todos aquellos que cada año al hacer cohetes, se queman-, que entregó como completado en septiembre pasado durante su última gira como gobernador, como el compromiso 608, pero sigue en construcción.
Otro de los ejemplos más dramáticos de compromisos entregados y palomeados como terminados es la carretera de 35 kilómetros al Parque Nacional del Nevado de Toluca. La obra ha tenido muchos problemas con las autoridades federales de protección al ambiente, por lo que hay tramos completos de la carretera que no se han construido. Todavía como gobernador, Peña Nieto dijo el año pasado que trabajan con las autoridades para resolver las objeciones y terminar la carretera. No pudo hacerlo, pero palomeó la obra como compromiso entregado.
Lo que encontró el equipo de Vázquez Mota puede golpear por debajo de la línea de flotación al candidato del PRI a la Presidencia, al exhibirlo como mentiroso. La razón por la cual Peña Nieto ofreció dar fe ante notario del compromiso, es por la pérdida de credibilidad de los políticos que solían hablar prometer y no cumplir. Su discurso en la campaña presidencial subraya su honestidad y, en la materialización de los compromisos, su eficiencia. Este es el Jiu-Jitsu de Vázquez Mota: construir el mensaje de mentiroso a su rival y pegarle en dónde, por las pruebas gráficas, será muy difícil que se pueda defender.
Cómo lo logra, dependerá si esta información se convierte en spots y en declaraciones provocadoras que logran romper el teflón que envuelve a Peña Nieto. Es una opción a la mano, la primera que tiene en meses para romper el momentum de su adversario y recuperar el suyo. No es todo, pero es algo, con lo cual podría, bien usado, demostrar que aún respira.
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