José Carreño Figueras
Casi de forma desapercibida en México, la empresa que controla “La Nación” de Argentina compró la mayoría de las acciones de la empresa “Impremedia”, la principal publicadora de medios impresos en español en los Estados Unidos.
“Impremedia” sigue en lo operativo bajo control de su familia fundadora, a través de Mónica Lozano, la empresaria que de hecho la creó hace una docena de años.
De acuerdo con la mayoría de las versiones, los dueños de “La Nación” decidieron la compra como una forma de entrar a un mercado potencialmente lucrativo, como el de la prensa en español en Estados Unidos, y una forma de protegerse respecto a los ataques del gobierno de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, cada vez mas inmersa en una política populista que históricamente ha creado problemas para Argentina.
Pero al margen de los motivos de “La Nación”, su adquisición pone de relieve que en gran medida, el interés del público mexicano en los hispanos de Estados Unidos parece reducirse a la suerte de los migrantes indocumentados y en alguna forma desecha la situación de millones de otros mexicanos, de origen mexicano o de una variopinta colección de nacionalidades latinoamericanas que en conjunto son y pueden ser valiosos aliados políticos y económicos.
Cierto que hay mas de cinco millones de mexicanos indocumentados cuya suerte tiene y puede tener impactos enormes en la situación mexicana. Pero también que hay mas de cinco millones de mexicanos que son residentes legales o ciudadanos estadounidenses, que hay mas de 15 millones de méxico-estadounidenses que junto con aquellos forman el 65 por ciento de la población “hispana” de los Estados Unidos.
Y con ellos, además, centroamericanos y caribeños, con un creciente ingrediente de sudamericanos.
“Impremedia” controla, de entrada, a dos importantes diarios en español: “La Opinión” de Los Angeles, que aunque lejos de estar en su mejor momento tiene una circulación diaria de 70 mil ejemplares en una región donde hay una enorme y activa comunidad de origen mexicano, así como “El Diario-La Prensa” de Nueva York. el mas antiguo de habla española en los Estados Unidos, que al margen de una considerable población caribeña -en especial puertorriqueños y dominicanos- sirve también a un creciente influjo de mexicanos.
Mas allá, publica semanarios en Chicago, Houston, Orlando y San Francisco, así como sus correspondientes páginas “web” y al menos un suplemento semanario en español para ser inserto en medios en inglés.
Con esas características sería correcto ubicar a “Impremedia” como un importante jugador en la conformación de la opinión pública de los migrantes de origen latino en los Estados Unidos y por tanto de interés para México.
“La Nación” de Buenos Aires es un diario conservador, profesionalmente sólido y ciertamente entre los mejores de habla española en el mundo, pero el anuncio de compra precisó que la operación fue puramente una cuestión de negocios, sin ingerencia editorial. No hay por ahí motivo alguno de preocupación.
Pero ciertamente si un lamento: que o bien no haya habido empresarios mexicanos dispuestos a invertir en “Impremedia” o que los accionistas de esa empresa no hayan tenido la confianza en los mexicanos como socios.
Casi de forma desapercibida en México, la empresa que controla “La Nación” de Argentina compró la mayoría de las acciones de la empresa “Impremedia”, la principal publicadora de medios impresos en español en los Estados Unidos.
“Impremedia” sigue en lo operativo bajo control de su familia fundadora, a través de Mónica Lozano, la empresaria que de hecho la creó hace una docena de años.
De acuerdo con la mayoría de las versiones, los dueños de “La Nación” decidieron la compra como una forma de entrar a un mercado potencialmente lucrativo, como el de la prensa en español en Estados Unidos, y una forma de protegerse respecto a los ataques del gobierno de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, cada vez mas inmersa en una política populista que históricamente ha creado problemas para Argentina.
Pero al margen de los motivos de “La Nación”, su adquisición pone de relieve que en gran medida, el interés del público mexicano en los hispanos de Estados Unidos parece reducirse a la suerte de los migrantes indocumentados y en alguna forma desecha la situación de millones de otros mexicanos, de origen mexicano o de una variopinta colección de nacionalidades latinoamericanas que en conjunto son y pueden ser valiosos aliados políticos y económicos.
Cierto que hay mas de cinco millones de mexicanos indocumentados cuya suerte tiene y puede tener impactos enormes en la situación mexicana. Pero también que hay mas de cinco millones de mexicanos que son residentes legales o ciudadanos estadounidenses, que hay mas de 15 millones de méxico-estadounidenses que junto con aquellos forman el 65 por ciento de la población “hispana” de los Estados Unidos.
Y con ellos, además, centroamericanos y caribeños, con un creciente ingrediente de sudamericanos.
“Impremedia” controla, de entrada, a dos importantes diarios en español: “La Opinión” de Los Angeles, que aunque lejos de estar en su mejor momento tiene una circulación diaria de 70 mil ejemplares en una región donde hay una enorme y activa comunidad de origen mexicano, así como “El Diario-La Prensa” de Nueva York. el mas antiguo de habla española en los Estados Unidos, que al margen de una considerable población caribeña -en especial puertorriqueños y dominicanos- sirve también a un creciente influjo de mexicanos.
Mas allá, publica semanarios en Chicago, Houston, Orlando y San Francisco, así como sus correspondientes páginas “web” y al menos un suplemento semanario en español para ser inserto en medios en inglés.
Con esas características sería correcto ubicar a “Impremedia” como un importante jugador en la conformación de la opinión pública de los migrantes de origen latino en los Estados Unidos y por tanto de interés para México.
“La Nación” de Buenos Aires es un diario conservador, profesionalmente sólido y ciertamente entre los mejores de habla española en el mundo, pero el anuncio de compra precisó que la operación fue puramente una cuestión de negocios, sin ingerencia editorial. No hay por ahí motivo alguno de preocupación.
Pero ciertamente si un lamento: que o bien no haya habido empresarios mexicanos dispuestos a invertir en “Impremedia” o que los accionistas de esa empresa no hayan tenido la confianza en los mexicanos como socios.
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