¿Está muerto el PAN?

Ricardo Alemán

Desde hace unos días, circula en los comederos políticos la versión de que el PAN y su candidata presidencial, la señora Josefina Vázquez Mota, “están muertos”.

Incluso hay quienes se han encargado de “echar a andar” la versión interesada —y en buena medida descabellada—, de que en Los Pinos ya se negocia la entrega de la plaza. Es decir, que el PAN, su candidata y el huésped de la casa presidencial van en retirada.

Y si existen dudas de que los azules se habrían dado por vencidos, y están en retirada —claro, siempre según las voces interesadas que hacen circular tales dichos —, bastaría con echarle una mirada al desmantelamiento del equipo de la candidata, ordenado desde Los Pinos.

Resulta que a uno de los “hombres de Josefina”, el diputado Francisco Ramírez Acuña —que en su momento fue clave para empujar la candidatura de Felipe Calderón—, lo sacaron de San Lázaro, de la campaña presidencial y lo enviaron como embajador de México en España.

Salta la pregunta. ¿Servirá más en España que en la campaña?

Al mismo tiempo, el dirigente del PAN, Gustavo Madero, prácticamente fue relevado de la jefatura del partido azul —y regresado al Senado—, y en la colonia Del Valle despacha el equipo de la señora Josefina. Pero también es cierto que la candidata casi se ha quedado sola. Ya se fueron los equipos de Ernesto Cordero y Santiago Creel y, si había dudas, el ex gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva —que dizque dejó el cargo para salvar la campaña—, en realidad busca urgentemente un salvavidas, sobre todo luego del cochinero que dejó en la entidad del bajío.

A eso se debe agregar que también el guanajuatense y ex presidente Vicente Fox prácticamente desahució la campaña presidencial del azul, al señalar que ganaría “sólo con un milagro”. Y si no fuera suficiente, apenas el pasado lunes, volvió a la carga para advertir que la campaña del PAN “está dormida”, en alusión a que no mueve, y menos conmueve.

Pero no es todo. A pesar del “golpe de timón” y de los muchos cambios que se han hecho en el partido y en el equipo de campaña de la señora Vázquez Mota, lo cierto es que continúan los errores y horrores en la campaña. Entrevistas que se caen, equívocos por parte de la candidata, cancelación de eventos y una deficiente logística.

Tampoco ahí termina el calvario azul. Está por cumplirse el primer tercio de los 90 días efectivos de campaña, y las encuestas no reflejan una mejoría sustantiva. Más bien pareciera que los candidatos del PRI y de las izquierdas crecen, pero a expensas de la candidata del PAN. Si se hace un comparativo del lugar que ocupaba la señora Vázquez Mota al inicio formal de las campañas, con el día de hoy, se podrá comprobar que nada le ha salido bien.

Y si nos vamos al extremo, podríamos decir que todo le ha salido mal a la candidata presidencial del PAN. Esa situación contrasta con los resultados positivos que poco a poco muestra el candidato de las izquierdas. Pero el contraste es aún mayor si se compara el desempeño de los azules, con lo logrado por el candidato del PRI.

Resulta que, a lo largo del primer tercio de la campaña, los candidatos que ocupan el segundo y el tercer lugar de la contienda, prácticamente han dirigido toda su artillería en dirección al puntero. El objetivo es tirarlo de la primera posición y arrebatarle votos. Sin embargo, al cumplir el primer tercio no le han quitado ni una pluma a su gallo. ¿Por qué?

La respuesta es elemental. Porque ni la derecha ni las izquierdas han mostrado la capacidad política, suficiente para pegar por debajo de la línea de flotación de la candidatura de Peña Nieto. Es decir, que los misiles lanzados por los azules y los amarillos, en realidad, han sido balas de salva.

Por eso, frente a todo lo anterior, es evidente que cobran carta de naturalización las versiones de que el PAN y su candidata presidencial están muertos; que el partido azul va en retirada y que, incluso, ya se negocia la entrega de la plaza.

Si la versión fuera cierta, estaríamos hablando del inminente regreso del PRI al poder presidencial. Y claro, sería un regreso sin la mayor resistencia del partido en el poder, el que se habría rendido literalmente sin dar batalla. Por eso la pregunta. ¿Es creíble esa versión?

Ya existe un antecedente: la retirada de Diego Fernández de Cevallos en las elecciones presidenciales de 1994. Aun así, aquí creemos que el gobierno de Calderón, el PAN y su candidata, la señora Josefina Vázquez Mota, no han dado la batalla final. Asistimos al primer tercio, faltan dos tantos, y aún pueden pasar muchas cosas. Al tiempo.

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