José Cárdenas
Para Josefina Vázquez Mota, la Semana Mayor inició mal… y se puso peor. Fueron siete días, siete, salpicados de tropiezos y síntomas que provocan olas de rumores… desde su endeble estado de salud hasta su eventual relevo.
Fue interpelada en la escuela donde estudió la primaria; canceló un acto en el World Trade Center por las protestas de trabajadores de Mexicana; en la tierra de sus ancestros tuvo sonoro lapsus: prometió fortalecer el lavado de dinero; se mareó al recibir las propuestas de seguridad que le entregó el empresario Alejandro Martí… Y para acabarla de amolar, vino el incidente de las quesadillas en El Sinaí de Tres Marías, que parecía el monte calvario… en el día de la Pasión.
Su equipazo sacó a la candidata a volantear como si buscara una jefatura de manzana y no la Presidencia. Luego, exhaustos y hambrientos, decidieron ir a echarse unas quesadillas… Entre comitiva y prensa el tumulto fue tal que los comensales le leyeron los Diez Mandamientos, y el dueño del changarro de nombre bíblico terminó por correrlos a todos, empezando por la señora candidata. La ocurrencia del almuerzo campirano fue más que una anécdota.
Todo esto, sin olvidar el cacareado domingo negro en el Estadio Azul. El caso de Josefina es notable. Parece que no da una… y en política, lo que parece es.
A los ojos de amigos y adversarios, Josefina se muestra vulnerable, dubitativa, insegura y temerosa… con un discurso que expresa poco… y dice menos. La señora Vázquez Mota ha perdido en pocos días (del 28 de marzo al 6 de abril) siete puntos según las encuestas de GEA-ISA. Viene 19 puntos abajo de Peña Nieto… más lo que se acumule esta semana. De no hacer algo, y pronto, el candidato del PRI será inalcanzable… Josefina y Andrés Manuel se podrían cruzar… y el PAN, despedirse del segundo puesto.
La sensación colectiva es de pasmo. Mientras, el team de Josefina asemeja a la orquesta del Titanic, cuyos músicos seguían toque y toque como si no pasara nada, mientras el barco se hundía y agua les llegaba al cuello… y más arriba.
Para evitar el naufragio, a Josefina le ajustarán estrategia y equipo… Desde Los Pinos, gente cercanísima al presidente Calderón tomará el mando: Juan Molinar Horcasitas, quien fungía como secretario de Acción de Gobierno del CEN panista; Guillermo Anaya, senador y candidato perdedor al gobierno de Coahuila; Rafael Giménez Valdés, coordinador de opinión pública de la Presidencia… el consentido, Roberto Gil Zuarth, quedará inmóvil.
Todos los panistas que se fascinan comparando esta elección con la de hace seis años, recordarán que Felipe Calderón también cambió de estrategia a media carrera… y a la carrera. Primero quitó a Josefina… pero hoy Josefina no se puede quitar.
Lo que haga la panista a partir de hoy deberá ser radical… total, ya llegó al rescate ¡ Superpán!… dizque el hombre de acero.
MONJE LOCO: El Pinabús camina y se va de lado… El motor no jala… pasa aceite. El clutch no sirve… la caja de velocidades está trabada… sólo entra la reversa. La dirección no da vuelta y además no frena, y viene el precipicio. Ya se sabe, ya se supo…
Para Josefina Vázquez Mota, la Semana Mayor inició mal… y se puso peor. Fueron siete días, siete, salpicados de tropiezos y síntomas que provocan olas de rumores… desde su endeble estado de salud hasta su eventual relevo.
Fue interpelada en la escuela donde estudió la primaria; canceló un acto en el World Trade Center por las protestas de trabajadores de Mexicana; en la tierra de sus ancestros tuvo sonoro lapsus: prometió fortalecer el lavado de dinero; se mareó al recibir las propuestas de seguridad que le entregó el empresario Alejandro Martí… Y para acabarla de amolar, vino el incidente de las quesadillas en El Sinaí de Tres Marías, que parecía el monte calvario… en el día de la Pasión.
Su equipazo sacó a la candidata a volantear como si buscara una jefatura de manzana y no la Presidencia. Luego, exhaustos y hambrientos, decidieron ir a echarse unas quesadillas… Entre comitiva y prensa el tumulto fue tal que los comensales le leyeron los Diez Mandamientos, y el dueño del changarro de nombre bíblico terminó por correrlos a todos, empezando por la señora candidata. La ocurrencia del almuerzo campirano fue más que una anécdota.
Todo esto, sin olvidar el cacareado domingo negro en el Estadio Azul. El caso de Josefina es notable. Parece que no da una… y en política, lo que parece es.
A los ojos de amigos y adversarios, Josefina se muestra vulnerable, dubitativa, insegura y temerosa… con un discurso que expresa poco… y dice menos. La señora Vázquez Mota ha perdido en pocos días (del 28 de marzo al 6 de abril) siete puntos según las encuestas de GEA-ISA. Viene 19 puntos abajo de Peña Nieto… más lo que se acumule esta semana. De no hacer algo, y pronto, el candidato del PRI será inalcanzable… Josefina y Andrés Manuel se podrían cruzar… y el PAN, despedirse del segundo puesto.
La sensación colectiva es de pasmo. Mientras, el team de Josefina asemeja a la orquesta del Titanic, cuyos músicos seguían toque y toque como si no pasara nada, mientras el barco se hundía y agua les llegaba al cuello… y más arriba.
Para evitar el naufragio, a Josefina le ajustarán estrategia y equipo… Desde Los Pinos, gente cercanísima al presidente Calderón tomará el mando: Juan Molinar Horcasitas, quien fungía como secretario de Acción de Gobierno del CEN panista; Guillermo Anaya, senador y candidato perdedor al gobierno de Coahuila; Rafael Giménez Valdés, coordinador de opinión pública de la Presidencia… el consentido, Roberto Gil Zuarth, quedará inmóvil.
Todos los panistas que se fascinan comparando esta elección con la de hace seis años, recordarán que Felipe Calderón también cambió de estrategia a media carrera… y a la carrera. Primero quitó a Josefina… pero hoy Josefina no se puede quitar.
Lo que haga la panista a partir de hoy deberá ser radical… total, ya llegó al rescate ¡ Superpán!… dizque el hombre de acero.
MONJE LOCO: El Pinabús camina y se va de lado… El motor no jala… pasa aceite. El clutch no sirve… la caja de velocidades está trabada… sólo entra la reversa. La dirección no da vuelta y además no frena, y viene el precipicio. Ya se sabe, ya se supo…
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