Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder
Revisitar el pasado -cuando en 30 años se prevé que todas las enfermedades sean curables, a excepción de las mentales; cuando la salud sea un privilegio de ricos- es un error. El tiempo no regresa, ocurre lo mismo con lo que pudo ser un éxito.
Es cierto también que la globalización y el libre mercado no son la panacea. Para México la respuesta a todos sus problemas está en que asuma el papel histórico que le corresponde: es la puerta de entrada al Imperio, el cerrojo de su seguridad regional y nacional, no su patio trasero, como quieren acotar el futuro de la nación.
Olaf Cramme y Patrick Diamond sostienen: “Históricamente, la socialdemocracia se ha desarrollado conjuntamente con el capitalismo. Este ha marcado los límites respecto a lo que es visto como políticamente factible. Los socialdemócratas fueron un paso por delante de los acontecimientos al levantar unos pilares institucionales que no solo protegían a los ciudadanos de las duras condiciones de la economía de mercado sino que sobre todo ayudaron a conformarla.
“Los críticos sostenían que los partidos de centro-izquierda se habían hecho estructuralmente dependientes del capitalismo, de los mercados para generar un superávit con el que invertir en bienestar y servicios públicos. Pero reformar el capitalismo ha demostrado ser cada vez más difícil, en particular debido a que los socialdemócratas han perdido de vista la fundamental transformación experimentada por aquel durante las últimas décadas. Volver a comprender el carácter cambiante del capitalismo de mercado nunca ha sido tan urgente para el centro-izquierda, que aspira a promover una concepción más justa y humana de la economía de mercado.
“La socialdemocracia ha sido históricamente dependiente del poder del Estado. Pero las dimensiones y la complejidad del Estado hacen que sea cada vez más difícil para los ciudadanos comprender quién toma las decisiones y a quién debe hacerse responsable de las mismas. El desarrollo de las nuevas tecnologías y de la innovación científica sitúa el poder de la toma de decisiones en manos de expertos, lo que incorpora una presión añadida a los modernos modelos liberales de democracia representativa y participativa. Las burocracias a gran escala corren el riesgo de alimentar la desafección ciudadana y de hacer decrecer la confianza en el sistema político. Y existen otras presiones sobre la tradicional concepción socialdemócrata del Estado, como son las del envejecimiento de la sociedad y una demografía cambiante, que no van a desaparecer”.
La cita es extensa, pero se ajusta a la explicación del tamaño del desafío que tiene EPN hacia el interior y hacia fuera del PRI. Algo se mueve dentro de ese partido, no todo está dicho. Emilio Gamboa Patrón descendió un peldaño, no perdió su posición de privilegios. Será senador y muy posiblemente conserve la Secretaría General de la CNOP.
Enrique Peña Nieto dirá la última palabra.
Revisitar el pasado -cuando en 30 años se prevé que todas las enfermedades sean curables, a excepción de las mentales; cuando la salud sea un privilegio de ricos- es un error. El tiempo no regresa, ocurre lo mismo con lo que pudo ser un éxito.
Es cierto también que la globalización y el libre mercado no son la panacea. Para México la respuesta a todos sus problemas está en que asuma el papel histórico que le corresponde: es la puerta de entrada al Imperio, el cerrojo de su seguridad regional y nacional, no su patio trasero, como quieren acotar el futuro de la nación.
Olaf Cramme y Patrick Diamond sostienen: “Históricamente, la socialdemocracia se ha desarrollado conjuntamente con el capitalismo. Este ha marcado los límites respecto a lo que es visto como políticamente factible. Los socialdemócratas fueron un paso por delante de los acontecimientos al levantar unos pilares institucionales que no solo protegían a los ciudadanos de las duras condiciones de la economía de mercado sino que sobre todo ayudaron a conformarla.
“Los críticos sostenían que los partidos de centro-izquierda se habían hecho estructuralmente dependientes del capitalismo, de los mercados para generar un superávit con el que invertir en bienestar y servicios públicos. Pero reformar el capitalismo ha demostrado ser cada vez más difícil, en particular debido a que los socialdemócratas han perdido de vista la fundamental transformación experimentada por aquel durante las últimas décadas. Volver a comprender el carácter cambiante del capitalismo de mercado nunca ha sido tan urgente para el centro-izquierda, que aspira a promover una concepción más justa y humana de la economía de mercado.
“La socialdemocracia ha sido históricamente dependiente del poder del Estado. Pero las dimensiones y la complejidad del Estado hacen que sea cada vez más difícil para los ciudadanos comprender quién toma las decisiones y a quién debe hacerse responsable de las mismas. El desarrollo de las nuevas tecnologías y de la innovación científica sitúa el poder de la toma de decisiones en manos de expertos, lo que incorpora una presión añadida a los modernos modelos liberales de democracia representativa y participativa. Las burocracias a gran escala corren el riesgo de alimentar la desafección ciudadana y de hacer decrecer la confianza en el sistema político. Y existen otras presiones sobre la tradicional concepción socialdemócrata del Estado, como son las del envejecimiento de la sociedad y una demografía cambiante, que no van a desaparecer”.
La cita es extensa, pero se ajusta a la explicación del tamaño del desafío que tiene EPN hacia el interior y hacia fuera del PRI. Algo se mueve dentro de ese partido, no todo está dicho. Emilio Gamboa Patrón descendió un peldaño, no perdió su posición de privilegios. Será senador y muy posiblemente conserve la Secretaría General de la CNOP.
Enrique Peña Nieto dirá la última palabra.
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