Ricardo Alemán
Apartir de encuestas que de manera generalizada dan como puntero a Enrique Peña Nieto, parte de la llamada “opinión pública” supone que el mexiquense tiene vía libre a Los Pinos.
Y en efecto, una primera mirada permite suponer que si un candidato lleva 20 puntos sobre el segundo lugar y casi 30 respecto de la tercera posición, tiene todo para ganar.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. En estados como Tabasco, Morelos y el Distrito Federal, entre otros, cada vez es más claro que alguien engañó al jefe real del PRI, a Enrique Peña Nieto, cuyo partido pudiera resultar perdedor en los dos primeros estados —Tabasco y Morelos—, mientras que en el DF las cosas no resultan como fueron diseñadas.
Pero Tabasco pudiera ser el mayor engaño a Peña Nieto, ya que, además de que el gobernador Andrés Granier dejó un cochinero, fue incapaz de procesar la sucesión. Frente a ese vacío, un compadre de Peña Nieto metió la mano para designar al candidato del PRI, a Jesús Alí, quien prácticamente ya perdió la elección y el estado. ¿Y quién es el compadre capaz de influir en Peña Nieto con esa fuerza?
Se llama Benito Neme, se dice compadre de Peña Nieto, se le acreditan grandes negocios en el Estado de México y es el hijo menor del defenestrado gobernador de Tabasco, Salvador Neme Castillo.
La historia de los Neme Sastre data de 1988 cuando su padre, Salvador Neme Castillo, fue gobernador de Tabasco, cargo que sólo pudo ocupar por tres años debido a que cayó al ser acusado de corrupción, de la que no eran ajenos sus hijos. Luego de que Salvador Neme cayó, algunos de sus hijos se refugiaron en el Estado de México, en donde se vincularon estrechamente con Enrique Peña Nieto, además de hacer grandes negocios.
Llamó la atención que apenas en 2011 el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, acudiera a Tabasco a develar un busto del extinto Neme Castillo, al que los tabasqueños no quieren ni recordar. Sin embargo, desde esa visita a Tabasco, el hijo menor de Salvador Neme, Benito, presume entre propios y extraños de la cercanía e influencia que tiene con Peña Nieto, a quien moteja como “compadre”.
Pero no es todo, lo último que enfureció al priismo local —y que lo consideró un verdadero agravio— fue la intromisión de Benito Neme en la designación del candidato del PRI al gobierno de Tabasco. Y es que, después del cochinero que dejó el gobernador Granier, Benito logró convencer a su compadre Enrique de que él se encargaba de ganar la elección para su amigo Jesús Alí, hoy candidato del PRI. Pero muy pronto “apareció el peine”.
Resulta que la designación de Alí provocó una desbandada masiva del PRI tabasqueño hacia la candidatura de las llamadas izquierdas, al grado de que se corre el riesgo de que, por primera ocasión, el PRI pierda el gobierno de Tabasco, ya que el ex priista y lopezobradorista Arturo Núñez recibió con los brazos abiertos a los disidentes del PRI. Y hoy se perfila como virtual ganador. ¿Por qué?
Elemental, porque el dueño de la franquicia política de la izquierda, el señor Andrés Manuel López Obrador, levantará tantos votos como un cómodo dos a uno sobre el PRI, en tanto que Núñez ya puntea en las encuestas. Claro, además de que el químico Granier hizo su parte; el suyo fue uno de los peores gobiernos que haya tenido Tabasco, en tanto que Jesús Alí, en realidad, es un político de párvulos.
Parece claro que alguien engañó a Enrique Peña en torno al proceso electoral de Tabasco, ya que en aquella entidad siguen aún frescos los agravios de los hermanos Neme Sastre, continúan latentes los conflictos de Benito Neme con la PGR —que en su momento detonaron la caída de Salvador Neme del gobierno— y, por si fuera poco, resulta que el jefe de campaña del PRI en Tabasco es nada menos que Same Yabur, quien fue secretario de Finanzas del luego defenestrado gobierno de Salvador Neme.
Por todo lo anterior, el candidato de López Obrador a Tabasco, el señor Arturo Núñez, se perfila como ganador en la elección concurrente, para renovar el gobierno de la entidad; un estado petrolero de donde podría salir la rebelión contra la apertura de Pemex —que es parte de la propuesta de gobierno de Enrique Peña Nieto—, si es que se convierte en una entidad en manos de AMLO. En Morelos la historia es muy parecida, pero de ese caso nos ocuparemos en otro momento.
EN EL CAMINO
En el Canal Mexiquense de televisión hoy se inicia parte de su nueva programación. Elisa Alanís conduce Con todo respeto, el autor de este espacio estará al frente de La báscula y Gabriela Tlaseca se encargará de Retuit. ¡Suerte a todos!
Apartir de encuestas que de manera generalizada dan como puntero a Enrique Peña Nieto, parte de la llamada “opinión pública” supone que el mexiquense tiene vía libre a Los Pinos.
Y en efecto, una primera mirada permite suponer que si un candidato lleva 20 puntos sobre el segundo lugar y casi 30 respecto de la tercera posición, tiene todo para ganar.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. En estados como Tabasco, Morelos y el Distrito Federal, entre otros, cada vez es más claro que alguien engañó al jefe real del PRI, a Enrique Peña Nieto, cuyo partido pudiera resultar perdedor en los dos primeros estados —Tabasco y Morelos—, mientras que en el DF las cosas no resultan como fueron diseñadas.
Pero Tabasco pudiera ser el mayor engaño a Peña Nieto, ya que, además de que el gobernador Andrés Granier dejó un cochinero, fue incapaz de procesar la sucesión. Frente a ese vacío, un compadre de Peña Nieto metió la mano para designar al candidato del PRI, a Jesús Alí, quien prácticamente ya perdió la elección y el estado. ¿Y quién es el compadre capaz de influir en Peña Nieto con esa fuerza?
Se llama Benito Neme, se dice compadre de Peña Nieto, se le acreditan grandes negocios en el Estado de México y es el hijo menor del defenestrado gobernador de Tabasco, Salvador Neme Castillo.
La historia de los Neme Sastre data de 1988 cuando su padre, Salvador Neme Castillo, fue gobernador de Tabasco, cargo que sólo pudo ocupar por tres años debido a que cayó al ser acusado de corrupción, de la que no eran ajenos sus hijos. Luego de que Salvador Neme cayó, algunos de sus hijos se refugiaron en el Estado de México, en donde se vincularon estrechamente con Enrique Peña Nieto, además de hacer grandes negocios.
Llamó la atención que apenas en 2011 el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, acudiera a Tabasco a develar un busto del extinto Neme Castillo, al que los tabasqueños no quieren ni recordar. Sin embargo, desde esa visita a Tabasco, el hijo menor de Salvador Neme, Benito, presume entre propios y extraños de la cercanía e influencia que tiene con Peña Nieto, a quien moteja como “compadre”.
Pero no es todo, lo último que enfureció al priismo local —y que lo consideró un verdadero agravio— fue la intromisión de Benito Neme en la designación del candidato del PRI al gobierno de Tabasco. Y es que, después del cochinero que dejó el gobernador Granier, Benito logró convencer a su compadre Enrique de que él se encargaba de ganar la elección para su amigo Jesús Alí, hoy candidato del PRI. Pero muy pronto “apareció el peine”.
Resulta que la designación de Alí provocó una desbandada masiva del PRI tabasqueño hacia la candidatura de las llamadas izquierdas, al grado de que se corre el riesgo de que, por primera ocasión, el PRI pierda el gobierno de Tabasco, ya que el ex priista y lopezobradorista Arturo Núñez recibió con los brazos abiertos a los disidentes del PRI. Y hoy se perfila como virtual ganador. ¿Por qué?
Elemental, porque el dueño de la franquicia política de la izquierda, el señor Andrés Manuel López Obrador, levantará tantos votos como un cómodo dos a uno sobre el PRI, en tanto que Núñez ya puntea en las encuestas. Claro, además de que el químico Granier hizo su parte; el suyo fue uno de los peores gobiernos que haya tenido Tabasco, en tanto que Jesús Alí, en realidad, es un político de párvulos.
Parece claro que alguien engañó a Enrique Peña en torno al proceso electoral de Tabasco, ya que en aquella entidad siguen aún frescos los agravios de los hermanos Neme Sastre, continúan latentes los conflictos de Benito Neme con la PGR —que en su momento detonaron la caída de Salvador Neme del gobierno— y, por si fuera poco, resulta que el jefe de campaña del PRI en Tabasco es nada menos que Same Yabur, quien fue secretario de Finanzas del luego defenestrado gobierno de Salvador Neme.
Por todo lo anterior, el candidato de López Obrador a Tabasco, el señor Arturo Núñez, se perfila como ganador en la elección concurrente, para renovar el gobierno de la entidad; un estado petrolero de donde podría salir la rebelión contra la apertura de Pemex —que es parte de la propuesta de gobierno de Enrique Peña Nieto—, si es que se convierte en una entidad en manos de AMLO. En Morelos la historia es muy parecida, pero de ese caso nos ocuparemos en otro momento.
EN EL CAMINO
En el Canal Mexiquense de televisión hoy se inicia parte de su nueva programación. Elisa Alanís conduce Con todo respeto, el autor de este espacio estará al frente de La báscula y Gabriela Tlaseca se encargará de Retuit. ¡Suerte a todos!
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