David Colmenares
-RECONSTRUIR EL FEDERALISMO
-ACCIONES INMEDIATAS
-URGEN COMPROMISOS CLAROS
Es urgente construir un nuevo Pacto Fiscal, conformar un Sistema Nacional de Coordinación de las Haciendas Públicas- con su respectiva Ley-, es inaplazable redistribuir las potestades tributarias, terminar con la simulación del federalismo educativo, reducir los pari passus o eliminarlos, reconocer el papel de los congresos locales, eliminar la discrecionalidad en el gasto público y avanzar en serio en mayor transparencia y rendición de cuentas.
La crisis de las finanzas estatales y municipales, profundizada en los últimos años, muestra que el Pacto Fiscal se agotó, hay preocupación en la sociedad por no contar con un mejor sistema tributario y de gasto. Los ingresos fiscales se distribuyen con inequidad: de la recaudación participable . que no es toda-, sólo llega a las entidades federativas el 17 % y poco más del 5 % a los municipios. En el reparto de potestades tributarias, vivimos en un monumento al centralismo fiscal, con sólo el 2.4 % de facultades en los gobiernos locales, por ello más la mayor parte de los ingresos de estados y municipios provienen de las transferencias federales, condicionadas y no condicionadas. Y por ello el crecimiento de la deuda de las entidades federativas, no siempre transparente.
Las Aportaciones de gasto federal condicionado a través de 8 fondos, destacando salud, educación, combate a la pobreza, seguridad, tienen Reglas de Operación restrictivas y son insuficientes. Después de 6 años desde 2009 ya no reciben los cerca de 25 mil millones de pesos de excedentes petroleros: A ello se suma el deterioro en términos reales de las participaciones, que en 2011 terminaron por debajo de sus niveles previos a la crisis.
De acuerdo a la OCDE, además del centralismo tributario, dependemos más que otro País de los ingresos petroleros, con una estructura fiscal fuertemente regresiva que se basa en los impuestos indirectos, lo que afectan más a la población de menores ingresos.
Adicionalmente las entidades padecen el impacto negativo del insuficiente gasto en educación básica a través del FAEB, así como el de los pari passus (mezcla de recursos) requeridos para tener acceso a programas federales.
En el caso de educación hay un inexistente federalismo educativo, ya que las entidades sólo operan los servicios administrativos, con normatividad centralizada y recursos insuficientes y hay algunas muy castigadas con el cambio de fórmula.
Otro drama presupuestario es el de los pari passus, o mezcla de recursos, que condiciona programas federales incluso el de desastres naturales, a la aportación de un porcentaje de recursos estatales –generalmente 50-50- que las entidades federativas y municipios no pueden cubrir y hoy cubren con crédito, en los otros programas se pierden los recursos.
Por otro lado las reformas las fórmulas de reparto de 2008, hacen depender la distribución de participaciones de la población domiciliada y con ello se han dado dramas como el de Tabasco, que ha perdido más de 10 mil millones de pesos respecto a las fórmulas vigentes hasta 2007, pero aun falta lo peor, sólo vamos a la mitad de la gradualidad. Igual le pasa a Nuevo León, Chiapas, Campeche, Tamaulipas, DF, etcétera. Hay una correlación casi perfecta de los nuevos porcentajes, con el de poblacional.
Por ello urge cambiar el sistema fiscal y hacendario del País, que de marco constitucional al federalismo fiscal mexicano. En el corto plazo se debe incrementar el porcentaje participable, y se debe incluir toda la recaudación, no sólo una parte, iniciar una descentralización de las potestades tributarias, acreditar los impuestos cedulares y el ISPT que retienen los gobiernos locales, debe ser participable, ya que es un acto de colaboración administrativa.
Se deben destinar recursos suficientes a resolver de raíz el financiamiento de la educación básica y replantear el modelo. De entrada incrementar para 2013 el Fondo de Compensación del FAEB, en por lo menos a 5 mil millones de pesos. Pensar en descentralizar la mayoría de los programas sociales.
En suma debemos impulsar los cambios que nos permitan salir de la subordinación fiscal para construir el verdadero federalismo fiscal mexicano.
-RECONSTRUIR EL FEDERALISMO
-ACCIONES INMEDIATAS
-URGEN COMPROMISOS CLAROS
Es urgente construir un nuevo Pacto Fiscal, conformar un Sistema Nacional de Coordinación de las Haciendas Públicas- con su respectiva Ley-, es inaplazable redistribuir las potestades tributarias, terminar con la simulación del federalismo educativo, reducir los pari passus o eliminarlos, reconocer el papel de los congresos locales, eliminar la discrecionalidad en el gasto público y avanzar en serio en mayor transparencia y rendición de cuentas.
La crisis de las finanzas estatales y municipales, profundizada en los últimos años, muestra que el Pacto Fiscal se agotó, hay preocupación en la sociedad por no contar con un mejor sistema tributario y de gasto. Los ingresos fiscales se distribuyen con inequidad: de la recaudación participable . que no es toda-, sólo llega a las entidades federativas el 17 % y poco más del 5 % a los municipios. En el reparto de potestades tributarias, vivimos en un monumento al centralismo fiscal, con sólo el 2.4 % de facultades en los gobiernos locales, por ello más la mayor parte de los ingresos de estados y municipios provienen de las transferencias federales, condicionadas y no condicionadas. Y por ello el crecimiento de la deuda de las entidades federativas, no siempre transparente.
Las Aportaciones de gasto federal condicionado a través de 8 fondos, destacando salud, educación, combate a la pobreza, seguridad, tienen Reglas de Operación restrictivas y son insuficientes. Después de 6 años desde 2009 ya no reciben los cerca de 25 mil millones de pesos de excedentes petroleros: A ello se suma el deterioro en términos reales de las participaciones, que en 2011 terminaron por debajo de sus niveles previos a la crisis.
De acuerdo a la OCDE, además del centralismo tributario, dependemos más que otro País de los ingresos petroleros, con una estructura fiscal fuertemente regresiva que se basa en los impuestos indirectos, lo que afectan más a la población de menores ingresos.
Adicionalmente las entidades padecen el impacto negativo del insuficiente gasto en educación básica a través del FAEB, así como el de los pari passus (mezcla de recursos) requeridos para tener acceso a programas federales.
En el caso de educación hay un inexistente federalismo educativo, ya que las entidades sólo operan los servicios administrativos, con normatividad centralizada y recursos insuficientes y hay algunas muy castigadas con el cambio de fórmula.
Otro drama presupuestario es el de los pari passus, o mezcla de recursos, que condiciona programas federales incluso el de desastres naturales, a la aportación de un porcentaje de recursos estatales –generalmente 50-50- que las entidades federativas y municipios no pueden cubrir y hoy cubren con crédito, en los otros programas se pierden los recursos.
Por otro lado las reformas las fórmulas de reparto de 2008, hacen depender la distribución de participaciones de la población domiciliada y con ello se han dado dramas como el de Tabasco, que ha perdido más de 10 mil millones de pesos respecto a las fórmulas vigentes hasta 2007, pero aun falta lo peor, sólo vamos a la mitad de la gradualidad. Igual le pasa a Nuevo León, Chiapas, Campeche, Tamaulipas, DF, etcétera. Hay una correlación casi perfecta de los nuevos porcentajes, con el de poblacional.
Por ello urge cambiar el sistema fiscal y hacendario del País, que de marco constitucional al federalismo fiscal mexicano. En el corto plazo se debe incrementar el porcentaje participable, y se debe incluir toda la recaudación, no sólo una parte, iniciar una descentralización de las potestades tributarias, acreditar los impuestos cedulares y el ISPT que retienen los gobiernos locales, debe ser participable, ya que es un acto de colaboración administrativa.
Se deben destinar recursos suficientes a resolver de raíz el financiamiento de la educación básica y replantear el modelo. De entrada incrementar para 2013 el Fondo de Compensación del FAEB, en por lo menos a 5 mil millones de pesos. Pensar en descentralizar la mayoría de los programas sociales.
En suma debemos impulsar los cambios que nos permitan salir de la subordinación fiscal para construir el verdadero federalismo fiscal mexicano.
Comentarios