Samuel García
Ayer por la vía gremial los empresarios les pidieron a los legisladores aprobar una reforma política a fondo en las próximas tres semanas antes que concluya el periodo ordinario de sesiones del Congreso el 30 de abril.
En un video grabado, y subido a la red social Youtube, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, leyó un mensaje con tres asuntos centrales: 1. La aprobación de las reformas a la ley de Amparo y a la ley Anti-Lavado de Dinero. 2. La aprobación de una reforma política que incluya la reelección legislativa consecutiva, las candidaturas independientes para puestos de elección federal y local, una revisión a las inconsistencias de la reforma electoral de 2007, y la creación de un solo instituto electoral para todo el país. Y 3. La aprobación de un código de responsabilidades para los legisladores que elimine los abusos en el uso del fuero, promueva la transparencia y rendición de cuentas, y fomente la formación de acuerdos legislativos.
Al final de su mensaje el presidente del CCE lanzó una crítica a los legisladores a quienes responsabilizó del alto costo económico para el país de su inacción y desacuerdos políticos.
Cualquier revisión de la agenda planteada por el organismo empresarial concluiría que es sensata y oportuna y que debería ser atendida con urgencia por sus destinatarios. En términos generales difícilmente se podrá argumentar en contra de la discusión y aprobación de reformas como las señaladas y que han sido pospuestas en varias ocasiones no por su racionalidad, ni por su necesidad, sino sencillamente por su inconveniencia política.
Por otro lado, no es la primera vez que los grandes empresarios agrupados en sus cámaras y asociaciones gremiales lanzan un llamado de esta naturaleza a los políticos; tradicionalmente lo han hecho organismos como Concamin y Coparmex.
Sin embargo a pesar de los insistentes llamados, éstos han sido bastante ineficaces. Poco o muy poco ha ocurrido en materia de decisiones políticas en respuesta a las críticas de los gremios empresariales. Y no ha ocurrido en general por que los grandes empresarios del país siguen ausentes de sus propios organismos de representación formal.
Ellos actúan, negocian y deciden con los altos funcionarios del gobierno, o con los legisladores clave del Congreso, bajo sus propios tiempos, formas, conveniencias y medios; no a través de las ventanillas del CCE y mucho menos vía los organismos empresariales que en teoría les corresponden.
En todo caso estos organismos son caja de resonancia de algunas de las intenciones de los grandes empresarios, pero no son los vehículos determinantes para alcanzar sus acuerdos con el sector público y con la clase política.
Por eso al ver el vídeo con el mensaje de Gerardo Gutiérrez Candiani para una pronta aprobación de la reforma política, no se puede dejar de pensar en si los diputados priístas que responden a Enrique Peña Nieto -y que abortaron las propuestas clave de la reforma política aprobada en el Senado- acaso tienen acuerdos cruzados con la agenda de algunos de los grandes empresarios que pertenecen al CCE.
Así es el doble discurso.
Ayer por la vía gremial los empresarios les pidieron a los legisladores aprobar una reforma política a fondo en las próximas tres semanas antes que concluya el periodo ordinario de sesiones del Congreso el 30 de abril.
En un video grabado, y subido a la red social Youtube, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Gerardo Gutiérrez Candiani, leyó un mensaje con tres asuntos centrales: 1. La aprobación de las reformas a la ley de Amparo y a la ley Anti-Lavado de Dinero. 2. La aprobación de una reforma política que incluya la reelección legislativa consecutiva, las candidaturas independientes para puestos de elección federal y local, una revisión a las inconsistencias de la reforma electoral de 2007, y la creación de un solo instituto electoral para todo el país. Y 3. La aprobación de un código de responsabilidades para los legisladores que elimine los abusos en el uso del fuero, promueva la transparencia y rendición de cuentas, y fomente la formación de acuerdos legislativos.
Al final de su mensaje el presidente del CCE lanzó una crítica a los legisladores a quienes responsabilizó del alto costo económico para el país de su inacción y desacuerdos políticos.
Cualquier revisión de la agenda planteada por el organismo empresarial concluiría que es sensata y oportuna y que debería ser atendida con urgencia por sus destinatarios. En términos generales difícilmente se podrá argumentar en contra de la discusión y aprobación de reformas como las señaladas y que han sido pospuestas en varias ocasiones no por su racionalidad, ni por su necesidad, sino sencillamente por su inconveniencia política.
Por otro lado, no es la primera vez que los grandes empresarios agrupados en sus cámaras y asociaciones gremiales lanzan un llamado de esta naturaleza a los políticos; tradicionalmente lo han hecho organismos como Concamin y Coparmex.
Sin embargo a pesar de los insistentes llamados, éstos han sido bastante ineficaces. Poco o muy poco ha ocurrido en materia de decisiones políticas en respuesta a las críticas de los gremios empresariales. Y no ha ocurrido en general por que los grandes empresarios del país siguen ausentes de sus propios organismos de representación formal.
Ellos actúan, negocian y deciden con los altos funcionarios del gobierno, o con los legisladores clave del Congreso, bajo sus propios tiempos, formas, conveniencias y medios; no a través de las ventanillas del CCE y mucho menos vía los organismos empresariales que en teoría les corresponden.
En todo caso estos organismos son caja de resonancia de algunas de las intenciones de los grandes empresarios, pero no son los vehículos determinantes para alcanzar sus acuerdos con el sector público y con la clase política.
Por eso al ver el vídeo con el mensaje de Gerardo Gutiérrez Candiani para una pronta aprobación de la reforma política, no se puede dejar de pensar en si los diputados priístas que responden a Enrique Peña Nieto -y que abortaron las propuestas clave de la reforma política aprobada en el Senado- acaso tienen acuerdos cruzados con la agenda de algunos de los grandes empresarios que pertenecen al CCE.
Así es el doble discurso.
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