El cuarto de guerra de Josefina

Francisco Garfias

“Si no se logra seguir una línea de mando por parte del (nuevo) equipo, esto está frito. De por sí está complicadísimo”, advirtió Max Cortázar, uno de los siete generales que llegaron ayer al “cuarto de guerra” de Josefina Vázquez Mota. Los siete, más los que ya estaban, intentarán el milagro de alcanzar a Enrique Peña Nieto en las preferencias electorales, en los próximos 80 días.

En el PAN no se engañan. Saben que el abanderado del PRI ha incrementado su amplia ventaja —más de 20 puntos sobre la candidata del PAN— tras la cadena de errores, reales o fabricados, de Josefina o de su equipo.

Las pifias se iniciaron en un Estadio Azul que estaba casi lleno y que se vació a la hora buena. De allí siguió el “nadie es perfecto” (por haber estudiado en la Ibero), la famosa tesina, escrita hace muchos años, en la que apuntó “la UNAM es un monstruo”; el artículo sobre el apoyo a Pinochet, que no fue tal; el “vamos a fortalecer el lavado de dinero”…

Max está consciente de la importancia de que Roberto tenga todos los hilos de los nombramientos de ayer. El ex vocero de la Presidencia aplicó el ineludible principio de que, para corregir, primero hay que reconocer. “Ya no hay margen para el error. Es imperativo que la candidata agarre paso con un buen discurso y tratar de recuperar los puntos que se perdieron en estos 15 días, lo más rápido posible”, puntualizó

Buscamos a Max para preguntarle sobre las dificultades que podrían generarse a partir del hecho de que llegan a El Equipo no sólo mentores de Roberto Gil Zuarth, sino gente que fue poderosa y que ha chocado incluso con el jefe de “gabinete” de Josefina.

La propia candidata pidió “dejar los conflictos internos atrás” y dar un golpe de timón para trabajar juntos con la nueva estrategia.

Al equipo de Josefina llegaron Gustavo Madero, Germán Martínez, Juan Ignacio Zavala, Ernesto Cordero, Juan Manuel Oliva, Miguel Székely.

Súmelos a los que ya estaban: Carlos Medina, Ernesto Ruffo, Santiago Creel, Diódoro Carrasco, Xóchitl Gálvez, Rodolfo Elizondo, Ramón Muñoz, Luis Felipe Bravo, Francisco Ramírez, Julio Di-Bella.

Por si fuera poco, nombró dos coordinadores adjuntos: Rafael Giménez, de Estrategia; y Octavio Aguilar Valenzuela, de Operación.

A algunos panistas les brincó de inmediato que apenas hoy mencionen a Gustavo Madero como integrante del “cuarto de guerra” de la candidata presidencial. ¿Pues dónde tenían entonces al jefe nacional?, se preguntan. Las inclusiones, agregan, llevan un mensaje que impacta más dentro del PAN que fuera, lo cual no es malo, ya que Gil necesita tener más manejo.

“El problema es afuera. ¿Cómo frenas el efecto a la baja que traemos con la gente y en el círculo rojo?”, preguntan, sin encontrar muchas respuestas.

No a todos les gustaron los cambios. Un veterano del azul, de esos de la vieja guardia, fue al límite de la franqueza. “No emocionaron a nadie. Fuera de Juan Ignacio, no me parecen relevantes. Josefina no requiere medidores de opinión. Sabe dónde está parada. Requiere buenos estrategas, como Diego, y buenos operadores”, recalcó.

La primera cabeza que cortó Josefina fue la de la periodista Karla Garduño, ex colaboradora de comunicación social. Se despidió ayer en Twitter de manera muy sui géneris: “Gracias a todos por el apoyo. Hay dedazos que nos cuestan la chamba. Los periodistas lo sabemos”.

Y es que Garduño escribió Tlazcala en lugar de Tlaxcala, al dar a conocer la agenda de Josefina en ese estado.

El error le costó caro a la abanderada del PAN en las redes sociales. Los comentarios malosos tuvieron un denominador común: Hay un candidato que no sabe leer (en referencia a Peña Nieto y su tropiezo en la FIL) y otra candidata que no sabe escribir. “Pobre México”, escribieron.

A Karla la despidieron, pero con un garnuchazo. “No se permitirán más errores”, advirtió Vázquez Mota.

El controvertido Greg Sánchez, aparentemente autorretirado de la contienda electoral, ya tiene sustituto como candidato a senador del PRD en Quintana Roo. Se trata del ex senador y ex alcalde Joaquín González Castro.

Nuestro amigo periodista Fernando Meraz, quien vive en Cancún, nos cuenta que el nuevo abanderado trabajó muy cerca del actual dirigente nacional del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, cuando éste fue gobernador, a principios de los ochenta. Fue también diputado local, presidente del Tribunal Superior de Justicia y visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Sin precedentes el homenaje de cuerpo presente que le rindió ayer la Cámara de Diputados al fallecido diputado federal Juventino Castro y Castro, otrora ministro de la Suprema Corte.

El priista Francisco Rojas, el panista Francisco Ramírez Acuña y el verde Juan José Guerra, entre otros, hicieron una guardia de honor alrededor del féretro del hombre que en sus últimos años se adhirió con entusiasmo a la causa de Andrés Manuel López Obrador.

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