José Cárdenas
Los ex presidentes de la República suelen ser rehenes de la conveniencia… y a veces de la imprudencia.
Recordamos a Miguel de la Madrid cuando habló mal de Carlos Salinas y fue obligado a retractarse.
Ahora, Vicente Fox también se ve empujado a meter reversa… aunque sólo a medias.
Primero afirmó:
—“Mi parte racional me hace ver que solamente un milagro hará que el PAN gane las elecciones.”
Y a los tres días, lo ataca el síndrome de La Chimoltrufia: “Así como te digo una cosa, te digo la otra… así como te digo que sí, te digo que a lo mejor quién sabe”.
—No te apures Josefina, cuentas conmigo incondicionalmente, y espero que México se beneficie con tu triunfo, con tu talento y con el futuro que nos vas a dejar —soba y halaga—.
—¿Le habrán hecho manita de puerco?
No hay nadie que le haga eso al ranchero enamorado... pero sí le habrán reclamado:
—Por favor Vicente, no la atrases hermano, ayúdanos; estás viendo cómo andan las cosas y tú le echas más leña verde a la hoguera.
Pero a Josefina Vázquez Mota le vale… ella va y se engancha.
—¿Verdad que sí existen los milagros? —le dice a aquél—.
Y Fox, con una cachaza marca registrada, la abraza, besa su mano, y le mira con hipocresía de telenovela.
Vicente Fox es un gran cínico. También un gran actor… logró lo que quería: que lo tomen en cuenta.
Los panistas todavía creen que la opinión del guanajuatense es un estímulo electoral… ¿A favor de la mejor?
Para mí que Vicente Fox les da el avión…
—¿De veras creerán en el “Cuarto de Guerra” de la campaña de Josefina en la utilidad de los hipócritas halagos del ex presidente… hacia “su presidente”?
Como palero, Fox no sirve.
Llama la atención cuando habla y concita la irritación de los panistas a quienes les tiene tomada la medida… del primero al último.
Lo malo es que cuando Fox se desdice sin desdecirse, así sea de tan burda manera, se le asoman las orejas… de burro.
MONJE LOCO: Los sondeos de opinión, que se han convertido en referentes para muchas decisiones, abruman. El IFE ha detectado 217 encuestas originales; es decir, sondeos de opinión contratados y divulgados por quien los financió o por quien los realizó, en menos de dos meses. Más allá de sí, todas las encuestas, absolutamente todas, muestran lo mismo, es decir, el avance de Enrique Peña Nieto y su condición de puntero (que no significa ganador a fin de cuentas), el IFE ha solicitado a los diarios y empresas de información que muestren su metodología y sus bases de datos para determinar si en verdad son trabajos serios o ecos simples de la corriente dominante para alentar a un cliente real o potencial. Y es que las encuestas son parte del “nuevo juego”. Antes no tenían razón de ser porque no había opciones ni preferencias. Ahora ya no las soportamos pero, créame o no, una encuesta, hecha a la carrera por este Monje, revela que 63% de las personas consultadas mira a las encuestas con la morbosa frecuencia del horóscopo. Casi nunca le cree, pero siempre lo tiene presente… no vaya a ser la de malas.
Los ex presidentes de la República suelen ser rehenes de la conveniencia… y a veces de la imprudencia.
Recordamos a Miguel de la Madrid cuando habló mal de Carlos Salinas y fue obligado a retractarse.
Ahora, Vicente Fox también se ve empujado a meter reversa… aunque sólo a medias.
Primero afirmó:
—“Mi parte racional me hace ver que solamente un milagro hará que el PAN gane las elecciones.”
Y a los tres días, lo ataca el síndrome de La Chimoltrufia: “Así como te digo una cosa, te digo la otra… así como te digo que sí, te digo que a lo mejor quién sabe”.
—No te apures Josefina, cuentas conmigo incondicionalmente, y espero que México se beneficie con tu triunfo, con tu talento y con el futuro que nos vas a dejar —soba y halaga—.
—¿Le habrán hecho manita de puerco?
No hay nadie que le haga eso al ranchero enamorado... pero sí le habrán reclamado:
—Por favor Vicente, no la atrases hermano, ayúdanos; estás viendo cómo andan las cosas y tú le echas más leña verde a la hoguera.
Pero a Josefina Vázquez Mota le vale… ella va y se engancha.
—¿Verdad que sí existen los milagros? —le dice a aquél—.
Y Fox, con una cachaza marca registrada, la abraza, besa su mano, y le mira con hipocresía de telenovela.
Vicente Fox es un gran cínico. También un gran actor… logró lo que quería: que lo tomen en cuenta.
Los panistas todavía creen que la opinión del guanajuatense es un estímulo electoral… ¿A favor de la mejor?
Para mí que Vicente Fox les da el avión…
—¿De veras creerán en el “Cuarto de Guerra” de la campaña de Josefina en la utilidad de los hipócritas halagos del ex presidente… hacia “su presidente”?
Como palero, Fox no sirve.
Llama la atención cuando habla y concita la irritación de los panistas a quienes les tiene tomada la medida… del primero al último.
Lo malo es que cuando Fox se desdice sin desdecirse, así sea de tan burda manera, se le asoman las orejas… de burro.
MONJE LOCO: Los sondeos de opinión, que se han convertido en referentes para muchas decisiones, abruman. El IFE ha detectado 217 encuestas originales; es decir, sondeos de opinión contratados y divulgados por quien los financió o por quien los realizó, en menos de dos meses. Más allá de sí, todas las encuestas, absolutamente todas, muestran lo mismo, es decir, el avance de Enrique Peña Nieto y su condición de puntero (que no significa ganador a fin de cuentas), el IFE ha solicitado a los diarios y empresas de información que muestren su metodología y sus bases de datos para determinar si en verdad son trabajos serios o ecos simples de la corriente dominante para alentar a un cliente real o potencial. Y es que las encuestas son parte del “nuevo juego”. Antes no tenían razón de ser porque no había opciones ni preferencias. Ahora ya no las soportamos pero, créame o no, una encuesta, hecha a la carrera por este Monje, revela que 63% de las personas consultadas mira a las encuestas con la morbosa frecuencia del horóscopo. Casi nunca le cree, pero siempre lo tiene presente… no vaya a ser la de malas.
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