Otto Schober / La Línea del Tiempo
La Organización de las Naciones Unidas creó el Día Universal del Niño el 20 de noviembre y recomendó a todos los países que instituyeran el suyo.
Por ejemplo, Paraguay lo celebra el 31 de mayo, Venezuela el tercer domingo de junio, en Uruguay el 9 de agosto, Chile y Argentina lo celebran el segundo domingo de agosto, Perú el tercer domingo de agosto, en Brasil el 8 de octubre, Colombia el último sábado de abril y en México, el 30 de este último mes, donde el Día del Niño, es algo parecido a lo que sucede en el Día de las Madres o el Día del Maestro, sólo ese día los recordamos.
Los castigos para quien maltrata un niño parecen ser muy leves. En Coahuila se han analizado no hace mucho las penas para los delincuentes, pero parece que atacar a un niño no es muy grave.
En la ONU se aprobó la declaración de los derechos del niño en 1959, con sólo 10 artículos, donde se destaca el derecho que tenemos a reconocerlos sin importar la raza, color, sexo, idioma, religión, política, origen nacional o social, posición económica y nacimiento; a gozar de protección especial, de oportunidades para poder desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente saludables, en libertad y con dignidad; derecho a tener nombre y una nacionalidad; a tener beneficios de seguridad social, a crecer y desarrollarse con salud, incluso desde antes de nacer, a alimentarse, a tener vivienda, recreo y servicios médicos adecuados; a tener cuidados especiales si se es niño con capacidades diferentes; a crecer bajo el amparo de sus padres bajo un ambiente de afecto y de seguridad moral y material, a no separarse de su madre si tienen corta edad, a disfrutar de ayuda del Gobierno en caso de familias numerosas; a recibir educación gratuita y obligatoria, tener derecho de atención, protección y socorro antes que los adultos; a ser protegido en contra del abandono, crueldad y explotación, a no ser objeto de ningún tipo de trata, a no trabajar antes de una edad mínima adecuada, a no tener un trabajo que perjudique su salud, educación o impedirles desarrollarse física, mental y moralmente; a ser protegidos en contra de la discriminación racial, religiosa o de cualquier tipo.
Pero, ¿Cuántos de estos derechos se respetan en realidad? Son conocidas las instituciones educativas en donde se anteponen un sinnúmero de pretextos para no recibir niños con capacidades diferentes, pero, ¿Qué hacen nuestras autoridades para permitir esta discriminación? ¿Cuántos niños son obligados a trabajar sin pago y no les permiten recibir una educación? ¿Cuántos niños son maltratados físicamente y cuántas personas que lo saben, no hacen nada por remediarlo? ¿Qué tanto hemos hecho por respetar los derechos de los niños? ¿Qué tanto ha realizado el Gobierno, para facilitar los elementos que les permitan hacer valer sus derechos? ¿Qué tanto han gestionado los legisladores locales, en implementar leyes que los protejan y castiguen ejemplarmente a quien abuse de los menores?
El día del niño es un buen momento para reflexionar sobre nuestra negativa postura.
La Organización de las Naciones Unidas creó el Día Universal del Niño el 20 de noviembre y recomendó a todos los países que instituyeran el suyo.
Por ejemplo, Paraguay lo celebra el 31 de mayo, Venezuela el tercer domingo de junio, en Uruguay el 9 de agosto, Chile y Argentina lo celebran el segundo domingo de agosto, Perú el tercer domingo de agosto, en Brasil el 8 de octubre, Colombia el último sábado de abril y en México, el 30 de este último mes, donde el Día del Niño, es algo parecido a lo que sucede en el Día de las Madres o el Día del Maestro, sólo ese día los recordamos.
Los castigos para quien maltrata un niño parecen ser muy leves. En Coahuila se han analizado no hace mucho las penas para los delincuentes, pero parece que atacar a un niño no es muy grave.
En la ONU se aprobó la declaración de los derechos del niño en 1959, con sólo 10 artículos, donde se destaca el derecho que tenemos a reconocerlos sin importar la raza, color, sexo, idioma, religión, política, origen nacional o social, posición económica y nacimiento; a gozar de protección especial, de oportunidades para poder desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente saludables, en libertad y con dignidad; derecho a tener nombre y una nacionalidad; a tener beneficios de seguridad social, a crecer y desarrollarse con salud, incluso desde antes de nacer, a alimentarse, a tener vivienda, recreo y servicios médicos adecuados; a tener cuidados especiales si se es niño con capacidades diferentes; a crecer bajo el amparo de sus padres bajo un ambiente de afecto y de seguridad moral y material, a no separarse de su madre si tienen corta edad, a disfrutar de ayuda del Gobierno en caso de familias numerosas; a recibir educación gratuita y obligatoria, tener derecho de atención, protección y socorro antes que los adultos; a ser protegido en contra del abandono, crueldad y explotación, a no ser objeto de ningún tipo de trata, a no trabajar antes de una edad mínima adecuada, a no tener un trabajo que perjudique su salud, educación o impedirles desarrollarse física, mental y moralmente; a ser protegidos en contra de la discriminación racial, religiosa o de cualquier tipo.
Pero, ¿Cuántos de estos derechos se respetan en realidad? Son conocidas las instituciones educativas en donde se anteponen un sinnúmero de pretextos para no recibir niños con capacidades diferentes, pero, ¿Qué hacen nuestras autoridades para permitir esta discriminación? ¿Cuántos niños son obligados a trabajar sin pago y no les permiten recibir una educación? ¿Cuántos niños son maltratados físicamente y cuántas personas que lo saben, no hacen nada por remediarlo? ¿Qué tanto hemos hecho por respetar los derechos de los niños? ¿Qué tanto ha realizado el Gobierno, para facilitar los elementos que les permitan hacer valer sus derechos? ¿Qué tanto han gestionado los legisladores locales, en implementar leyes que los protejan y castiguen ejemplarmente a quien abuse de los menores?
El día del niño es un buen momento para reflexionar sobre nuestra negativa postura.
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