Casos de corrupción en la capital

El pesado fardo de la sospecha
Wal-Mart, la punta de la madeja

Miguel Ángel Velázquez / Ciudad Perdida


Antes de que termine el sexenio las autoridades de esta ciudad deberán dar una explicación amplia y contundente de cómo y por qué se han efectuado cambios de ley –el uso de suelo es el ejemplo más recurrente–, que en muchos casos suenan a corrupción y que podrían ser nada más falta de información.

El ejercicio deberá servir, entre otras muchas cosas, para que los habitantes de la ciudad se sientan tranquilos respecto de su decisión de votar por la izquierda hace seis años, y de refrendar ese sufragio, si así lo prefieren, en la próxima elección. Esto porque el gobierno de la ciudad carga con el pesado fardo de la sospecha, y los hechos de corrupción deben estar perfectamente delimitados, y en su caso castigados.

La denuncia en contra de las tiendas Wal-Mart podría ser la punta de la madeja que permita hallar los focos de corrupción que pudo haber creado la voracidad de esa empresa que se dice la segunda más grande en valor del mercado bursátil, incluso superando a Telmex, según asegura la propia Bolsa Mexicana de Valores.

Y es que en la ciudad de México, Wal-Mart tiene a la fecha 23 tiendas con esa marca. La mayoría de ellas en la delegación Gustavo A. Madero, pero también las hay en otras nueve delegaciones del Distrito Federal. Resulta curioso, pero Wal-Mart sólo tiene una tienda en la delegación Iztapalapa, la más poblada de la ciudad, pero también la más pobre. No contamos, desde luego, las tiendas Sam’s, ni los Vips, Bodegas Aurrerá o los Superamas y los Suburbias, que son otro tanto mayor.

El asunto le pegó a la Asamblea Legislativa, desde donde se realizaron los cambios de uso de suelo que podrían haber beneficiado a la empresa, y por eso el sobresalto de algunos diputados locales que ya iniciaron una investigación para saber si hubo algún hecho fuera de lo legal que hubiera permitido a Wal-Mart instalarse.

Algo no muy bueno se metió en la cabeza de los legisladores que encajaron la norma 29 en las leyes de la ciudad. Esta reglamentación, que fue, desde luego, apelada, y que perdió en juzgados la empresa Wal-Mart, advierte que las tiendas sólo podrán construirse en lugares cuya zonificación secundaria sea la de habitacional mixto, lo cual indica que ya no existirán más tiendas en lugares destinados solo al uso habitacional.

Pero la verdad es que el DF requiere de una sacudida fuerte en eso de las investigaciones por corrupción. Las denuncias, aunque no sean ante la autoridad, son parte de la vida de cualquier defeño que pretenda un servicio de gobierno. Coyotes o burócratas, en cada ventanilla hay uno que pide cuando menos para el chesco si de agilizar un trámite se trata.

Nada mal estaría que Marcelo Ebrard encabezara una cruzada en contra de la corrupción, delegación por delegación, secretaría por secretaría. A su gobierno, el de Ebrard, le sentaría muy bien, pero al ciudadano que irá a las urnas en breve, como dijimos, le daría certeza. Total, uno que otro pájaro de los que ya deben mucho, debería pagar por este mal que aqueja a toda la ciudad.

De pasadita

Coyoacán está en peligro. El aviso de alerta se dio desde hace rato en el PRD, pero nadie ha querido hacer caso. Ayer los candidatos al Senado por ese partido tuvieron que soportar las críticas de la gente por la pésima decisión de ese partido al postular como candidato a delegado a Mauricio Toledo, quien, según nos dice, la gente de allá está lejos de conseguir el voto de la gente que busca un representante de la izquierda.

Y después del encontronazo, Mario Delgado, que persigue la senaduría por el DF y escuchó las demandas de los habitantes de Coyoacán, ayer mismo, hoy presentará un camión que viajará por toda la ciudad, donde la gente podrá sentarse en un escaño y desde allí demandar lo que requiere la ciudad. Está bien que la gente hable, ojalá y sea escuchada.

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