Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder
Leo con azoro que algunos columnistas, analistas y editorialistas sostienen que México dio, durante los doce años del panato, pasos de gigante en materia de democracia. ¿Cómo calificar, entonces, las intromisiones ilegales e inconstitucionales de Vicente Fox y Felipe Calderón en sus sucesiones presidenciales?
Ahora el IFE afirma que Felipe Calderón Hinojosa viola la Constitución y el Cofipe al incentivar la inequidad de la contienda electoral con sus cartas personalizadas dirigidas a los contribuyentes cumplidores, porque las del IMSS ya están en el pasado. En un alarde de ingenio, quieren involucionar de los causantes cautivos a los electores cautivos, para ir más allá de la guerra sucia y enterrar, con las boletas electorales depositadas en las urnas, el recuerdo de los miles y miles de muertos que costaron a los mexicanos 741 mil millones de pesos en dinero fiscal, pero que para nada sirvieron, porque fueron ejecuciones, crímenes, asesinatos inútiles.
Convoquemos a la reflexión, se requiere una pausa, pues tanto el Congreso como el Poder Judicial de la Federación tienen, como punto de orgullo, reiterar machaconamente que ya no son los empleados del Ejecutivo, que son independientes, que han sido habilitados para defender los intereses de la sociedad; sin embargo, cuando de pasar a los hechos se trata escurren el bulto y, calladitos, dejan que Calderón Hinojosa haga de las suyas, pues como Elías, está donde está debido a la Providencia, no a un mandato constitucional.
Convocar a la reflexión para dar su verdadera importancia al compromiso adquirido por los presidentes de la República cuando asumen el cargo y, orondos, afirman con voz impostada que cumplirán y harán cumplir la Constitución, y que de no hacerlo así, que la nación se los demande.
¿Cómo puede hacerlo la nación? Dadas las condiciones de sometimiento en que se encuentran los otros dos Poderes, la única posibilidad consiste en que los electores cautivos rechacen al PAN, como en su momento hicieron con el PRI, pero eso no resuelve nada.
Lo que se requiere es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Congreso despierten, decidan, de una vez por todas, poner un hasta aquí a la manera en que el presidente se burla de la sociedad y de esas instituciones, convocar a una Comisión Instructora, iniciar los procedimientos para incoarle juicio político al Presidente de la República, por incumplimiento flagrante de su mandato constitucional.
No se trata de un juicio penal, civil o administrativo, contra los cuales goza de inmunidad, sino de un juicio político que permita establecer límites al abuso del poder presidencial, y facilite sancionar a Felipe Calderón una vez que haya entregado la banda presidencial, el fuero.
El país continuará a la deriva mientras no se modifique el comportamiento civil y político de diputados, senadores, ministros, magistrados, jueces… y todo aquel que represente a la autoridad, porque México es, todavía, el país de un solo hombre.
Allí está ya el antecedente del diputado local panista de Jalisco, Gustavo Macías Zambrano. Cuando quieren, se puede.
Leo con azoro que algunos columnistas, analistas y editorialistas sostienen que México dio, durante los doce años del panato, pasos de gigante en materia de democracia. ¿Cómo calificar, entonces, las intromisiones ilegales e inconstitucionales de Vicente Fox y Felipe Calderón en sus sucesiones presidenciales?
Ahora el IFE afirma que Felipe Calderón Hinojosa viola la Constitución y el Cofipe al incentivar la inequidad de la contienda electoral con sus cartas personalizadas dirigidas a los contribuyentes cumplidores, porque las del IMSS ya están en el pasado. En un alarde de ingenio, quieren involucionar de los causantes cautivos a los electores cautivos, para ir más allá de la guerra sucia y enterrar, con las boletas electorales depositadas en las urnas, el recuerdo de los miles y miles de muertos que costaron a los mexicanos 741 mil millones de pesos en dinero fiscal, pero que para nada sirvieron, porque fueron ejecuciones, crímenes, asesinatos inútiles.
Convoquemos a la reflexión, se requiere una pausa, pues tanto el Congreso como el Poder Judicial de la Federación tienen, como punto de orgullo, reiterar machaconamente que ya no son los empleados del Ejecutivo, que son independientes, que han sido habilitados para defender los intereses de la sociedad; sin embargo, cuando de pasar a los hechos se trata escurren el bulto y, calladitos, dejan que Calderón Hinojosa haga de las suyas, pues como Elías, está donde está debido a la Providencia, no a un mandato constitucional.
Convocar a la reflexión para dar su verdadera importancia al compromiso adquirido por los presidentes de la República cuando asumen el cargo y, orondos, afirman con voz impostada que cumplirán y harán cumplir la Constitución, y que de no hacerlo así, que la nación se los demande.
¿Cómo puede hacerlo la nación? Dadas las condiciones de sometimiento en que se encuentran los otros dos Poderes, la única posibilidad consiste en que los electores cautivos rechacen al PAN, como en su momento hicieron con el PRI, pero eso no resuelve nada.
Lo que se requiere es que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Congreso despierten, decidan, de una vez por todas, poner un hasta aquí a la manera en que el presidente se burla de la sociedad y de esas instituciones, convocar a una Comisión Instructora, iniciar los procedimientos para incoarle juicio político al Presidente de la República, por incumplimiento flagrante de su mandato constitucional.
No se trata de un juicio penal, civil o administrativo, contra los cuales goza de inmunidad, sino de un juicio político que permita establecer límites al abuso del poder presidencial, y facilite sancionar a Felipe Calderón una vez que haya entregado la banda presidencial, el fuero.
El país continuará a la deriva mientras no se modifique el comportamiento civil y político de diputados, senadores, ministros, magistrados, jueces… y todo aquel que represente a la autoridad, porque México es, todavía, el país de un solo hombre.
Allí está ya el antecedente del diputado local panista de Jalisco, Gustavo Macías Zambrano. Cuando quieren, se puede.
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