AMLO: hay mucho dinero mal habido derrochado en las campañas

Claudia Herrera Beltrán / Enviada La Jornada

Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la izquierda, denunció que enfrenta a un grupo que derrocha mucho dinero mal habido en las campañas políticas.

Dos semanas después de que arrancó la contienda presidencial el tabasqueño eligió Guasave, el municipio donde obtuvo la votación más alta de Sinaloa en 2006, para endurecer sus acusaciones sobre gastos excesivos en esta primera etapa de la elección.

En su recorrido por Sinaloa y Sonora reiteró que los priístas y panistas de arriba, como Elba Esther Gordillo, Carlos Salinas o Vicente Fox comen en el mismo plato. “Lo acaba de decir Fox: que apoyaba a Enrique Peña Nieto, ofendiendo a la candidata de su partido [Josefina Vázquez Mota], diciendo que sólo un milagro puede hacer el triunfo de la señora.

Estamos enfrentando a un grupo de intereses cerrado muy poderoso; tienen mucho dinero, no se dan cuenta dinero hay en la campaña, mucho dinero mal habido, expresó.

Ante unas 3 mil personas reunidas en el cruce de Corregidora y Zaragoza, un corredor comercial, comentó que un yerno de Gordillo Morales [Fernando González Yáñez] es candidato al Senado por el partido Nueva Transa, pero pide votos para el PRI.

Y generó abucheos cuando mencionó que si Peña Nieto llega a la Presidencia la lideresa magisterial será su secretaria de Educación Pública.

en el vuelo

El que siempre viaja en aerolínea comercial pidió en su rueda de prensa matutina investigar “quién pompó” los vuelos que Enrique Peña Nieto hace en avión y helicóptero.

El tabasqueño voló de la ciudad de México a Los Mochis, Sinaloa. En el trayecto no faltaron los pasajeros que se aproximaron para fotografiarse con él.

Karen, sosteniendo a Dania, su bebé de un mes, dudaba en acercarse; finalmente lo hizo. César Yáñez, el vocero del candidato, cedió el asiento a la mamá y López Obrador cargó a la pequeña envuelta en una cobija rosa y los tres posaron para los fotógrafos. Ya se ganó mi voto, expresó la joven.

Una señora de unos 60 años que viajaba enfrente del abanderado de la coalición Movimiento Progresista se sentó de rodillas en su lugar para poder platicar con él. Lo acaparó la mayor parte de las dos horas del vuelo y hasta le contó chistes de gallegos.

Fin a sábados negros

En Guasave, el académico Marco Borboa dio la bienvenida al visitante y advirtió que no fue ni es ni será un peligro para México, es la salvación.

Si en algo insistieron los candidatos que lo antecedieron en el micrófono fue en denunciar el drama que viven los agricultores de Sinaloa. Primero una helada feroz casi nos arruinó, y ahora la sequía. Si no hacemos algo nos vamos a andar matando por una mazorca de maíz, advirtió Ricardo Armenta.

Por eso la gente aplaudió la promesa del abanderado presidencial de poner fin a las alzas a los combustibles, que describió como los sábados negros, sábados de gasolinazos. Ya son los últimos. Ya falta poco. Esto se va a terminar.

Aclaró que esta medida no implica gastar recursos adicionales, porque los fondos serán recuperados combatiendo la corrupción en empresas como Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

El perredista aprovechó para criticar el dispendio del gobierno federal, en particular en el transporte de los funcionarios. Vamos a acabar con toda la parafernalia. No va a haber aviones privados, helicópteros, todas esas fantocherías derrochando el dinero del presupuesto.

El busto de Juárez

El abanderado presidencial viajó después en camioneta hacia Sonora, la tierra del dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano, quien al ser mencionado en el mitin efectuado en Ciudad Obregón recibió aplausos y algunos chiflidos. Con ellos estaba Alfonso Durazo. La atleta Ana Gabriela Guevara, candidata al Senado, se llevó una fuerte ovación, sobre todo cuando resaltó su lema: Soy mucha mujer.

Al pie del templete, Rafael Valdez Ramírez esperó a López Obrador con un busto de Benito Juárez en la mano que mostraba como trofeo para que los fotógrafos lo captaran.

Lo hice para ti, pero quiero que me lo autografíes, gritaba al tabasqueño el hombre de pantalón de mezclilla, cinturón y botas piteadas, sombrero.

El hombre que sudaba a chorros logró que López Obrador sostuviera un momento la figura y que en su discurso aludiera varias veces a Juárez mientras volteaba a ver a este comerciante de Etchojoa. Otro hombre mostraba un folleto en repudio a la reforma del artículo 24 constitucional en materia religiosa.

El tabasqueño prometió que ya no se privatizarán las estancias infantiles llamadas guarderías. Jamás va a pasar lo que sucedió en la guardería ABC, con lo que aludió a la tragedia de los 49 niños muertos en un incendio y cuyos responsables no han sido castigados.

Y responsabilizó de haber manejado como buitres el fallecimiento de los bebés al ex gobernador Eduardo Bours, cuyo nombre prometió no mencionar, pero cuando lo hizo dio oportunidad a que se expresaran sonoros abucheos.

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