Una comida definitoria

Habría ya candidatos del PRD
Chuchos y bejaranos, ganones

Miguel Ángel Velázquez / Ciudad Perdida


Es probable que por fin se destrabe el conflicto de intereses que ha hecho imposible un acuerdo entre las tribus perredistas para definir la lista de los candidatos del sol azteca a las 16 delegaciones y a las diputaciones locales.

Ayer, a eso de las 13 horas, los teléfonos en las cuevas de los chuchos y de la tribu de René Bejarano sonaron en repetidas ocasiones para conciliar las agendas de los Jesuses –Zambrano y Ortega– con el perversor, y alguna gente de Marcelo Ebrard, según nos informaron.

El acuerdo derivó en una comida en la que unos y otros presentaron sus listas y las opciones de arreglo que, hasta donde se sabe, podrían haber logrado una salida no oficial, es decir, al margen de las instancias creadas por ese partido para resolver el conflicto, y como lo que menos importa es si se tienen buenos candidatos, y de lo que se trata es de repartir el territorio, pues parece que ya se tiene un acuerdo que se presentaría oficialmente el próximo viernes.

Quienes están al tanto de las porquerías que se ha acumulado en los últimos días en el PRD aseguran que Nueva Izquierda mantiene su amenaza de llevar hasta las instancias nacionales la problemática del Distrito Federal, y allí hacer gravitar su mayoría para sacar una tajada mayor de la que se propone ahora como acuerdo.

Y tal vez sí, tal vez ya exista un acuerdo en el que las tribus con menos guerreros queden excluidas de la repartición, y con muy poca fuerza para reclamar algo más de lo que les dejen, lo que en términos reales podría derivar en una rebelión que en nada ayudaría al esfuerzo que a escala nacional se realiza para la campaña presidencial.

Por lo pronto, queda muy claro que no es posible que en el Partido de la Revolución Democrática las cosas puedan ser limpias y transparentes, y que el operador más importante de Marcelo Ebrard, en este caso Héctor Serrano, fue incapaz de crear las instancias de diálogo justo que rompieran con los bloques de poder y llevaran a cada uno de los puestos en juego a quienes estuvieran mejor posicionados entre la población, y no a los servidores de los jefes tribales.

Eso porque la estrategia de los grandes jefes, desde hace rato, es dejar tras de ellos no a los más fieles ni a los más preparados; más bien se escoge al más tarugo para que no se les trepe a las barbas, para que no se coma el pastel, y luego ese tarugo escoge a otro tarugo que lo sucederá con el mismo fin, y así hasta que ya no se halle a nadie con esas características, pero no hay problema porque vuelven a empezar.

Esa es la historia que ahora tiene públicamente congeladas, y desmanteladas, las instancias formales de conciliación partidista, y abren los espacios para los acuerdos fuera de la vista de la militancia que sólo pretenden conciliar intereses sin tener en cuenta cuáles pueden ser los resultados de la opinión de los electores.

Decirlo una vez más parece ya lugar común, pero es necesario repetirlo. El PRD ya no da para más y pone en riesgo constante la permanencia de la izquierda en el gobierno de la ciudad de México, que es su mejor bastión, su único bastión. Por lo pronto, es cierto, no hay una opción para la militancia de la izquierda que pudiera sustituir al PRD, pero cada vez es más claro que la organización ya no representa la esperanza que se levantó alguna vez a partir de las líneas de gobierno de la misma izquierda. Ni hablar.

De pasadita

Ya era hora de que en el gabinete de Marcelo Ebrard se designara a alguien que estuviera a la altura de las tareas que se le encomiendan. Nos referimos, desde luego, al nuevo secretario de Turismo, Carlos Mackinlay, experto en esas labores. Bien hecho, y mejor que se haga en público y no en las líneas del sospechosismo, desde donde se dio al hermano de Manuel Camacho, Rafael, la dirección del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones. ¿Por qué en lo oscurito?

Y ya que hablamos de nombramientos, René Hernández se integra hoy al equipo de campaña de Miguel Ángel Mancera. Estuvo a cargo de comunicación social del ex procurador del DF. Antonio Rodríguez, quien hasta ayer se hizo cargo de las tareas de comunicación del aspirante al GDF, habrá de tener otras tareas, las que seguramente cumplirá, como siempre, de la mejor manera.

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