A tres días del arranque de campañas

Jorge Diaz

Estamos a tres días de que inicien formalmente las campañas por la presidencia y de todas formas, no me imagino un arranque a todo vapor debido a que inmediatamente después de esa fecha inicia la semana santa y como buenos mexicanos, muchos estarán pensando en desentenderse de todo lo que tienen que ver con trabajo, noticias, política y elecciones, para recogerse religiosamente en la sagrada práctica de la pachanga, la playa y el descanso, como la santa fecha exige.

No obstante, supongo que quienes no descansarán serán precisamente los equipos de campaña de los principales contendientes presidenciales, para preparar toda clase de estrategias con el afán de alcanzar el triunfo.

Y no es para menos. En el caso de Enrique Peña Nieto, las últimas encuestas lo ubican en primer lugar con una diferencia de entre catorce y veinte puntos (al gusto y preferencia política del lector) respecto de su más cercano competidor, Vázquez Mota. ¿Se imagina la clase de ataques que le propinarán sus adversarios? Está por verse la efectividad de los mismos y la capacidad de fuego defensivo del puntero.

Para Vázquez Mota que se encuentra en el segundo lugar, las cosas no son fáciles, mientras el primer lugar hará todo lo posible por ponerle el pie para que ya no suba, el tercero (AMLO) estará jalándola lo más fuerte posible para alcanzarla. Si a eso le agregamos la dificultad que cualquier panista tiene de presumir logros y demostrarlos, por la fallidas administraciones de Calderón y Fox, la cosa se pone color hormiga.

Para AMLO, el reto está en demostrar si tiene o no el colmillo que tanto pregonan algunos. Ponerse en posición de competir por la presidencia en tan poco tiempo, requiere una concentración, trabajo y disciplina que deben compartir todos los de su equipo, de lo contrario la cuesta arriba será peor de lo que imaginan. Según expertos, es muy difícil trabajar en el diseño de campañas electorales con los miembros de la izquierda mexicana y en estos momentos puede ser más que desastroso para el tabasqueño, no abrir los oídos y dejarse aconsejar por quien sabe, para aspirar realmente a entrar de lleno en la competencia.

Por lo pronto ya ofreció amor y reconciliación, le dio la mano a Fox y perdonó a Calderón, ahora sólo le hace falta perdonarse a si mismo para soltarse de ese pasado que no lo deja avanzar y poner su vista hacia el futuro.

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