Romney a pesar de todo, pero…

José Carreño Figueras

Washington.- ¿Està decidida la elección interna republicana?

La respuesta simple es sí. Es difícil que ocurra algo que descarrile la nominación del exgobernador de Massachussetts, Mitt Romney, aún en el caso que como sus rivales esperan, llegarse a la convención nacional republicana de Tampa, en agosto, sin los 1,144 delegados necesarios para asegurar la candidatura.

En términos reales, esa parece la estrategia en que confían tanto el exsenador Rick Santorum, que ha surgido como principal rival de Romney, como el expresidente de la Cámara, Newt Gingrich

Pero al mismo tiempo la realidad política puede ser dura. En términos matemáticos, Romney tiene ya la mitad de los delegados que necesita, y de hecho más que sus tres competidores juntos.

Peor aún, ni Santorum ni Gingrich, y mucho menos el diputado Ron Paul, tienen la menor posibilidad de llegar a ese número.
Pero al mismo tiempo, la realidad que eso refleja es aún mas dura para el partido republicano y su presunto nominado.

“Mientras Romney ha sido incapaz de ampliar su atractivo para acumular mayores porcentajes de delegados, Santorum ha sido también incapaz de hacerlo. Y nadie parece mencionarlo”, escribió Stuart Rothemberg, uno de los mas sólidos analistas políticos en Washington.

En lo práctico, Santorum continúa -y probablemente seguirá- con sus triunfos en estados y zonas rurales, donde gana con el apoyo de votantes religiosos, en especial evangélicos, o ultraconservadores. Pero enfrenta problemas para atraer otro tipo de votantes, aunque se espera que esa audiencia le de todavía algunas victorias, especialmente en el suroeste y oeste.

A la inversa, Romney parece no poder atraer el tipo de votantes que sigue a Santorum, en un reflejo de lo que se considera como señal de la división del partido republicano entre su ala populista y su ala pragmática.

A cambio, el aparato republicano está cada vez mas decantado en favor de Romney, con el senador Marco Rubio como el mas reciente ejemplo de apoyo público.

El problema para Romney es que ninguno de sus rivales parece dispuesto a abandonar la idea de que pueden derrotarlo hasta cuando no tengan mas remedio y que aunque difícilmente le arrebatarán la candidatura todavía pueden negarle un triunfo en las primarias y llegar a la convención sin decisión formal.

El resultado será un desgaste político mayor y pérdida de recursos que pueden tener un impacto negativo en la acortada campaña presidencial de septiembre y octubre.

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