Juan Garciaheredia / El Sol de México
En México las pérdidas de energía eléctrica destinada al servicio público se ubicaron en 11.3 por ciento en 2011, debido a que más de la mitad de las instalaciones tienen arriba de 15 años de antigüedad, además de la evasión de pagos y una creciente cultura de robo, entre otras razones, según datos incluidos en la Estrategia Nacional de Energía 2012-2025, presentada hace días por el secretario de Energía, Jordy Herrera Flores.
De acuerdo con informes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la infraestructura para generar la energía eléctrica está compuesta por 210 centrales generadoras, con una capacidad instalada de 52.512 megawatts (MW), incluyendo productores independientes con 22 centrales y 32 centrales de la extinta Luz y Fuerza. Para conducir la electricidad desde las centrales de generación hasta el domicilio de cada uno de sus clientes (alrededor de 35.4 millones al mes de diciembre), la CFE tiene más de 758 mil kilómetros de líneas de transmisión y de distribución.
Por otra parte, la ENE puntualiza lo siguiente: "en cuanto al subsector eléctrico, en el proceso de transmisión y distribución de energía eléctrica se presentan pérdidas tanto técnicas como no técnicas".
El documento añade que "las pérdidas no técnicas se derivan principalmente de los usos ilícitos del servicio público de energía eléctrica, particularmente en la red de distribución de media y baja tensión. Los principales factores detrás de este tipo de pérdidas son la presencia de una creciente cultura de robo y evasión del pago de energía, el elevado crecimiento en la construcción de vivienda, así como asentamientos humanos irregulares, el crecimiento del sector comercial informal, la falta de recursos humanos y materiales dedicados a la corrección de actos ilícitos y, el insuficiente compromiso y apoyo de las autoridades locales para enfrentar estos problemas".
"Las pérdidas totales de energía eléctrica destinada al servicio público, se ubicaron en 11.3% durante 2011. Desde 2000, las pérdidas totales se habían mantenido por debajo del 11%; sin embargo, las pérdidas se incrementaron en 2009 al integrar los casos ilícitos e irregulares del área central. Actualmente la CFE trabaja en la regulación del servicio en dicha área", subraya la ENE, misma que, conforme a referencias de Herrera Flores, fue enviada la semana pasada al Congreso de la Unión (donde legisladores la revisarán y en su caso ratificarán).
En otro punto, el citado escrito detalla que "un factor que incide en el incremento en las pérdidas técnicas por transmisión y distribución, es la edad de las líneas de transmisión y subestaciones de transformación. En la actualidad, más de la mitad de las instalaciones tienen más de 15 años de antigüedad. Si bien las líneas de transmisión y los equipos de transformación tienen vidas útiles muy largas (dependiendo de zona y clima a la que estén expuestas), la experiencia internacional sugiere un promedio de 25 años".
A su vez, en una tabla de la ENE se observa la meta de disminuir las pérdidas de electricidad a 8 por ciento en 2026.
En México las pérdidas de energía eléctrica destinada al servicio público se ubicaron en 11.3 por ciento en 2011, debido a que más de la mitad de las instalaciones tienen arriba de 15 años de antigüedad, además de la evasión de pagos y una creciente cultura de robo, entre otras razones, según datos incluidos en la Estrategia Nacional de Energía 2012-2025, presentada hace días por el secretario de Energía, Jordy Herrera Flores.
De acuerdo con informes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), la infraestructura para generar la energía eléctrica está compuesta por 210 centrales generadoras, con una capacidad instalada de 52.512 megawatts (MW), incluyendo productores independientes con 22 centrales y 32 centrales de la extinta Luz y Fuerza. Para conducir la electricidad desde las centrales de generación hasta el domicilio de cada uno de sus clientes (alrededor de 35.4 millones al mes de diciembre), la CFE tiene más de 758 mil kilómetros de líneas de transmisión y de distribución.
Por otra parte, la ENE puntualiza lo siguiente: "en cuanto al subsector eléctrico, en el proceso de transmisión y distribución de energía eléctrica se presentan pérdidas tanto técnicas como no técnicas".
El documento añade que "las pérdidas no técnicas se derivan principalmente de los usos ilícitos del servicio público de energía eléctrica, particularmente en la red de distribución de media y baja tensión. Los principales factores detrás de este tipo de pérdidas son la presencia de una creciente cultura de robo y evasión del pago de energía, el elevado crecimiento en la construcción de vivienda, así como asentamientos humanos irregulares, el crecimiento del sector comercial informal, la falta de recursos humanos y materiales dedicados a la corrección de actos ilícitos y, el insuficiente compromiso y apoyo de las autoridades locales para enfrentar estos problemas".
"Las pérdidas totales de energía eléctrica destinada al servicio público, se ubicaron en 11.3% durante 2011. Desde 2000, las pérdidas totales se habían mantenido por debajo del 11%; sin embargo, las pérdidas se incrementaron en 2009 al integrar los casos ilícitos e irregulares del área central. Actualmente la CFE trabaja en la regulación del servicio en dicha área", subraya la ENE, misma que, conforme a referencias de Herrera Flores, fue enviada la semana pasada al Congreso de la Unión (donde legisladores la revisarán y en su caso ratificarán).
En otro punto, el citado escrito detalla que "un factor que incide en el incremento en las pérdidas técnicas por transmisión y distribución, es la edad de las líneas de transmisión y subestaciones de transformación. En la actualidad, más de la mitad de las instalaciones tienen más de 15 años de antigüedad. Si bien las líneas de transmisión y los equipos de transformación tienen vidas útiles muy largas (dependiendo de zona y clima a la que estén expuestas), la experiencia internacional sugiere un promedio de 25 años".
A su vez, en una tabla de la ENE se observa la meta de disminuir las pérdidas de electricidad a 8 por ciento en 2026.
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