José Cárdenas
¿Quién en su sano juicio podría apostar hoy por la derrota del PRI?
La encuesta de encuestas elaborada por Roy Campos, de Consulta Mitofsky, monta a Enrique Peña Nieto en caballo de hacienda. Lejos, muy lejos, de sus dos competidores… y medio. Roy comparó los sondeos de cinco casas encuestadoras desligadas de los partidos políticos. Excluyó a Covarrubias y Asociados, vinculada a Andrés Manuel López Obrador, y a Mercaei, asociada al Partido Acción Nacional.
En cuatro de los cinco sondeos, la diferencia entre Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota oscila entre 16 y 19 puntos. Sólo desentona GEA-ISA, al reducir la distancia a nueve por ciento.
A Josefina poco le duró el gas de su victoria en la interna panista. La “veda electoral” le cayó como el agua helada a la pólvora. López Obrador ni fu ni “fua”. El tabasqueño no alcanza 21 por ciento (salvo en la encuesta de Ulises Beltrán, publicada por Excélsior, que lo coloca en 23 puntos). La idea de que a su amoroso movimiento se sumaría el 18% histórico del PRD parece esfumarse. De Gabriel Quadri ni hablamos. Su anodina candidatura no pinta, aún… ni siquiera para mantener el registro del Panal.
Poco pesará la sorpresiva postulación de Manuel Clouthier Carrillo como candidato independiente. Aunque el hijo del legendario Maquío se proclame harto de la partidocracia… aunque diga que los mexicanos ni andamos buscando al Niño Dios ni al Señor San José ni la reencarnación de la Virgen María. –¿Este otro “gallo” ex panista le pondrá más sabor al caldo?
Los que saben, dicen que las encuestas son fotografías del momento. El problema para quienes no son priistas es que el momento no va a cambiar, por lo menos en los próximos 27 días.
El periodo “intercampañas” ha resultado un perverso maleficio que congela el tiempo de la democracia. El último día de marzo las cosas seguirán como están ahora. La idea de una presidencial en igualdad de condiciones suena absurda.
El priista empezará muy adelantado. La panista, buscará en su arsenal un par de bombas nucleares para destruir al adversario tricolor… y el competidor de la izquierda rogará por un milagro para impedir que el banquete democrático termine siendo una cena íntima… sólo de dos, nunca de tres… menos de cinco.
–¿Y qué te apuestas?
MONJE LOCO: –¿Joe Biden nada más vino a darle la mano a los tres precandidatos a la Presidencia? La presencia del “correo del zar” parece una enorme contradicción. Primero, porque se trata de una apuesta a la reelección de Barack Obama, muy probable, pero no segura, y después, porque cada uno de nuestros tres aspirantes quiso encontrar la confirmación de sus expectativas. Andrés Manuel buscó y, según él, halló un compromiso por la soberanía electoral y la cooperación para el desarrollo. Enrique Peña Nieto refrendó su fomento al interés extranjero sobre el petróleo mexicano y una reforma migratoria. Y Josefina supuso que a la Casa Blanca le gustaría una mujer en Los Pinos. Lo sorprendente es que en la pasada al pizarrón los tres declamaron la neutralidad política de EU… desmentida en los hechos por la visita que huele a examen final… a título de suficiencia. No es lo mismo un observador que un calificador. –¿Cuánto habrá sacado cada uno en la prueba? –¿Admitir a Joe Biden como sinodal representa una muestra de inferioridad política… así el visitante comparta sus resultados con la Virgen de Guadalupe? Nadie sabe, nadie supo…
¿Quién en su sano juicio podría apostar hoy por la derrota del PRI?
La encuesta de encuestas elaborada por Roy Campos, de Consulta Mitofsky, monta a Enrique Peña Nieto en caballo de hacienda. Lejos, muy lejos, de sus dos competidores… y medio. Roy comparó los sondeos de cinco casas encuestadoras desligadas de los partidos políticos. Excluyó a Covarrubias y Asociados, vinculada a Andrés Manuel López Obrador, y a Mercaei, asociada al Partido Acción Nacional.
En cuatro de los cinco sondeos, la diferencia entre Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota oscila entre 16 y 19 puntos. Sólo desentona GEA-ISA, al reducir la distancia a nueve por ciento.
A Josefina poco le duró el gas de su victoria en la interna panista. La “veda electoral” le cayó como el agua helada a la pólvora. López Obrador ni fu ni “fua”. El tabasqueño no alcanza 21 por ciento (salvo en la encuesta de Ulises Beltrán, publicada por Excélsior, que lo coloca en 23 puntos). La idea de que a su amoroso movimiento se sumaría el 18% histórico del PRD parece esfumarse. De Gabriel Quadri ni hablamos. Su anodina candidatura no pinta, aún… ni siquiera para mantener el registro del Panal.
Poco pesará la sorpresiva postulación de Manuel Clouthier Carrillo como candidato independiente. Aunque el hijo del legendario Maquío se proclame harto de la partidocracia… aunque diga que los mexicanos ni andamos buscando al Niño Dios ni al Señor San José ni la reencarnación de la Virgen María. –¿Este otro “gallo” ex panista le pondrá más sabor al caldo?
Los que saben, dicen que las encuestas son fotografías del momento. El problema para quienes no son priistas es que el momento no va a cambiar, por lo menos en los próximos 27 días.
El periodo “intercampañas” ha resultado un perverso maleficio que congela el tiempo de la democracia. El último día de marzo las cosas seguirán como están ahora. La idea de una presidencial en igualdad de condiciones suena absurda.
El priista empezará muy adelantado. La panista, buscará en su arsenal un par de bombas nucleares para destruir al adversario tricolor… y el competidor de la izquierda rogará por un milagro para impedir que el banquete democrático termine siendo una cena íntima… sólo de dos, nunca de tres… menos de cinco.
–¿Y qué te apuestas?
MONJE LOCO: –¿Joe Biden nada más vino a darle la mano a los tres precandidatos a la Presidencia? La presencia del “correo del zar” parece una enorme contradicción. Primero, porque se trata de una apuesta a la reelección de Barack Obama, muy probable, pero no segura, y después, porque cada uno de nuestros tres aspirantes quiso encontrar la confirmación de sus expectativas. Andrés Manuel buscó y, según él, halló un compromiso por la soberanía electoral y la cooperación para el desarrollo. Enrique Peña Nieto refrendó su fomento al interés extranjero sobre el petróleo mexicano y una reforma migratoria. Y Josefina supuso que a la Casa Blanca le gustaría una mujer en Los Pinos. Lo sorprendente es que en la pasada al pizarrón los tres declamaron la neutralidad política de EU… desmentida en los hechos por la visita que huele a examen final… a título de suficiencia. No es lo mismo un observador que un calificador. –¿Cuánto habrá sacado cada uno en la prueba? –¿Admitir a Joe Biden como sinodal representa una muestra de inferioridad política… así el visitante comparta sus resultados con la Virgen de Guadalupe? Nadie sabe, nadie supo…
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