Primero se mofa y luego se indigna

Martha Anaya / El Alhajero

Quién entiende a Josefina Vázquez Mota. Según la grabación telefónica que se difundió ayer, en la que conversaba con su coordinador de redes sociales, Agustín Torres Ibarrola, la panista tenía muy claro que los estaban grabando. Es más, sabía quién los grababa: el secretario de Seguridad Pública Federal, Genaro García Luna. Y además, tenía muy claro quién filtraba las grabaciones: Alejandra Sota, coordinadora general de Comunicación Social de la Presidencia de la República.

Tan segura estaba Josefina, que se mofa del espionaje de que es objeto -como si se tratara de una travesura y no de un hecho ilegal “gravísimo”, como ahora denuncia- con su propio interlocutor durante la llamada que sostuvieron, al grado de que se burla de los pajaritos en el alambre y, a través de ellos mismo (de los espías) envía “un saludo cariñoso” a García Luna y otro “muy amoroso” a Sota.

Lo que queda en evidencia, pues, es: uno, las llamadas de Vázquez Mota son grabadas; dos, ella sabía que era espiada; tres: tenía conocimiento de quién lo hacía; cuatro, conocía quién difunde las grabaciones. O sea, estaba al tanto de los ilícitos que se cometían (y no los denunció).

Pero he aquí que en cuanto fue difundida la conversación, entonces sí a la candidata presidencial del PAN se le difuminó la sonrisa, olvidó de que en su momento se mofó de tales prácticas, y pasó a la indignación, a descubrir que se trataba de “un delito muy grave”, a declarar su preocupación porque “estemos ya en el terreno de lo ilegal”. ¡Congruencia señora!

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DEBATES TRADICIONALES. El miércoles de la próxima semana por la noche tendrá lugar la primera reunión en el IFE para diseñar los dos debates que sostendrán los candidatos a la Presidencia de la República. Por el PRI estarán presentes Sebastián Lerdo de Tejada, Andrés Massieu (hijo), y Jorge Carlos Ramírez Marín; del lado del PAN acudirán Roberto Gil Zuarth, Rogelio Carvajal y Juan Ignacio Zavala; representando a las izquierdas estarán Ricardo Monreal, Jaime Cárdenas y César Yáñez, y del Panal, Luis Antonio González Roldán.

El equipo de Josefina Vázquez Mota pugna porque los debates tengan un formato innovador, que haya un grupo de expertos que haga preguntas y que éstas se sorteen entre los candidatos. Incluso creen que debería haber interacción entre los candidatos y los expertos. Pero no sólo eso, también contemplan la posibilidad de que participe el público.

En los equipos de Enrique Peña Nieto y de Andrés Manuel López Obrador se inclinan, en cambio, por un formato tradicional: con un conductor que plantee las preguntas a los candidatos. Rechazan la interacción con expertos u otro tipo de personajes porque, afirman, el Cofipe dice que el debate es entre los candidatos presidenciales.

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PRIMERO NOSOTROS Y LUEGO LOS OTROS. En las izquierdas hay la percepción de que van a perder la elección presidencial. Por eso, nos cuentan cercanos al cuarto de guerra de AMLO, los partidos cerraron sus puertas a numerosos candidatos para el Congreso que no consideraba suyos. La consigna fue: “Primero nosotros y luego los otros”.

Narran lo que ocurrió en las últimas horas de la negociación con un símil: Antes de zarpar el barco, todos los que traían camarote de primera y estaban en el puesto de mando prefirieron ponerse sus chalecos y lanzarse a los botes salvavidas.

Habrá tanta molestia cuando se conozcan oficialmente las listas, aseguran, que por eso las mantienen bajo llave.

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GEMAS. Llega con moñito rosa de parte de Javier Lozano: “Si de mí van a querer escuchar una crítica para García Luna se van a quedar esperando, porque yo estoy aquí para defenderlo”.

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