Andy Novell F.
Gran sorpresa se llevaron algunos ex gobernadores como Ulises Ruíz de Oaxaca, Mario Marín de Puebla, Humberto Moreira de Coahuila, Fidel Herrera de Veracruz y Eugenio Hernández de Tamaulipas, al no ser nominados para diputados plurinominales por el PRI.
Dicen algunos integrantes del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto, que hace un par de días se reunió la crema y nata del priísmo en un “lugar” elegante donde hablaron del futuro político de estos exgobernadores con negro pasado.
Los que estuvieron en esta reunión, aseguran que la negativa de Peña Nieto fue inmediata para que los ex gobernadores fueran nominados a las listas de diputados federales plurinominales; el argumento fue sencillo “No me quiero arriesgar a perder y recibir críticas por estos compañeros”. Más claro ni el agua, al dejar a un lado a estos chicos del club de tobi sin fuero ni protección, son sacrificados al Dios de los chivos expiatorios.
Esto se debe a que en los próximos meses se reactivan en la Procuraduría General de la República, diversas denuncias de todo índole contra estos ex gobernadores que trataron de cubrirse con un fuero constitucional.
Recuerden que la PGR ha detenido a dos funcionarios que son compadres del ex gobernador Mario Marín por el delito de enriquecimiento ilícito; lo mismo está pasando en Coahuila, no se diga en Tamaulipas y Veracruz que ahí es donde hace más aire.
En estas dos últimas entidades hay diversas investigaciones que serán aceleradas por la PGR en coordinación con la DEA y el FBI, sobre los ex gobernadores por posibles vínculos del crimen organizado, lo que traerá un maremoto de sacrificados en ese proceso electoral.
Es claro que la decisión que tomó Peña Nieto para bajar del carro de la impunidad a estos personajes fue el trabajo e insomnio de sus más cercanos asesores y colaboradores, quienes le aseguraron que en caso de que estos “personajes” llegaran a la Cámara de Diputados o se aprobaran las listas de las candidaturas “bajaría más en las encuestas y podría perder la preferencia de las votantes”.
Eso dicen aquellos que estuvieron en esa reunión; por ello se cambió a los candidatos y ya figuran uno de las cartas fuertes del PRI, Malio Fabio Beltrones y otros priístas de antaño que se niegan a dejar de comer y vivir del erario público.
En esta reunión también se iba a tratar un tema por demás espinoso, una supuesta negociación que tuvo Enrique Peña Nieto con la organización criminal de Los Zetas, cuando era gobernador del Estado de México; no se trató el asunto porque el candidato estaba “encabronado” por la insistencia de algunos de dejar protegidos a los ex gobernadores.
Lo cierto es que la semana pasada, una vez que fueron trasladados tres integrantes de Los Zetas del penal de Apodaca al Penal de Máxima Seguridad de Jalisco (Puente Grande), aparecieron varias mantas en Monterrey y diversos municipios firmadas por Heriberto Lazcano Lazcano, jefe e iniciador de esta organización criminal, donde se leía “Contigo vamos a negociar Enrique Peña Nieto, como lo hicimos en el Estado de México”.
Estos pequeños detalles aún no se sabe si son verdaderos o no, pero lo cierto es que el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, de inmediato las mandó a quitar y sobre todo, a desaparecerlas. Ya saben se debe de cuidar la imagen del candidato que hasta el momento lleva por poco la punta de las preferencias electorales.
Por el momento el Golden Boy tomó la sana decisión de evitar críticas y malos ratos al quitar de las listas de plurinominales a los ex gobernadores con negro pasado. Ese pequeño detalle da un poco de luz en el “Nuevo PRI”, que se puede sacrificar algunos personajes por el bien de una Presidencia en México.
Sólo falta ver quién será el primer ex gobernador del viejo régimen priísta que pise un penal por haber sacado provecho de su puesto. Señoras y Señores, es hora de hacer sus apuestas. ¿Quién será el primero en ir a la cárcel? Esperemos antes de julio y lo sabremos….
Gran sorpresa se llevaron algunos ex gobernadores como Ulises Ruíz de Oaxaca, Mario Marín de Puebla, Humberto Moreira de Coahuila, Fidel Herrera de Veracruz y Eugenio Hernández de Tamaulipas, al no ser nominados para diputados plurinominales por el PRI.
Dicen algunos integrantes del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto, que hace un par de días se reunió la crema y nata del priísmo en un “lugar” elegante donde hablaron del futuro político de estos exgobernadores con negro pasado.
Los que estuvieron en esta reunión, aseguran que la negativa de Peña Nieto fue inmediata para que los ex gobernadores fueran nominados a las listas de diputados federales plurinominales; el argumento fue sencillo “No me quiero arriesgar a perder y recibir críticas por estos compañeros”. Más claro ni el agua, al dejar a un lado a estos chicos del club de tobi sin fuero ni protección, son sacrificados al Dios de los chivos expiatorios.
Esto se debe a que en los próximos meses se reactivan en la Procuraduría General de la República, diversas denuncias de todo índole contra estos ex gobernadores que trataron de cubrirse con un fuero constitucional.
Recuerden que la PGR ha detenido a dos funcionarios que son compadres del ex gobernador Mario Marín por el delito de enriquecimiento ilícito; lo mismo está pasando en Coahuila, no se diga en Tamaulipas y Veracruz que ahí es donde hace más aire.
En estas dos últimas entidades hay diversas investigaciones que serán aceleradas por la PGR en coordinación con la DEA y el FBI, sobre los ex gobernadores por posibles vínculos del crimen organizado, lo que traerá un maremoto de sacrificados en ese proceso electoral.
Es claro que la decisión que tomó Peña Nieto para bajar del carro de la impunidad a estos personajes fue el trabajo e insomnio de sus más cercanos asesores y colaboradores, quienes le aseguraron que en caso de que estos “personajes” llegaran a la Cámara de Diputados o se aprobaran las listas de las candidaturas “bajaría más en las encuestas y podría perder la preferencia de las votantes”.
Eso dicen aquellos que estuvieron en esa reunión; por ello se cambió a los candidatos y ya figuran uno de las cartas fuertes del PRI, Malio Fabio Beltrones y otros priístas de antaño que se niegan a dejar de comer y vivir del erario público.
En esta reunión también se iba a tratar un tema por demás espinoso, una supuesta negociación que tuvo Enrique Peña Nieto con la organización criminal de Los Zetas, cuando era gobernador del Estado de México; no se trató el asunto porque el candidato estaba “encabronado” por la insistencia de algunos de dejar protegidos a los ex gobernadores.
Lo cierto es que la semana pasada, una vez que fueron trasladados tres integrantes de Los Zetas del penal de Apodaca al Penal de Máxima Seguridad de Jalisco (Puente Grande), aparecieron varias mantas en Monterrey y diversos municipios firmadas por Heriberto Lazcano Lazcano, jefe e iniciador de esta organización criminal, donde se leía “Contigo vamos a negociar Enrique Peña Nieto, como lo hicimos en el Estado de México”.
Estos pequeños detalles aún no se sabe si son verdaderos o no, pero lo cierto es que el gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, de inmediato las mandó a quitar y sobre todo, a desaparecerlas. Ya saben se debe de cuidar la imagen del candidato que hasta el momento lleva por poco la punta de las preferencias electorales.
Por el momento el Golden Boy tomó la sana decisión de evitar críticas y malos ratos al quitar de las listas de plurinominales a los ex gobernadores con negro pasado. Ese pequeño detalle da un poco de luz en el “Nuevo PRI”, que se puede sacrificar algunos personajes por el bien de una Presidencia en México.
Sólo falta ver quién será el primer ex gobernador del viejo régimen priísta que pise un penal por haber sacado provecho de su puesto. Señoras y Señores, es hora de hacer sus apuestas. ¿Quién será el primero en ir a la cárcel? Esperemos antes de julio y lo sabremos….
Comentarios