Francisco Garfias
No es común escuchar a prominentes panistas criticar abiertamente a su partido. Mucho menos si fueron figuras destacadas o si ocuparon cargos relevantes en los distintos niveles de gobierno.
Y es que algo anda tan mal en ese partido que no son pocos a los que ya les vale la filosofía calderonista de que “los platos sucios se lavan en casa”.
Hoy llevan esas inconformidades a la plaza pública.
En los últimos días nos topamos con dos destacados panistas que no esconden esa inconformidad: Rodolfo Elizondo Torres y Francisco Ramírez Acuña.
Los dos tienen amplia trayectoria. El primero ha sido, entre otras muchas cosas, diputado federal, vocero de Vicente Fox, secretario de Turismo. Al Negro, como le dicen, lo vimos el pasado miércoles en un comedero de grillos. La breve charla que sostuvimos alcanzó para revelarnos su desilusión con el partido en el que militó toda su vida. “El PAN ya no es el partido que conociste. Las convicciones dejaron de ser relevantes. Las hicieron a un lado”, lamentó, con nostalgia, el político duranguense.
En la misma sintonía anda Ramírez Acuña, quien milita en ese partido desde 1969. Más de cuatro décadas de talacha que le rindieron frutos: fue gobernador de Jalisco; secretario de Gobernación. Actualmente es el coordinador de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados.
El político jalisciense cobró notoriedad al “destapar” a Felipe Calderón, hace más de seis años, en un rancho de su natal Jalisco.
Una inusual osadía si consideramos que el entonces presidente Vicente Fox traía a Santiago Creel como su delfín.
¡Bingo! Felipe no sólo ganó la elección interna, sino que se convirtió en Presidente de la República.
Paco fue su primer secretario de Gobernación, aunque no duró mucho. Lo relevó el luego fallecido Juan Camilo Mouriño.
En ese tiempo se llegó a decir que su relación con el Presidente de la República se había deteriorado.
Con el tiempo, Ramírez Acuña se convirtió en josefinista convencido. Se la jugó con la actual candidata presidencial del PAN de principio a fin. Su inclusión en la lista pluri al Senado parecía PAN comido
Pero Vázquez Mota no pudo hacer mucho con la ambición de los corderistas, quienes le cobraron caro la unidad. No pudo meter a muchos de los suyos. A Paco lo mandaron tan lejos en la lista, que no hay manera de que alcance un escaño.
Entrevistamos al diputado vía celular.
-¿Qué pasó? —preguntamos—.
Ramírez Acuña nada dijo de su exclusión, pero fue duro, muy duro, en sus expresiones con el partido:
“Acuérdate que en el PAN los cambios son complicados de entender. El lema una patria ordenada y generosa fue cambiado por mentiras, deslealtades, traiciones”.
El jefe de los diputados del PAN sabe de la urgencia de regresar a los valores originales del partido.
“Pero eso es lo que menos importa. Hoy optan por las negociaciones de grupo”, se quejó.
En San Lázaro se dice que Ramírez Acuña regresaría a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, los últimos cuatro meses de la presente Legislatura, a modo de compensación.
Pero, categórico, lo desmiente. No quiere premios de consolación. “Ni me deben ni les debo…”, recalca.
Ayer fue día de contrastes en el PRI. Muy contentos los que leyeron su nombre en los primeros lugares de las listas pluris para el Senado y la Cámara de Diputados. Caras largas, ausencias y críticas en los que no llegaron.
El comentario en San Lázaro era la exclusión del coordinador parlamentario, Paco Rojas, de la lista para el Senado. Otros peñistas convencidos también quedaron fuera: Emilio Chuayffet, César Camacho.
Rojas no se presentó en el Palacio Legislativo. “Tiene influenza estacional”, fue la explicación oficial. Nadie lo creyó.
Sus voceros se adelantaron al sospechosismo. El próximo domingo asistirá a la celebración del aniversario del PRI, aseguraron.
Una que no parecía muy compungida por la exclusión de Rojas era la diputada hidalguense Carolina Viggiano, esposa del gobernador de Coahuila, Rubén Moreira.
“Que Rojas quedara fuera a mí no me sorprendió. ¿En calidad de qué iba a entrar?”, preguntó la legisladora.
Otro que de plano no escondió su molestia con las listas pluris del PRI fue el diputado veracruzano Antonio Benítez Lucio.
¿Qué le parecieron?, le preguntaron desde el corral de la ignominia. “Burocracia política, saltarines, trapecistas”, respondió.
No fue necesario que dijera más.
No es común escuchar a prominentes panistas criticar abiertamente a su partido. Mucho menos si fueron figuras destacadas o si ocuparon cargos relevantes en los distintos niveles de gobierno.
Y es que algo anda tan mal en ese partido que no son pocos a los que ya les vale la filosofía calderonista de que “los platos sucios se lavan en casa”.
Hoy llevan esas inconformidades a la plaza pública.
En los últimos días nos topamos con dos destacados panistas que no esconden esa inconformidad: Rodolfo Elizondo Torres y Francisco Ramírez Acuña.
Los dos tienen amplia trayectoria. El primero ha sido, entre otras muchas cosas, diputado federal, vocero de Vicente Fox, secretario de Turismo. Al Negro, como le dicen, lo vimos el pasado miércoles en un comedero de grillos. La breve charla que sostuvimos alcanzó para revelarnos su desilusión con el partido en el que militó toda su vida. “El PAN ya no es el partido que conociste. Las convicciones dejaron de ser relevantes. Las hicieron a un lado”, lamentó, con nostalgia, el político duranguense.
En la misma sintonía anda Ramírez Acuña, quien milita en ese partido desde 1969. Más de cuatro décadas de talacha que le rindieron frutos: fue gobernador de Jalisco; secretario de Gobernación. Actualmente es el coordinador de la bancada del PAN en la Cámara de Diputados.
El político jalisciense cobró notoriedad al “destapar” a Felipe Calderón, hace más de seis años, en un rancho de su natal Jalisco.
Una inusual osadía si consideramos que el entonces presidente Vicente Fox traía a Santiago Creel como su delfín.
¡Bingo! Felipe no sólo ganó la elección interna, sino que se convirtió en Presidente de la República.
Paco fue su primer secretario de Gobernación, aunque no duró mucho. Lo relevó el luego fallecido Juan Camilo Mouriño.
En ese tiempo se llegó a decir que su relación con el Presidente de la República se había deteriorado.
Con el tiempo, Ramírez Acuña se convirtió en josefinista convencido. Se la jugó con la actual candidata presidencial del PAN de principio a fin. Su inclusión en la lista pluri al Senado parecía PAN comido
Pero Vázquez Mota no pudo hacer mucho con la ambición de los corderistas, quienes le cobraron caro la unidad. No pudo meter a muchos de los suyos. A Paco lo mandaron tan lejos en la lista, que no hay manera de que alcance un escaño.
Entrevistamos al diputado vía celular.
-¿Qué pasó? —preguntamos—.
Ramírez Acuña nada dijo de su exclusión, pero fue duro, muy duro, en sus expresiones con el partido:
“Acuérdate que en el PAN los cambios son complicados de entender. El lema una patria ordenada y generosa fue cambiado por mentiras, deslealtades, traiciones”.
El jefe de los diputados del PAN sabe de la urgencia de regresar a los valores originales del partido.
“Pero eso es lo que menos importa. Hoy optan por las negociaciones de grupo”, se quejó.
En San Lázaro se dice que Ramírez Acuña regresaría a la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, los últimos cuatro meses de la presente Legislatura, a modo de compensación.
Pero, categórico, lo desmiente. No quiere premios de consolación. “Ni me deben ni les debo…”, recalca.
Ayer fue día de contrastes en el PRI. Muy contentos los que leyeron su nombre en los primeros lugares de las listas pluris para el Senado y la Cámara de Diputados. Caras largas, ausencias y críticas en los que no llegaron.
El comentario en San Lázaro era la exclusión del coordinador parlamentario, Paco Rojas, de la lista para el Senado. Otros peñistas convencidos también quedaron fuera: Emilio Chuayffet, César Camacho.
Rojas no se presentó en el Palacio Legislativo. “Tiene influenza estacional”, fue la explicación oficial. Nadie lo creyó.
Sus voceros se adelantaron al sospechosismo. El próximo domingo asistirá a la celebración del aniversario del PRI, aseguraron.
Una que no parecía muy compungida por la exclusión de Rojas era la diputada hidalguense Carolina Viggiano, esposa del gobernador de Coahuila, Rubén Moreira.
“Que Rojas quedara fuera a mí no me sorprendió. ¿En calidad de qué iba a entrar?”, preguntó la legisladora.
Otro que de plano no escondió su molestia con las listas pluris del PRI fue el diputado veracruzano Antonio Benítez Lucio.
¿Qué le parecieron?, le preguntaron desde el corral de la ignominia. “Burocracia política, saltarines, trapecistas”, respondió.
No fue necesario que dijera más.
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