Terremoto de 8,1 grados, producido hace más de 26 años en la capital del país, dejó al menos 10.000 muertos.
Pablo Rodillo M. / La Tercera
Hace 26 años, los habitantes de México estaban relativamente acostumbrados a los temblores, pero el país no tenía implementadas grandes medidas de emergencia para enfrentarlos. Sin embargo, el terremoto del 19 de septiembre de 1985, de magnitud 8,1 en la escala de Richter y que afectó al centro, sur y occidente del país, cambió todo. Según fuentes gubernamentales, al menos 10.000 personas murieron en ese sismo, que dejó severos daños en gran parte de Ciudad de México.
Esta tragedia marcó al país, al punto de que muchos mexicanos hablan del "trauma" de 1985. Con este antecedente, el terremoto de 7,4 en la escala de Richter que azotó al país el reciente martes, los tomó mejor parados, producto de las medidas que se han tomado desde entonces. Desde hace 26 años, las reglas para la construcción de edificios se han vuelto más estrictas y contemplan un factor sísmico de hasta 8,5 grados en la escala de Richter. Además, se estableció una campaña de información y prevención, una alarma sísmica y constantes simulacros.
En lo que es la medida más importante, en 1991 se instaló el Sistema de Alerta Sísmica (SAS). Este consiste en 12 estaciones sísmicas ubicadas en la costa del Pacífico, que al detectar un sismo de magnitud mayor a cinco grados en la escala de Richter, envían una alerta a Ciudad de México para que emita la alarma. El SAS puede transmitir una alerta que da hasta 60 segundos de aviso antes de las manifestaciones del sismo.
Por ejemplo, según asegura el diario mexicano El Universal, la Cámara de Diputados estaba en plena sesión cuando el martes sonó la alarma sísmica. Los parlamentarios ya abandonaban el recinto cuando el edificio empezó a moverse. Además, 60 segundos antes del sismo, las personas comenzaron a salir de sus casas y trabajos para pararse a mitad de la calle en zonas de seguridad ya establecidas por la Protección Civil. De hecho, muchos pensaron que se trataba de un simulacro antes de que comenzara a temblar. En ese sentido, una de las medidas clave son los simulacros de terremotos que se practican constantemente en varias partes de México. En cada colegio, hospital, fábrica y oficina, la gente ya sabe qué tiene que hacer en caso de un sismo. Precisamente el martes, al mediodía, las autoridades de Protección Civil tenían preparado en Chiapas un megasimulacro. En plena operación, comenzó a temblar.
Además, tras el terremoto de 1985 se creó la Brigada de Rescate Tlatelolco Azteca, más conocidos como "los topos". Están especializados en meterse entre los edificios colapsados y en excavaciones en busca de sobrevivientes. Esta organización civil ha tomado fama mundial desde entonces y ha participado en, al menos, 50 rescates alrededor del mundo, incluido el realizado tras el ataque a las Torres Gemelas en 2001.
Pablo Rodillo M. / La Tercera
Hace 26 años, los habitantes de México estaban relativamente acostumbrados a los temblores, pero el país no tenía implementadas grandes medidas de emergencia para enfrentarlos. Sin embargo, el terremoto del 19 de septiembre de 1985, de magnitud 8,1 en la escala de Richter y que afectó al centro, sur y occidente del país, cambió todo. Según fuentes gubernamentales, al menos 10.000 personas murieron en ese sismo, que dejó severos daños en gran parte de Ciudad de México.
Esta tragedia marcó al país, al punto de que muchos mexicanos hablan del "trauma" de 1985. Con este antecedente, el terremoto de 7,4 en la escala de Richter que azotó al país el reciente martes, los tomó mejor parados, producto de las medidas que se han tomado desde entonces. Desde hace 26 años, las reglas para la construcción de edificios se han vuelto más estrictas y contemplan un factor sísmico de hasta 8,5 grados en la escala de Richter. Además, se estableció una campaña de información y prevención, una alarma sísmica y constantes simulacros.
En lo que es la medida más importante, en 1991 se instaló el Sistema de Alerta Sísmica (SAS). Este consiste en 12 estaciones sísmicas ubicadas en la costa del Pacífico, que al detectar un sismo de magnitud mayor a cinco grados en la escala de Richter, envían una alerta a Ciudad de México para que emita la alarma. El SAS puede transmitir una alerta que da hasta 60 segundos de aviso antes de las manifestaciones del sismo.
Por ejemplo, según asegura el diario mexicano El Universal, la Cámara de Diputados estaba en plena sesión cuando el martes sonó la alarma sísmica. Los parlamentarios ya abandonaban el recinto cuando el edificio empezó a moverse. Además, 60 segundos antes del sismo, las personas comenzaron a salir de sus casas y trabajos para pararse a mitad de la calle en zonas de seguridad ya establecidas por la Protección Civil. De hecho, muchos pensaron que se trataba de un simulacro antes de que comenzara a temblar. En ese sentido, una de las medidas clave son los simulacros de terremotos que se practican constantemente en varias partes de México. En cada colegio, hospital, fábrica y oficina, la gente ya sabe qué tiene que hacer en caso de un sismo. Precisamente el martes, al mediodía, las autoridades de Protección Civil tenían preparado en Chiapas un megasimulacro. En plena operación, comenzó a temblar.
Además, tras el terremoto de 1985 se creó la Brigada de Rescate Tlatelolco Azteca, más conocidos como "los topos". Están especializados en meterse entre los edificios colapsados y en excavaciones en busca de sobrevivientes. Esta organización civil ha tomado fama mundial desde entonces y ha participado en, al menos, 50 rescates alrededor del mundo, incluido el realizado tras el ataque a las Torres Gemelas en 2001.
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