¿Mano negra o fuego amigo en el PAN-DF?

Alberto Aguirre M.

“No es un asunto político o sobre la nominación de candidatos”, suelta la diputada Kenia López Rabadán, quien impugnará el proceso de selección de candidatos a jefes delegacionales y diputados del PAN en el DF. Abogada de la UNAM y recién graduada como maestra en Políticas Públicas por la UP, López Rabadán decidió seguir una ruta distinta de la de Lía Limón. En el límite, presentó videos, fotografías, testimoniales y pruebas notariadas del fraude en la interna de Cuajimalpa -que anhelaba- y al Distrito XXI local.

Respalda su queja José Rendón, quien quedó en tercer lugar. Kenia, en segundo. Los votos de ambos son apenas una tercera parte de los obtenidos por Camilo Campos, director jurídico y de gobierno en la administración de Carlos Orvañanos.

Josefinistas versus josefinistas. Había seis interesados, pero sólo tres con posibilidades reales. Uno era José Antonio Jiménez García, exintegrante del comité del PAN-DF, quien tuvo la oportunidad de quedarse como suplente de Obdulio Ávila cuando se fue como Subsecretario de Gobernación.

En esa vacante quedó Juan Dueñas, exrepresentante del PAN ante el Instituto Electoral del DF, y allí se decidió buena parte de esta historia, que involucra la compra de votos, la entrega de despensas y -en suma- un cochinero que amenaza con frustrar el plan de la cúpula partidista, de generar 2 millones de votos para la candidata presidencial en la ciudad de México.

López Rabadán es presidenta de la Comisión de Cultura en la Legislatura Federal y trabajó intensamente por la postulación de Vázquez Mota, quien carecía de un grupo político que la respaldara en la capital de la República.

Con Dueñas y el asambleísta Carlos Flores, trataban de construir una “cuarta vía”, apartados de los grupos hegemónicos, identificados con Mariana Gómez del Campo y Obdulio Ávila.

No son ellos quienes frustraron las ambiciones de la Diputada federal, sino otros josefinistas, lidereados por Orvañanos.

Las luchas fratricidas agravan las intentonas externas de debilitar al PAN en el DF. Allí está lo ocurrido en pleno centro capitalino. Otro diputado federal, Liev Vladimir Ramos Cárdenas, buscaba la nominación para asambleísta por el Distrito XIII local, con cabecera en la delegación Cuauhtémoc.

Un neopanista entre tribus priístas y perredistas. Su josefinismo no alcanzó para enfrentar las estructuras de tianguistas y ambulantes del Centro, dominadas por Alejandra Barrales, quien impulsó como abanderado del PAN a su yerno, Raúl Montessoro.

La diferencia es de menos de 200 votos y hay más de 500 sufragios nulos. Ramos Cárdenas, también damnificado de la operación electoral de los enemigos del PAN, ha decidido impugnar. Tiene la convicción de que no deben convalidarse las prácticas fraudulentas.

La institucionalidad -pregonan los panistas- no equivale al sometimiento. Por eso que acudirán a las instancias correspondientes para denunciar a quienes “vician y corrompen” al partido.

¿Una pandilla de cuatreros, como dijo Lía Limón? Los nombres que se sumarían a esa caterva incluyen al exdelegado Orvañanos, en Cuajimalpa, donde tendrían que anularse las elecciones internas.

El dilema planteado por Limón se convierte en un pleito jurídico, por las impugnaciones de López Rabadán y Ramos Cárdenas. Y podrían convertirse en un problema mayúsculo de no haber intervención del CEN del PAN.

En este entuerto, Juan Dueñas es uno de los principales instigadores, pues resultó -con un josefinismo mal practicado- juez y parte del proceso interno. Fue pésimo garante de la transparencia y la imparcialidad.

Queda mal con los josefinistas, persiste en su intención de boicotear a los grupos contrarios -encabezados por Gómez del Campo y Ávila- y sabotea las aspiraciones de Isabel Miranda de Wallace.

EFECTOS SECUNDARIOS

AMIGOS DE AMLO. En Nuevo León se gesta una sociedad harto interesante. El Movimiento Progresista -agrupación que postuló a Andrés Manuel López Obrador como candidato- tomó la decisión de “ceder” las candidaturas a alcaldes y diputados locales (el 1 de julio habrá elecciones concurrentes) a la sociedad civil organizada. Y la que se ha armado: el expresidente de la Coparmex, Ricardo González Sada, irá por la alcaldía de San Pedro Garza; los empresarios Rogelio Benavides Chapa y Gilberto Miranda Jiménez, por San Nicolás de los Garza y Guadalupe, respectivamente. Antes se integraron Cristina Sada Salinas y Rogelio González Ramírez como candidatos al Senado.

¿CAMPAÑA? Viene otra video-denuncia de las malas prácticas de las bases del SNTE, que preside Elba Esther Gordillo. Se titula “Evaluar no duele” y servirá como paraguas para la presentación de las propuestas de la Coalición Ciudadana por la Educación, una ONG que cuenta con amplios respaldos. Este mediodía tendrá lugar un foro al que acudirán líderes de opinión, académicos del CIDE -entre ellos Blanca Heredia, Mauricio Merino y Ricardo Raphael- y exfuncionarios de la SEP como Gilberto Guevara Niebla y Olac Fuentes Molinar.

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