La temporada de “los muertos que caminan”

José Carreño Figueras

La carrera por la nominación presidencial republicana está justamente a la mitad, comenzó hace tres meses y está a tres meses de concluir, pero aunque hay un claro favorito todavía pueden ocurrir muchas cosas.

El exgobernador de Massachussetts, Mitt Romney, es el claro puntero y también, el abierto favorito del aparato político republicano. Pero aunque esa condición lo favorece en términos de una superior organización y recursos económicos, no refleja las preferencias de por lo menos un importante grupo de las las bases de su partido: de hecho lleva un 40 por ciento de los votos emitidos en las mas de 20 primarias (elecciones internas) celebradas hasta ahora por los republicanos.

De acuerdo con la contabilidad de “The New York Times”, Romney tiene ya unos 568 de los 1,144 delegados necesarios para asegurar la candidatura presidencial republicana, una cifra a la que no llegan todos sus contrincantes juntos: el exsenador Rick Santorum tiene 273; el expresidente de la Cámara baja, Newt Gingrich, tiene 135, y el diputado Ron Paul lleva 50.
Aritmética, políticamente, parecería imposible que Santorum o Gingrich ganen tan abrumadoramente las próximas primarias que alguno de ellos logre la cantidad suficiente de delegados como para ser nominado.

Pero la estrategia de Santorum y Gingrich ya no parece tanto ganar el mayor número de delegados sino lograr la cantidad suficiente para evitar que Romney acumule los 1,144 delegados y por tanto se llegue a la convención nacional de fines de agosto en Tampa (Florida) sin un candidato asegurado y en cambio con un debate sobre quien será el mejor para vencer a Barack Obama.

Romney “es el puntero mas débil de la era moderna”, señaló Gingrich, para quien si para el 26 de junio Romney no ha logrado obtener los 1,144 delegados, dará lugar en cambio a una convención nacional abierta que será precedida por 60 días de debate político entre los republicanos.

“Es muy probable que esta competencia llegue a la convención”, comentó Santorum, que en una entrevista con la cadena CNN afirmó que las fórmulas de asignación de delegados en las primarias republicanas le permiten tener esperanzas de que será él y no Romney quien llegue a los 1,144 delegados. Pero lo mas factible es que las cosas se definirán en Tampa.


Pero “The Washington Post” señaló que la campaña política republicana entró en la fase que los reporteros políticos estadounidenses definen como la de “los muertos que caminan”, cuando literalmente van por todas con la esperanza de que eso funcione, y de hecho definió a Santorum y Gingrich como los “zombies” en cuestión.


Desde luego que ninguno de ellos acepta esa idea. La mayoría de los analistas políticos estadounidenses cree que las propuestas de Santorum pueden ahuyentar a los votantes independientes pero el exsenador lo ve de forma distinta; Gingrich opina que es el único que puede vencer al presidente Barack Obama en un debate, pero de ninguna manera acepta que sus posiciones preocuparían a la mayoría de los estadounidenses…

Lo cierto es que mientras Romney y el aparato republicano desearían comenzar a atacar lo que consideran como el punto débil de Obama -la economía-, la presencia y las críticas de Santorum y Gingrich los obligan a lidiar y tal vez negociar con su ala derecha, en perjuicio último de sus posibilidades en Noviembre.

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