Iván Restrepo
Ya para finalizar el primer sexenio del cambio, el de la señora Marta y el señor Fox, las instancias federales responsables de cuidar el medio ambiente y la salud pública informaron que en el país se generaban todos los días casi 84 mil toneladas de basura. De esa cantidad 65 por ciento terminaba en tiraderos a cielo abierto. En el país había apenas 12 rellenos sanitarios que cumplían con la normatividad vigente sobre la materia.
Para resolver el problema se prometió instaurar centros de confinamiento regionales y medidas a fin de reducir la cantidad de desechos que llegan a ellos, pues más de la mitad de la basura no era biodegradable: desde plásticos diversos hasta colillas y botellas PET que tardan muchos años en destruirse.
Aunque la legislación recomienda la clasificación de la basura, el reciclaje y otras medidas para reducir el efecto nocivo que causa, la realidad muestra que no se cumplen y sigue la práctica de arrojar los desechos en sitios que no reúnen las condiciones técnicas necesarias, cuando no es que se tiran a cielo abierto, donde originan diversos problemas de salud y contaminación. Además, la mayoría de las ciudades no disponen de planes de manejo de desechos. Ni siquiera para el caso de objetos que son muy nocivos, como las baterías y los pañales.
Según cálculos oficiales y de los especialistas, en la ciudad de México existen cientos de tiraderos clandestinos de basura a los que van a dar cerca de 10 por ciento de todos los desechos generados. Esa cifra aumenta al sumar la zona conurbada, donde hay menos control sobre la basura. Estamos hablando, diario, de más de 2 mil toneladas de desechos tanto de hogar como de los comercios y hasta de la industria. Sin embargo, el sector salud del estado de México sostiene que no hay problema sanitario. Ni siquiera en la zona donde se ubica del Bordo Poniente y en la del tiradero Neza III que recibe los desechos provenientes de Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Los Reyes La Paz y Texcoco. En cambio, la Procuraduría de Protección al Ambiente de la misma entidad sostiene que sólo 10 tiraderos de basura cumplen con las normas ambientales. Y que, por lo menos, otros 80 son tolerados o irregulares.
Por tiraderos clandestinos no paramos. Como en las principales ciudades de Sinaloa. Sólo en Guamúchil hay 13. En la blanca Mérida 500, a los que se agregan los de otras poblaciones de Yucatán. Un problema grave porque los lixiviados que se forman con los desechos se filtran al manto freático del cual se abastece de agua la entidad. En cuanto a Tabasco, casi una tercera parte de la población carece de servicio de recolección y hay unos 400 tiraderos a cielo abierto. Las autoridades prometen que este año se recolectará toda la basura del estado.
En Michoacán la mitad de los municipios no disponen de rellenos sanitarios. Pero, dicen los funcionarios, ya se construyen centros intermunicipales de tratamiento de residuos sólidos. Pendiente de resolver es también el problema en Guerrero, donde existen 74 tiraderos de basura a cielo abierto y tres rellenos sanitarios que operan irregularmente. Aunque oficialmente no se oculta la gravedad de lo que sucede, todo indica que no está próxima la solución del problema. Como tampoco lo está en Oaxaca. Para su ciudad capital y municipios conurbados son evidentes los riesgos de contaminación tanto de las corrientes de agua como del aire. Lo anterior porque a los tiraderos va a dar no sólo la basura de hogar, sino residuos tan peligrosos como arsénico, cadmio, mercurio, plomo y cromo hexavalente. En cuanto a la administración que está por concluir en el estado de Morelos prometió terminar con los 20 grandes tiraderos a cielo abierto que allí existen. Ese objetivo quedará en el aire.
También el licenciado Calderón aseguró que al finalizar su mandato 80 por ciento de la basura que se genera en el país estaría en sitio seguro, en parte gracias a la construcción de 100 nuevos rellenos sanitarios. Mas producir menos basura y colocarla en el lugar debido será otro pendiente que deja el segundo gobierno panista. En cambio, ya anunció que nos heredará una de las policías más eficientes y preparadas del mundo. Ni duda.
Ya para finalizar el primer sexenio del cambio, el de la señora Marta y el señor Fox, las instancias federales responsables de cuidar el medio ambiente y la salud pública informaron que en el país se generaban todos los días casi 84 mil toneladas de basura. De esa cantidad 65 por ciento terminaba en tiraderos a cielo abierto. En el país había apenas 12 rellenos sanitarios que cumplían con la normatividad vigente sobre la materia.
Para resolver el problema se prometió instaurar centros de confinamiento regionales y medidas a fin de reducir la cantidad de desechos que llegan a ellos, pues más de la mitad de la basura no era biodegradable: desde plásticos diversos hasta colillas y botellas PET que tardan muchos años en destruirse.
Aunque la legislación recomienda la clasificación de la basura, el reciclaje y otras medidas para reducir el efecto nocivo que causa, la realidad muestra que no se cumplen y sigue la práctica de arrojar los desechos en sitios que no reúnen las condiciones técnicas necesarias, cuando no es que se tiran a cielo abierto, donde originan diversos problemas de salud y contaminación. Además, la mayoría de las ciudades no disponen de planes de manejo de desechos. Ni siquiera para el caso de objetos que son muy nocivos, como las baterías y los pañales.
Según cálculos oficiales y de los especialistas, en la ciudad de México existen cientos de tiraderos clandestinos de basura a los que van a dar cerca de 10 por ciento de todos los desechos generados. Esa cifra aumenta al sumar la zona conurbada, donde hay menos control sobre la basura. Estamos hablando, diario, de más de 2 mil toneladas de desechos tanto de hogar como de los comercios y hasta de la industria. Sin embargo, el sector salud del estado de México sostiene que no hay problema sanitario. Ni siquiera en la zona donde se ubica del Bordo Poniente y en la del tiradero Neza III que recibe los desechos provenientes de Nezahualcóyotl, Chimalhuacán, Los Reyes La Paz y Texcoco. En cambio, la Procuraduría de Protección al Ambiente de la misma entidad sostiene que sólo 10 tiraderos de basura cumplen con las normas ambientales. Y que, por lo menos, otros 80 son tolerados o irregulares.
Por tiraderos clandestinos no paramos. Como en las principales ciudades de Sinaloa. Sólo en Guamúchil hay 13. En la blanca Mérida 500, a los que se agregan los de otras poblaciones de Yucatán. Un problema grave porque los lixiviados que se forman con los desechos se filtran al manto freático del cual se abastece de agua la entidad. En cuanto a Tabasco, casi una tercera parte de la población carece de servicio de recolección y hay unos 400 tiraderos a cielo abierto. Las autoridades prometen que este año se recolectará toda la basura del estado.
En Michoacán la mitad de los municipios no disponen de rellenos sanitarios. Pero, dicen los funcionarios, ya se construyen centros intermunicipales de tratamiento de residuos sólidos. Pendiente de resolver es también el problema en Guerrero, donde existen 74 tiraderos de basura a cielo abierto y tres rellenos sanitarios que operan irregularmente. Aunque oficialmente no se oculta la gravedad de lo que sucede, todo indica que no está próxima la solución del problema. Como tampoco lo está en Oaxaca. Para su ciudad capital y municipios conurbados son evidentes los riesgos de contaminación tanto de las corrientes de agua como del aire. Lo anterior porque a los tiraderos va a dar no sólo la basura de hogar, sino residuos tan peligrosos como arsénico, cadmio, mercurio, plomo y cromo hexavalente. En cuanto a la administración que está por concluir en el estado de Morelos prometió terminar con los 20 grandes tiraderos a cielo abierto que allí existen. Ese objetivo quedará en el aire.
También el licenciado Calderón aseguró que al finalizar su mandato 80 por ciento de la basura que se genera en el país estaría en sitio seguro, en parte gracias a la construcción de 100 nuevos rellenos sanitarios. Mas producir menos basura y colocarla en el lugar debido será otro pendiente que deja el segundo gobierno panista. En cambio, ya anunció que nos heredará una de las policías más eficientes y preparadas del mundo. Ni duda.
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