Josefina, la magnánima

Francisco Garfias

Entre curules se decía ayer que Roberto Gil “va que vuela” para titular de Protección Civil. “Es experto en vaciar estadios en tres minutos…”, ironizaban diputados de Acción Nacional.

El chiste ilustra con ácido humor lo sucedido el domingo en el Estadio Azul.

El joven coordinador de la campaña de Josefina Vázquez Mota tomó ese día una costosa decisión: alargar, hasta el hastío, la toma de protesta de Josefina como candidata presidencial.

El sol y los discursos de más hicieron el resto. El inmueble, casi lleno antes de mediodía, se vació al cabo de cuatro horas.

El ex secretario particular del Presidente vivió uno de los momentos más difíciles de su carrera.

Aprendió ese día que el talento, que lo llevó a ascender rápidamente, no necesariamente suple la experiencia política.

Le falló el cálculo. Lo reconoció. Presentó su dimisión a la candidata. Pero Josefina, en un desplante de magnanimidad, no se la aceptó. Le dio una nueva oportunidad. Sólo le exigió que saliera a los medios a asumir su responsabilidad.

Los opositores al PAN utilizan el “error de logística” —así lo llama Josefina— para hacer irónicas referencias sobre lo ocurrido el pasado domingo, durante la toma de protesta de Josefina.

Es el caso de Gerardo Fernández Noroña. El diputado del PT subió ayer a la tribuna cuando se debatía el tema del cambio climático.

El salón de sesiones estaba semivacío. Era casi la hora de comer. Los oradores hablaban ante curules vacías. “Este pleno parece el Estadio Azul”, dijo el aguerrido diputado.

Los priistas no se quedaron atrás. Mañosamente pusieron a circular en la red fotografías del estadio, ya vacío, con dos preguntas:

¿Dónde están los simpatizantes que le dan cuatro puntos de cercanía con Peña Nieto?

¿Cómo ve usted el estadio? ¿Medio vacío o medio lleno de panistas?

Una tercera gráfica mostraba a la gente en los pasillos del Estadio, ya de salida, y a Josefina con el micrófono. En el pie de foto se leía: “Ante más de lo mismo, ¡vámonos!”

Los panistas esperan que la amarga experiencia lleve a Gil a ser “más incluyente”. La queja es que mantiene aislada a la candidata. “Ahora tendrá que subir a nuevos operadores”, puntualizaron.

A los reporteros que acudieron ayer a un desayuno con Alejandro Poiré les quedó clarísimo que Genaro García Luna está firme en la Secretaría de Seguridad Pública.

Cuentan que cuando le preguntaron sobre la exigencia de que renuncie por el famoso montaje durante el arresto de Florence Cassez, el secretario de Gobernación rechazó, tajante:

“Ese tema no se toca. García Luna es el funcionario que más ha trabajado en este sexenio”.

Poiré fue más lejos. Destacó la labor de modernización de la Policía Federal, realizada por García Luna.

Aseguró incluso que el famoso C-4, que tanto presume el GDF, se parece al Centro de Inteligencia de la SSP federal. “No quiero decir que es una copia, pero es igualito”, manifestó.

Miguel Mancera y Alejandra Barrales llevan una singular relación. Fueron pareja hace tiempo. No les funcionó, pero quedaron como amigos, o al menos eso parecía.

El caprichoso destino los puso, más tarde, frente a frente: fueron adversarios en la contienda por la candidatura de la izquierda a la Jefatura de Gobierno del DF.

El ex procurador del DF ganó la encuesta. La asambleísta no acudió a alzarle la mano. Alegaba chapuza.

El tiempo y la negociación lo arregla todo. Es público que el pasado lunes se reunieron de nuevo en el Hilton.

Platicaron más de media hora solos en un salón de ese hotel, antes de que entraran los equipos que encabezan el barralista Guillermo Orozco y el mancerista Joel Ortega.

De allí salió el acuerdo de que Alejandra se incorpora a la campaña de su ex. “Acordaron trabajar y construir juntos una propuesta para la Ciudad de México”.

Suena bonito, ¿no?

Donde nomás no hay acuerdo es en las negociaciones de la izquierda para definir a sus candidatos en el DF. Demasiados intereses en juego. “Puras negociaciones. Todo se resuelve el fin”, sintetizó Mario Delgado, aspirante a senador de mayoría.

Armando Ríos Piter lucía ayer muy contento. Sonrisas, fotos en pose, apapacho. El coordinador de los diputados del PRD y presidente de la Junta de Coordinación Política se va de San Lázaro el 30 de marzo. Inicia la campaña.

Su caso no es tan complicado como el de Mario. Va como candidato a senador por Guerrero. Trae ventaja. Barrió en las encuestas. Lo veremos, sin duda, en el edificio de Reforma.

“Hablé con Chucho. Me dijo que lo nacional se resolvía hoy mismo. El DF, mañana”, puntualizó Ríos Piter.

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