Alfredo Valadez Rodríguez / Corresponsal La Jornada
Vicente Fox Quesada heredó a Felipe Calderón Hinojosa un país tomado por la delincuencia organizada, en el que un gran número de los casi 2 mil 500 municipios del país “estaban presos por el crimen y muchos alcaldes no podía ejercer su función… por eso el Ejército Mexicano ha tenido que entrar a enfrentar este fenómeno”, señaló este miércoles en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) el general Genaro Fausto Lozano Espinosa, comandante de la quinta Región Militar –con sede en Guadalajara–, que comprende los estados de Aguascalientes, Jalisco, Colima, Nayarit y Zacatecas, donde se ubican seis zonas militares.
De hecho, afirmó el militar, el Ejército debe mantenerse en esta lucha contra el crimen y la delincuencia organizada, dada su complejidad y alcances, porque este fenómeno puede poner en peligro la existencia misma del Estado mexicano.
La inusual charla de un militar en el auditorio universitario –al que asistieron 500 jóvenes– fue organizada por el gobierno estatal y la Secretaría de la Defensa Nacional. Las misiones del Ejército Mexicano y la seguridad interior, fue el título de la exposición de casi hora y media.
El mando castrense aceptó que hoy día todas las sierras del Pacífico de México están llenas de droga, hay cientos de miles de personas que se dedican a su cultivo, que ya es un asunto cultural, una forma de vida, pero acotó, actuaalmente el principal problema del país “es el narcomenudeo, el consumo de drogas creciente que se metió a nuestras casas y no nos damos cuenta”.
Lozano Espinosa defendió la decisión del presidente Felipe Calderón Hinojosa de llevar al Ejército a las calles para combatir a la delincuencia organizada, pues al inicio de su administración existía una situación de grave alteración del orden interno en el país, y el Ejército y la Fuerza Aérea no pueden permanecer ociosos ni ser omisos. Al inicio de este sexenio, el estado de cosas que guardaba el país era verdaderamente dramático en términos de gobernabilidad, en términos de libertad, de estado de derecho y de democracia.
“¿Por qué digo esto?, porque hace cinco años el país estaba materialmente tomado por la delincuencia organizada, hablando a escala de los municipios, muchos estaban cooptados por la delincuencia o amenazadas las autoridades”.
El general de división con cuatro décadas de trabajo en las fuerzas armadas aseguró que muchos presidentes municipales eran extorsionados inclusive con los recursos presupuestales que la nación pone a su disposición para ejercer su mandato... ante esta situación, un individuo que fue electo para dirigir el trabajo de un municipio no podía ejercer su función, y al no poder ejercerla, no hay gobernabilidad. Y cuando la gente votó por alguien que no pude ejercer su función, ¿en dónde queda la democracia? ¡No es válida!, porque tenemos un poder fáctico que está usurpando el mandato popular, la soberanía nacional.
En su discurso, el general Lozano Espinosa brincaba del pretérito imperfecto al presente y viceversa, al referirse a los problemas de seguridad pública y de ingobernabilidad, por los cuales el Ejército y las fuerzas armadas, argumentó, deben seguir en las calles, combatiendo al hampa:
Evidentemente el estado de derecho está afectado y la libertad, había muchos caminos rurales y carreteras donde los delincuentes ponían retenes, y si no se pagaba una cuota, no se podía pasar.
Con estos ejemplos, dijo, entendemos que está afectada la seguridad interior de la nación, y el Presidente de la República tiene que hacer uso de sus facultades constitucionales para revertir un fenómeno que está poniendo en grave riesgo a las instituciones nacionales y que podía escalar a un fenómeno que puede poner en peligro la existencia misma del Estado mexicano: esa es la razón por la que ordenó a las fuerzas armadas intervenir en contra de la delincuencia organizada.
La corrupción e incompetencia de los cuerpos policiacos –sobre todo municipales– y del aparato de justicia, advirtió Lozano Espinosa, es otra razón para mantener a los soldados en las calles.
Vicente Fox Quesada heredó a Felipe Calderón Hinojosa un país tomado por la delincuencia organizada, en el que un gran número de los casi 2 mil 500 municipios del país “estaban presos por el crimen y muchos alcaldes no podía ejercer su función… por eso el Ejército Mexicano ha tenido que entrar a enfrentar este fenómeno”, señaló este miércoles en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ) el general Genaro Fausto Lozano Espinosa, comandante de la quinta Región Militar –con sede en Guadalajara–, que comprende los estados de Aguascalientes, Jalisco, Colima, Nayarit y Zacatecas, donde se ubican seis zonas militares.
De hecho, afirmó el militar, el Ejército debe mantenerse en esta lucha contra el crimen y la delincuencia organizada, dada su complejidad y alcances, porque este fenómeno puede poner en peligro la existencia misma del Estado mexicano.
La inusual charla de un militar en el auditorio universitario –al que asistieron 500 jóvenes– fue organizada por el gobierno estatal y la Secretaría de la Defensa Nacional. Las misiones del Ejército Mexicano y la seguridad interior, fue el título de la exposición de casi hora y media.
El mando castrense aceptó que hoy día todas las sierras del Pacífico de México están llenas de droga, hay cientos de miles de personas que se dedican a su cultivo, que ya es un asunto cultural, una forma de vida, pero acotó, actuaalmente el principal problema del país “es el narcomenudeo, el consumo de drogas creciente que se metió a nuestras casas y no nos damos cuenta”.
Lozano Espinosa defendió la decisión del presidente Felipe Calderón Hinojosa de llevar al Ejército a las calles para combatir a la delincuencia organizada, pues al inicio de su administración existía una situación de grave alteración del orden interno en el país, y el Ejército y la Fuerza Aérea no pueden permanecer ociosos ni ser omisos. Al inicio de este sexenio, el estado de cosas que guardaba el país era verdaderamente dramático en términos de gobernabilidad, en términos de libertad, de estado de derecho y de democracia.
“¿Por qué digo esto?, porque hace cinco años el país estaba materialmente tomado por la delincuencia organizada, hablando a escala de los municipios, muchos estaban cooptados por la delincuencia o amenazadas las autoridades”.
El general de división con cuatro décadas de trabajo en las fuerzas armadas aseguró que muchos presidentes municipales eran extorsionados inclusive con los recursos presupuestales que la nación pone a su disposición para ejercer su mandato... ante esta situación, un individuo que fue electo para dirigir el trabajo de un municipio no podía ejercer su función, y al no poder ejercerla, no hay gobernabilidad. Y cuando la gente votó por alguien que no pude ejercer su función, ¿en dónde queda la democracia? ¡No es válida!, porque tenemos un poder fáctico que está usurpando el mandato popular, la soberanía nacional.
En su discurso, el general Lozano Espinosa brincaba del pretérito imperfecto al presente y viceversa, al referirse a los problemas de seguridad pública y de ingobernabilidad, por los cuales el Ejército y las fuerzas armadas, argumentó, deben seguir en las calles, combatiendo al hampa:
Evidentemente el estado de derecho está afectado y la libertad, había muchos caminos rurales y carreteras donde los delincuentes ponían retenes, y si no se pagaba una cuota, no se podía pasar.
Con estos ejemplos, dijo, entendemos que está afectada la seguridad interior de la nación, y el Presidente de la República tiene que hacer uso de sus facultades constitucionales para revertir un fenómeno que está poniendo en grave riesgo a las instituciones nacionales y que podía escalar a un fenómeno que puede poner en peligro la existencia misma del Estado mexicano: esa es la razón por la que ordenó a las fuerzas armadas intervenir en contra de la delincuencia organizada.
La corrupción e incompetencia de los cuerpos policiacos –sobre todo municipales– y del aparato de justicia, advirtió Lozano Espinosa, es otra razón para mantener a los soldados en las calles.
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