A explicar balas y muertes

Jorge Diaz

Como era de esperarse, el PRI ya disparó que: “no quieren otro sexenio de muerte”, en referencia al vergonzoso periodo de gobierno del actual presidente Felipe Calderón. Las declaraciones se dieron en el marco del ochenta y tres aniversario del Revolucionario Institucional y fueron pronunciadas por su líder, Pedro Joaquín Coldwell.

Esa será la tónica; entre otras, del ataque frontal en medios hacia las administraciones panistas y las aspiraciones de su abanderada, recogiendo millones de voces que fueron ignoradas por Calderón desde 2007. Se generará inevitablemente la polarización, puesto que del bando blanquiazul no se quedarán de brazos cruzados e intentarán regresarles la agresión con el argumento de que fueron las entidades gobernadas por priistas las que presentaron más violencia y descontrol durante el sexenio. Será la clásica de aventarse la pelota y habrán de demostrar quién cuenta con mayor credibilidad entre los electores.

Agregado a la declaración, el escenario se aderezó este lunes con la aparición de la encuesta BGC-Excélsior, quien pone al mexiquense 18 puntos arriba de Vázquez Mota, poniendo en la cara de Calderón dichas cifras, por la dudosa información que recientemente el mandatario circuló.

Lo que falta pero no tarda mucho en llegar, es la arremetida del tabasqueño López Obrador también contra los azules, que en este momento se encuentran en especie de relleno del sándwich, por lo que el puntero intentará detenerla y el tercero, alcanzarla. ¿Cuál será el argumento del de izquierda? Creo que no hay pierde, al igual que el PRI lo hizo, lo más mediático será la exposición de los horrores conseguidos con esta sangría sexenal, argumento que, sumado a las deplorables condiciones en el rubro del empleo y economía familiar, sí llega a los oídos de muchísimos.

Entonces, si bien el presidente está en su calidad de operador de campaña de Josefina y principal promotor de la continuidad de su régimen, Vázquez Mota tendrá que destinar tiempo precioso para una especie de control de daños de su jefe. A explicar balas y muertes, además de las huecas promesas propias de la campaña y su sonrisa de vendedora de bienes raíces.

El problema para ella será que en tanto los contrincantes no bajen el tema de sus argumentos de campaña y ella se vea obligada a responder y tratar de explicar, el electorado tendrá cada vez más presente el recordatorio del riesgo que se corre de votar por ella. Un dilema para su equipo de campaña sin duda, interesantes serán sus reacciones, puesto que apelar a la memoria de los jóvenes que nunca vivieron en carne propia los regímenes priistas y que en todo caso recordarán con sospecha lo ocurrido en 2006 (“un peligro para México”) las posibilidades de disminuir el efecto de los ataques serán escasas.

Dirán que tela hay de donde cortar y mucha de todos los partidos políticos, cierto; sin embargo, creo que la experiencia inmediata de lo que el mexicano ha vivido los últimos once años tendrá más peso en contra de Vázquez Mota, que lo que pudieran perjudicarle al PRI y mucho menos al PRD recordatorios añejos.

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