Francisco Rodriguez / Índice Político
Relata un trascendido –aparecido hace tres días en el diario oficial del calderonato– los ridículos afanes del personal de apoyo de Los Pinos por cubrir la mitad del nombre del exitoso ferrocarril turístico que en Jalisco corre bajo el nombre de Tequila Express. Lo cito textual:
“Que, por cierto, para inaugurar la Terminal de Gas Licuado en Manzanillo, el presidente (sic) Calderón tuvo que viajar alrededor de 25 minutos en tren (resic). Para ello se acondicionó el ferrocarril que se utiliza normalmente para el recorrido de la Ruta del Tequila, que va de Guadalajara a Amatitán, solo que al vagón con el nombre de Tequila Express le taparon la primera palabra para que no se pudiera leer…”
Con ello, es claro que perdieron la oportunidad del cotorreo miles de twitteros y feisbuqueros a quienes habría deleitado convertir en viral una fotografía del ocupante de Los Pinos al lado de dicha denominación que, por el producto al que alude, debe ser “de origen”.
Porque Calderón está cerrando, en efecto, de manera exprés su sexenio, mismo que para todo efecto práctico concluyó al rendir su informe de gobierno ante los suyos, que no ante la Nación.
Exprés, de acuerdo al diccionario, significa “que es rápido o funciona con rapidez gracias a la utilización de una gran presión”.
Y sí, Calderón está ahora mismo más que presionado… porque ha llegado a su fin.
No sólo eso, sino que de acuerdo al psicoanalista social José Antonio Lara Peinado, el ocupante de Los Pinos acaba de mostrar cuando menos cuatro síntomas de la enfermedad crónica que padece y que en estos tiempos se le ha agudizado. Cedo la palabra al galeno:
“Es de llamar la atención –escribe Lara Peinado– la forma en que el principio de realidad cede ante las pulsiones de fantasía derivadas de los estados maniaco-perversos de ciertos sujetos. Por tal es fundamental para la clínica dar cuenta de estas manías en tanto posibilitan reflexionar sobre lo que acontece a nivel psíquico. Y el día de ayer –refiriéndose al jueves 28– Calderón muestra cuatro de estas manías:
“1.- Prepararse escenarios fantasiosos que lo coloquen en el centro de atención.
“2.- Substituir un principio de realidad por un principio de fantasía.
“3.- Mostrar satisfacción cuando más de 60 mil muertos reclaman justicia.
“4.- Estados esquizoides cuando se habla desde la mentira (cinismo, alegría, dureza, euforia).
“Estas características se pueden apreciar fácilmente en violadores, asesinos, pederastas, etc. Por eso no deja de llamar la atención que un sujeto que dirige los destinos de un pueblo se empeñe en mostrarlas tan abiertamente. Estamos ante un posible quiebre de personalidad de un sujeto que ni siquiera se percata del desequilibrio que presenta.”
Veloz y desequilibrado. Entrometiéndose –cual en su momento lo hiciera Vicente Fox– en el proceso electoral. Tirando línea. Y sí, en medio de escenarios fantasiosos, seguido por un reflector, ante un auditorio cómodo, presentándose cual un falso redentor sin quien la sociedad mexicana se habría convertido en presa de la delincuencia, sin cuya intervención habría más pobres, menos universidades, menos carreteras…
Un mundo, un país que no existe excepto en su mente. Por tal es que se exhibe “contento”, satisfecho, exitoso… aunque la mayor parte conozcamos que esa su realidad no es sino mera fantasía.
Y así va a seguir, delirando, las próximas semanas. Los 90 días de la campaña que a la primera hora de mañana inicia. Peor cuando ya exista quien vaya a Los Pinos –espero que ahora sí legítimamente– a partir del primer día de diciembre venidero.
Y ese pensamiento, esa acción delirante, lo hará reinterpretar la violencia.
Hay que tener más cuidado que nunca antes.
Acorralado cual ya está ahora por el tiempo que se le agota. Arrinconado ante la crítica social –traducida en una pérdida real de apoyo efectivo a su partido y a “su” candidata presidencial, pese a sus autoelogiosos discursos–, Calderón se vuelve aún más peligroso.
Dispone de los medios y de los personajes con capacidades para provocar una hecatombe que no sólo sea política, incluso pudiera ser social.
¿Son los efectos del mareo provocado por viajar en el “tren” Tequila Express?
Pareciera que en él viajó todo el sexenio, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: Cuando Andrés Manuel López Obrador pedía derecho de réplica al programa Tercer Grado, de Televisa, sus participantes decían que no, que qué barbaridad, que cómo si tal era sólo de comentarios, que en el formato no cabían las entrevistas. Pero se impuso la voz del temporal amo y… qué bonito, señor Presidente, qué chistoso, señor Presidente, qué bueno, señor Presidente. Y todos risa y risa. + + + Ya se supo que el delegado especial del PRI en el área de Huixquilucan, Adrián Fuentes, le está jugando las contras a Enrique Peña Nieto. Dice que él va a imponer a Carlos Iriarte en la alcaldía de Huixquilucan. El candidato de Peña es Pablo Peralta. + + + Y en Cuautitlán Izcalli hay coincidencia de que Octavio Monroy Alvarado es quien mejor los representa, pero el tricolor mexiquense apoya a un personaje que es impopular del todo. + + + Ya falta menos: 246 días.
Relata un trascendido –aparecido hace tres días en el diario oficial del calderonato– los ridículos afanes del personal de apoyo de Los Pinos por cubrir la mitad del nombre del exitoso ferrocarril turístico que en Jalisco corre bajo el nombre de Tequila Express. Lo cito textual:
“Que, por cierto, para inaugurar la Terminal de Gas Licuado en Manzanillo, el presidente (sic) Calderón tuvo que viajar alrededor de 25 minutos en tren (resic). Para ello se acondicionó el ferrocarril que se utiliza normalmente para el recorrido de la Ruta del Tequila, que va de Guadalajara a Amatitán, solo que al vagón con el nombre de Tequila Express le taparon la primera palabra para que no se pudiera leer…”
Con ello, es claro que perdieron la oportunidad del cotorreo miles de twitteros y feisbuqueros a quienes habría deleitado convertir en viral una fotografía del ocupante de Los Pinos al lado de dicha denominación que, por el producto al que alude, debe ser “de origen”.
Porque Calderón está cerrando, en efecto, de manera exprés su sexenio, mismo que para todo efecto práctico concluyó al rendir su informe de gobierno ante los suyos, que no ante la Nación.
Exprés, de acuerdo al diccionario, significa “que es rápido o funciona con rapidez gracias a la utilización de una gran presión”.
Y sí, Calderón está ahora mismo más que presionado… porque ha llegado a su fin.
No sólo eso, sino que de acuerdo al psicoanalista social José Antonio Lara Peinado, el ocupante de Los Pinos acaba de mostrar cuando menos cuatro síntomas de la enfermedad crónica que padece y que en estos tiempos se le ha agudizado. Cedo la palabra al galeno:
“Es de llamar la atención –escribe Lara Peinado– la forma en que el principio de realidad cede ante las pulsiones de fantasía derivadas de los estados maniaco-perversos de ciertos sujetos. Por tal es fundamental para la clínica dar cuenta de estas manías en tanto posibilitan reflexionar sobre lo que acontece a nivel psíquico. Y el día de ayer –refiriéndose al jueves 28– Calderón muestra cuatro de estas manías:
“1.- Prepararse escenarios fantasiosos que lo coloquen en el centro de atención.
“2.- Substituir un principio de realidad por un principio de fantasía.
“3.- Mostrar satisfacción cuando más de 60 mil muertos reclaman justicia.
“4.- Estados esquizoides cuando se habla desde la mentira (cinismo, alegría, dureza, euforia).
“Estas características se pueden apreciar fácilmente en violadores, asesinos, pederastas, etc. Por eso no deja de llamar la atención que un sujeto que dirige los destinos de un pueblo se empeñe en mostrarlas tan abiertamente. Estamos ante un posible quiebre de personalidad de un sujeto que ni siquiera se percata del desequilibrio que presenta.”
Veloz y desequilibrado. Entrometiéndose –cual en su momento lo hiciera Vicente Fox– en el proceso electoral. Tirando línea. Y sí, en medio de escenarios fantasiosos, seguido por un reflector, ante un auditorio cómodo, presentándose cual un falso redentor sin quien la sociedad mexicana se habría convertido en presa de la delincuencia, sin cuya intervención habría más pobres, menos universidades, menos carreteras…
Un mundo, un país que no existe excepto en su mente. Por tal es que se exhibe “contento”, satisfecho, exitoso… aunque la mayor parte conozcamos que esa su realidad no es sino mera fantasía.
Y así va a seguir, delirando, las próximas semanas. Los 90 días de la campaña que a la primera hora de mañana inicia. Peor cuando ya exista quien vaya a Los Pinos –espero que ahora sí legítimamente– a partir del primer día de diciembre venidero.
Y ese pensamiento, esa acción delirante, lo hará reinterpretar la violencia.
Hay que tener más cuidado que nunca antes.
Acorralado cual ya está ahora por el tiempo que se le agota. Arrinconado ante la crítica social –traducida en una pérdida real de apoyo efectivo a su partido y a “su” candidata presidencial, pese a sus autoelogiosos discursos–, Calderón se vuelve aún más peligroso.
Dispone de los medios y de los personajes con capacidades para provocar una hecatombe que no sólo sea política, incluso pudiera ser social.
¿Son los efectos del mareo provocado por viajar en el “tren” Tequila Express?
Pareciera que en él viajó todo el sexenio, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: Cuando Andrés Manuel López Obrador pedía derecho de réplica al programa Tercer Grado, de Televisa, sus participantes decían que no, que qué barbaridad, que cómo si tal era sólo de comentarios, que en el formato no cabían las entrevistas. Pero se impuso la voz del temporal amo y… qué bonito, señor Presidente, qué chistoso, señor Presidente, qué bueno, señor Presidente. Y todos risa y risa. + + + Ya se supo que el delegado especial del PRI en el área de Huixquilucan, Adrián Fuentes, le está jugando las contras a Enrique Peña Nieto. Dice que él va a imponer a Carlos Iriarte en la alcaldía de Huixquilucan. El candidato de Peña es Pablo Peralta. + + + Y en Cuautitlán Izcalli hay coincidencia de que Octavio Monroy Alvarado es quien mejor los representa, pero el tricolor mexiquense apoya a un personaje que es impopular del todo. + + + Ya falta menos: 246 días.
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