Francisco Rodriguez / Índice Político
A partir del próximo sábado y hasta el miércoles 30 de junio pocas oportunidades tendrá el priísta Enrique Peña Nieto de encasquetarse en un traje formal, pues como los demás presidenciables sus actividades se centrarán en giras, mítines, concentraciones en las que el atuendo requerido es estrictamente informal.
Bien que así sea, pues tan cuidadoso de su imagen y presencia como es el mexiquense corre el riesgo de aparecer en fotos y videos como prángana. La razón es sencilla: en estos momentos, en el PRI, todos le jalan del saco, se lo jalonean, se cuelgan en la popularidad que le reconocen las casas encuestadoras.
Asesores, dirigencia partidista, pero sobre todo los demás candidatos a puestos de elección popular duermen plácidamente la siesta sobre los laureles propagandísticos –televisivos, principalmente– del ex gobernador del estado que mayor presupuesto para publicitarse tiene en todo el país.
Caso ejemplificativo pero no único el de la señorita Beatriz Paredes en el Distrito Federal donde, todo indica, no alcanzará la cuota de millón y medio de votos para el PRI que se comprometió a entregar a la causa peñista –superando la del millón y pico que obtuvo Jesús Silva en el 2000 y que ella misma casi logra en el 2006–, pues aunque hay veda no se le mira por ninguna parte.
La dirigencia, por las mismas. Ahora encabezada por el quintanarroense Pedro Joaquín, se ha subsumido en una suerte de clandestinaje pues por más que los discursos del sustituto de Humberto Moreira sean tonantes, suenan muy poco estentóreos. Quién sabe si para bien o para mal se han hecho a un lado los jerarcas del tricolor y han dejado que todas las grandes decisiones lo mismo que las intrascendentes sean dictadas por el propio Peña.
Lo peor es que aquellos que se mueren de ganas de participar, de quedar bien, de hacerle la barba –como decimos vernáculamente– al candidato ya se empiezan a quejar, aquí el prototipo es Emilio Gamboa, de que sólo los utilizan como mensajeros para las malas noticias, pero eso sí para nada importante.
De los asesores mejor ni hablamos. Hay coincidencia generalizada de que viven en una burbuja de prepotencia y soberbia. Y lo peor, de que no están a la altura de las circunstancias.
Todo gira en torno a Peña. Éxitos y fracasos. Sobre todo estos últimos, pues apueste usted doble contra sencillo a favor de que en el caso de las fórmulas de 120 candidatos a diputados federales que va a “bajarles” el IFE de las listas presentadas –serán 25 de las que contienden para el Senado de la República– por no cumplir con el cuestionable requisito de la llamada cuota de género, el responsable o culpable a final de cuentas va a terminar siendo don Enrique. A él le van a “echar la bolita”, que al fin y al cabo –arguyen– su popularidad da para que corra esos riesgos y aún más.
Se aproxima una rebelión en el PRI –lo mismo que en Acción Nacional y en la izquierda–, porque en el IFE están decididos a hacer respetar a rajatabla la mentada cuota de género. Y aunque los priístas arguyen que en buena parte de los casos quienes obtuvieron la postulación lo hicieron ganando en justas democráticas, y que además muchas mujeres no se presentaron a ellas… la decisión del Tribunal Electoral –donde dicen ya tener “arreglados” a la mayoría de los magistrados– deberá ser en el sentido de que se respete la ley. Mala o buena es la ley y se debe obedecer, nihil obstat.
De esta decisión del Tribunal dependerá en buena medida que confiemos o no en la imparcialidad de sus integrantes a la hora en la que tengan que calificar todo el proceso electoral.
A menos que ellos también quieran colgarse del saco de popularidad de Peña Nieto, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: El nuevo PRI y el viejo PRI tienen en el municipio mexiquense Huixquilucan su nuevo campo de escaramuzas. Pablo Peralta, joven empresario con propuesta e ideas propositivas se enfrenta a un caduco Carlos Iriarte que fuera jefe de la policía montielista. Para no variar, EPN deberá decidir cuál de los dos será el candidato a la alcaldía. Si yo fuese vecino de la zona, ni duda cabe, apostaría por Peralta. + + + Ahora acusan al hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong de pagar espionaje político a Andrés Manuel López Obrador. Los detalles en el blog gobiernocorruptodehidalgo.blogspot.mx. + + + Javier Lozano, ahora vocero del PAN, dio a los priístas excelentes argumentos para contra-atacar cuando el gobierno federal comience a filtrar los audios de los tricolores que –la señora Vázquez dix it– les ha grabado el propietario de los García Lunatics Studios. Por cierto, ¿por qué nadie se acuerda de los que difundió el ex dirigente panista César Nava en la reciente contienda por la gubernatura de Veracruz? ¿Prosperaron las demandas en su contra por tal delito exhibido en flagrancia? Hipocresía. Pero una hipocresía, un doble rasero, a los que ya sólo le restan 248 días de vida.
A partir del próximo sábado y hasta el miércoles 30 de junio pocas oportunidades tendrá el priísta Enrique Peña Nieto de encasquetarse en un traje formal, pues como los demás presidenciables sus actividades se centrarán en giras, mítines, concentraciones en las que el atuendo requerido es estrictamente informal.
Bien que así sea, pues tan cuidadoso de su imagen y presencia como es el mexiquense corre el riesgo de aparecer en fotos y videos como prángana. La razón es sencilla: en estos momentos, en el PRI, todos le jalan del saco, se lo jalonean, se cuelgan en la popularidad que le reconocen las casas encuestadoras.
Asesores, dirigencia partidista, pero sobre todo los demás candidatos a puestos de elección popular duermen plácidamente la siesta sobre los laureles propagandísticos –televisivos, principalmente– del ex gobernador del estado que mayor presupuesto para publicitarse tiene en todo el país.
Caso ejemplificativo pero no único el de la señorita Beatriz Paredes en el Distrito Federal donde, todo indica, no alcanzará la cuota de millón y medio de votos para el PRI que se comprometió a entregar a la causa peñista –superando la del millón y pico que obtuvo Jesús Silva en el 2000 y que ella misma casi logra en el 2006–, pues aunque hay veda no se le mira por ninguna parte.
La dirigencia, por las mismas. Ahora encabezada por el quintanarroense Pedro Joaquín, se ha subsumido en una suerte de clandestinaje pues por más que los discursos del sustituto de Humberto Moreira sean tonantes, suenan muy poco estentóreos. Quién sabe si para bien o para mal se han hecho a un lado los jerarcas del tricolor y han dejado que todas las grandes decisiones lo mismo que las intrascendentes sean dictadas por el propio Peña.
Lo peor es que aquellos que se mueren de ganas de participar, de quedar bien, de hacerle la barba –como decimos vernáculamente– al candidato ya se empiezan a quejar, aquí el prototipo es Emilio Gamboa, de que sólo los utilizan como mensajeros para las malas noticias, pero eso sí para nada importante.
De los asesores mejor ni hablamos. Hay coincidencia generalizada de que viven en una burbuja de prepotencia y soberbia. Y lo peor, de que no están a la altura de las circunstancias.
Todo gira en torno a Peña. Éxitos y fracasos. Sobre todo estos últimos, pues apueste usted doble contra sencillo a favor de que en el caso de las fórmulas de 120 candidatos a diputados federales que va a “bajarles” el IFE de las listas presentadas –serán 25 de las que contienden para el Senado de la República– por no cumplir con el cuestionable requisito de la llamada cuota de género, el responsable o culpable a final de cuentas va a terminar siendo don Enrique. A él le van a “echar la bolita”, que al fin y al cabo –arguyen– su popularidad da para que corra esos riesgos y aún más.
Se aproxima una rebelión en el PRI –lo mismo que en Acción Nacional y en la izquierda–, porque en el IFE están decididos a hacer respetar a rajatabla la mentada cuota de género. Y aunque los priístas arguyen que en buena parte de los casos quienes obtuvieron la postulación lo hicieron ganando en justas democráticas, y que además muchas mujeres no se presentaron a ellas… la decisión del Tribunal Electoral –donde dicen ya tener “arreglados” a la mayoría de los magistrados– deberá ser en el sentido de que se respete la ley. Mala o buena es la ley y se debe obedecer, nihil obstat.
De esta decisión del Tribunal dependerá en buena medida que confiemos o no en la imparcialidad de sus integrantes a la hora en la que tengan que calificar todo el proceso electoral.
A menos que ellos también quieran colgarse del saco de popularidad de Peña Nieto, ¿no cree usted?
Índice Flamígero: El nuevo PRI y el viejo PRI tienen en el municipio mexiquense Huixquilucan su nuevo campo de escaramuzas. Pablo Peralta, joven empresario con propuesta e ideas propositivas se enfrenta a un caduco Carlos Iriarte que fuera jefe de la policía montielista. Para no variar, EPN deberá decidir cuál de los dos será el candidato a la alcaldía. Si yo fuese vecino de la zona, ni duda cabe, apostaría por Peralta. + + + Ahora acusan al hidalguense Miguel Ángel Osorio Chong de pagar espionaje político a Andrés Manuel López Obrador. Los detalles en el blog gobiernocorruptodehidalgo.blogspot.mx. + + + Javier Lozano, ahora vocero del PAN, dio a los priístas excelentes argumentos para contra-atacar cuando el gobierno federal comience a filtrar los audios de los tricolores que –la señora Vázquez dix it– les ha grabado el propietario de los García Lunatics Studios. Por cierto, ¿por qué nadie se acuerda de los que difundió el ex dirigente panista César Nava en la reciente contienda por la gubernatura de Veracruz? ¿Prosperaron las demandas en su contra por tal delito exhibido en flagrancia? Hipocresía. Pero una hipocresía, un doble rasero, a los que ya sólo le restan 248 días de vida.
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