Carlos Ramírez / Indicador Político
Arrinconada entre el purismo de aplicar la ley a ciegas y la corriente de balancear la aplicación de la justicia, la Corte Suprema encontró el justo medio: No discutir la liberación de una sentenciada por delitos en flagrancia y sí obligar a las autoridades a depurar el proceso penal contra Florence Cassez.
Lo malo fue que el proyecto de sentencia del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea estaba lejos de la búsqueda de un sentido de justicia y el tema se centró no en el proceso judicial sino en la liberación de una sentenciada. Por eso la victoria judicial de solicitar la depuración de pruebas fue convertida por Zaldívar y los abogados defensores de Cassez en una derrota porque ambos le apostaban a la liberación inmediata de la secuestradora y no al respeto al “debido proceso”.
El proyecto de sentencia estaba contaminado de origen. La solicitud debió de haber sido declarada improcedente porque una revisión de amparo directo debe de basarse en la inconstitucionalidad de una ley o en la interpretación directa de un artículo constitucional, no en corregir el proceso judicial para determinar la liberación de una sentenciada, cuestión de mera legalidad. La intención real del ministro Zaldívar fue el de liberar a Cassez pese a las pruebas en su contra. De ahí su segunda derrota: La primera fue cuando pidió cárcel para los involucrados en el caso de la guardería ABC de Hermosillo, sin cumplir paradójicamente con el debido proceso a los acusados y fue rechazado por el pleno.
De ahí que el ministro Zaldívar vaya a pagar un alto costo político y jurídico: Por segunda ocasión derrotaron un proyecto de sentencia y otro ministro, también por segunda ocasión, tendrá que elaborar uno nuevo. El justo medio lo aportó el ministro José Ramón Cossío al proponer el amparo a Cassez para efectos de eliminar las pruebas viciadas, pero no liberar a la acusada sino regresar el expediente a un tribunal colegiado de circuito donde se discuten temas de legalidad y no constitucionales, lo que representó una forma de llamar la atención a los despropósitos del ministro Zaldívar de llevar al tribunal constitucional la liberación de una sentenciada por presuntas violaciones al proceso judicial.
En este contexto, el ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia fue claro en señalar que la Corte Suprema está para asuntos constitucionales y no de legalidad penal. El peligro real fue la forma en que el ministro Zaldívar puso al máximo tribunal constitucional en la orilla de liberar a una sentenciada culpable de participar en secuestros. La Corte estuvo a punto de convertirse en una instancia judicial sin jurisdicción en la declaratoria de inocencia o culpabilidad de una sentenciada. Si el ministro Zaldívar hubiera cumplido con el “debido proceso” en los espacios de la Corte, entonces su proyecto de sentencia se debió de haber reducido sólo a señalar si hubo violaciones en el proceso y no determinar sobre la sentencia.
El debate sobre el video fue artificial y fuera de lugar, porque se probó que no había formado parte de las acusaciones, aunque la propuesta fue la de eliminara algunas declaraciones derivadas del video; ahí falseó el procedimiento el ministro Zaldívar porque exageró el tema como una forma de predisponer sus conclusiones de liberar a la sentenciada. El ministro Zaldívar dijo que el video tumbaba todo el procedimiento y dos ministros dijeron que no. Eso sí, fuera de lugar se pidió el castigo a los que elaboraron el video.
El video fue solamente una recreación del arresto de la banda de Los Zodiacos en base a delitos en flagrancia por los cuales fueron arrestados; es decir, que fue en el resto del procedimiento donde se tuvo por probada la culpabilidad de Cassez como parte de la banda de secuestradores. Tan hubo pruebas suficientes que el video no fue fundamental en las pruebas presentadas, debido sobre todo a que un video probatorio debería ir sin cortes y sobre hechos en tiempo real. Pero mañosamente Cassez y sus abogados defensores centraron el debate no en las pruebas reales de la culpabilidad de la francesa como parte de la banda de Los Zodiacos sino en el atractivo mediático de un video que fue realizado para el programa de Carlos Loret de Mola en Televisa y en cuya manufactura estuvo involucrado Alejandro Quintero, también entonces en Televisa.
Los errores del ministro Zaldívar hundieron su proyecto de sentencia:
1.- Se dijo “constructor de mayorías” pero aclaró que en el caso Cassez no buscó el consenso, seguramente por el efecto mediático que levantó aunque ese mismo efecto mediático se convirtió en escándalo adverso cuando propuso liberar a una sentenciada. En lugar de rehacer su proyectó se lo pasó a otro ministro porque parece que no sabe perder.
2.- Desdeñó la salida de enviar el asunto a un tribunal colegiado de circuito donde se tendrían que depurar las pruebas, excluir algunas señaladas en su ponencia y sin duda disminuir la sentencia u optar por la liberación, pero ello hubiera implicado la victoria institucional del poder judicial y no la personal del ministro.
3.- Cuando su proyecto fue derrotado, Zaldívar debió de canalizarlo al pleno o al tribunal colegiado y no encaminarlo al returno o regreso a otro ministro, sobre todo porque el sentido de las votaciones ya estaba determinado y no cambiará con otra ponencia.
4.- El error de origen del ministro Zaldívar fue filtrar mañosamente por adelantado su proyecto de sentencia y jugarle las contras a los demás ministros, buscando un apoyo mediático que en realidad polarizó a la sociedad y fijó el debate no en los aspectos del “debido proceso” constitucional sino en liberar a una secuestradora sentenciada.
5.- Al final, los ministros dejaron muy en claro que el debate estaba lejos de enjuiciar la culpabilidad o inocencia de Cassez y centrado en el cumplimiento o violación del debido proceso; sin embargo, el ministro Zaldívar se empeñó en hacer girar su proyecto de sentencia en la exigencia de liberar a Cassez sin preocuparse por las víctimas del secuestro.
Al ministro Zaldívar le faltó sensibilidad política y jurídica. Por eso el caso Cassez se le debe anotar como derrota personal.
Arrinconada entre el purismo de aplicar la ley a ciegas y la corriente de balancear la aplicación de la justicia, la Corte Suprema encontró el justo medio: No discutir la liberación de una sentenciada por delitos en flagrancia y sí obligar a las autoridades a depurar el proceso penal contra Florence Cassez.
Lo malo fue que el proyecto de sentencia del ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea estaba lejos de la búsqueda de un sentido de justicia y el tema se centró no en el proceso judicial sino en la liberación de una sentenciada. Por eso la victoria judicial de solicitar la depuración de pruebas fue convertida por Zaldívar y los abogados defensores de Cassez en una derrota porque ambos le apostaban a la liberación inmediata de la secuestradora y no al respeto al “debido proceso”.
El proyecto de sentencia estaba contaminado de origen. La solicitud debió de haber sido declarada improcedente porque una revisión de amparo directo debe de basarse en la inconstitucionalidad de una ley o en la interpretación directa de un artículo constitucional, no en corregir el proceso judicial para determinar la liberación de una sentenciada, cuestión de mera legalidad. La intención real del ministro Zaldívar fue el de liberar a Cassez pese a las pruebas en su contra. De ahí su segunda derrota: La primera fue cuando pidió cárcel para los involucrados en el caso de la guardería ABC de Hermosillo, sin cumplir paradójicamente con el debido proceso a los acusados y fue rechazado por el pleno.
De ahí que el ministro Zaldívar vaya a pagar un alto costo político y jurídico: Por segunda ocasión derrotaron un proyecto de sentencia y otro ministro, también por segunda ocasión, tendrá que elaborar uno nuevo. El justo medio lo aportó el ministro José Ramón Cossío al proponer el amparo a Cassez para efectos de eliminar las pruebas viciadas, pero no liberar a la acusada sino regresar el expediente a un tribunal colegiado de circuito donde se discuten temas de legalidad y no constitucionales, lo que representó una forma de llamar la atención a los despropósitos del ministro Zaldívar de llevar al tribunal constitucional la liberación de una sentenciada por presuntas violaciones al proceso judicial.
En este contexto, el ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia fue claro en señalar que la Corte Suprema está para asuntos constitucionales y no de legalidad penal. El peligro real fue la forma en que el ministro Zaldívar puso al máximo tribunal constitucional en la orilla de liberar a una sentenciada culpable de participar en secuestros. La Corte estuvo a punto de convertirse en una instancia judicial sin jurisdicción en la declaratoria de inocencia o culpabilidad de una sentenciada. Si el ministro Zaldívar hubiera cumplido con el “debido proceso” en los espacios de la Corte, entonces su proyecto de sentencia se debió de haber reducido sólo a señalar si hubo violaciones en el proceso y no determinar sobre la sentencia.
El debate sobre el video fue artificial y fuera de lugar, porque se probó que no había formado parte de las acusaciones, aunque la propuesta fue la de eliminara algunas declaraciones derivadas del video; ahí falseó el procedimiento el ministro Zaldívar porque exageró el tema como una forma de predisponer sus conclusiones de liberar a la sentenciada. El ministro Zaldívar dijo que el video tumbaba todo el procedimiento y dos ministros dijeron que no. Eso sí, fuera de lugar se pidió el castigo a los que elaboraron el video.
El video fue solamente una recreación del arresto de la banda de Los Zodiacos en base a delitos en flagrancia por los cuales fueron arrestados; es decir, que fue en el resto del procedimiento donde se tuvo por probada la culpabilidad de Cassez como parte de la banda de secuestradores. Tan hubo pruebas suficientes que el video no fue fundamental en las pruebas presentadas, debido sobre todo a que un video probatorio debería ir sin cortes y sobre hechos en tiempo real. Pero mañosamente Cassez y sus abogados defensores centraron el debate no en las pruebas reales de la culpabilidad de la francesa como parte de la banda de Los Zodiacos sino en el atractivo mediático de un video que fue realizado para el programa de Carlos Loret de Mola en Televisa y en cuya manufactura estuvo involucrado Alejandro Quintero, también entonces en Televisa.
Los errores del ministro Zaldívar hundieron su proyecto de sentencia:
1.- Se dijo “constructor de mayorías” pero aclaró que en el caso Cassez no buscó el consenso, seguramente por el efecto mediático que levantó aunque ese mismo efecto mediático se convirtió en escándalo adverso cuando propuso liberar a una sentenciada. En lugar de rehacer su proyectó se lo pasó a otro ministro porque parece que no sabe perder.
2.- Desdeñó la salida de enviar el asunto a un tribunal colegiado de circuito donde se tendrían que depurar las pruebas, excluir algunas señaladas en su ponencia y sin duda disminuir la sentencia u optar por la liberación, pero ello hubiera implicado la victoria institucional del poder judicial y no la personal del ministro.
3.- Cuando su proyecto fue derrotado, Zaldívar debió de canalizarlo al pleno o al tribunal colegiado y no encaminarlo al returno o regreso a otro ministro, sobre todo porque el sentido de las votaciones ya estaba determinado y no cambiará con otra ponencia.
4.- El error de origen del ministro Zaldívar fue filtrar mañosamente por adelantado su proyecto de sentencia y jugarle las contras a los demás ministros, buscando un apoyo mediático que en realidad polarizó a la sociedad y fijó el debate no en los aspectos del “debido proceso” constitucional sino en liberar a una secuestradora sentenciada.
5.- Al final, los ministros dejaron muy en claro que el debate estaba lejos de enjuiciar la culpabilidad o inocencia de Cassez y centrado en el cumplimiento o violación del debido proceso; sin embargo, el ministro Zaldívar se empeñó en hacer girar su proyecto de sentencia en la exigencia de liberar a Cassez sin preocuparse por las víctimas del secuestro.
Al ministro Zaldívar le faltó sensibilidad política y jurídica. Por eso el caso Cassez se le debe anotar como derrota personal.
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