José Cárdenas
La visita del papa Benedicto XVI debe ser vista más allá de la simpleza entusiasmada de los católicos ocasionales… o de los mochos feudales.
Viene al país en representación de una Iglesia desprestigiada… por los escándalos de la pederastia.
El Sumo Pontífice no llega al México del siglo XXI, llega al México del siglo pasado… donde eran más importantes los cristeros que los cristianos.
El catolicismo guanajuatense no es el de todos los mexicanos. Ni siquiera de los guadalupanos. Es el catolicismo empanizado… en tiempos del cólera electoral.
A pesar de que el Obispo de Roma es un Pontífice sin carisma ni calor (nada que ver con Juan Pablo II que era un rock star), Joseph Ratzinger tiene un estilo más sobrio… pero duro.
Por eso la visita papal cimbra al país… casi tanto como los temblores.
Los más papistas dicen que Su Santidad viene a difundir un mensaje de paz y solidaridad ante los momentos difíciles que sufre México.
Los “benedictinos” (seguidores del Papa… nada que ver con los huevos) rechazan que la presencia del Pastor alemán tenga tintes políticos… pero la verdad es que nada es más político que una visita papal.
No me diga que la reunión de mañana con el presidente Calderón será una mera formalidad protocolaria… o que sólo dialogarán sobre asuntos de la fe. En la agenda de temas, ambos estadistas abordarán la reforma constitucional que buscar sacar el culto de los templos, lo del aborto, la eutanasia, la píldora del día siguiente, los matrimonios entre homosexuales… y la pederastia.
De poco servirán los gritos de priistas y perredistas en el Congreso para reclamar que Joseph Ratzinger venga a presionar al gobierno.
También pregunto: ¿Si la visita del Papa no es política, cómo explicar la presencia de los candidatos presidenciales en la misa del domingo en el Parque Bicentenario, al pie del Cerro del Cubilete?
No nos hagamos… tanto Josefina Vázquez Mota como Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y hasta Gabriel Quadri se arrodillarán ante el Papa con tal de exorcizar a los demonios que acechan a la democracia… les importa mucho más rogar por el milagro de la multiplicación de los votos.
Dicen por los caminos de Guanajuato que en las habitaciones papales espantan… que por las noches se escucharán los lamentos del alma en pena de Marcial Maciel… el fantasma incómodo.
MONJE LOCO: El Obispo de Roma no estará en un colegio de señoritas. Estará en un búnker… y paradójicamente su seguridad no será mérito de las fuerzas del Estado sino de la tregua escrita en mantas colocadas por el crimen organizado en el centro del país. Ya se sabe, ya se supo…
La visita del papa Benedicto XVI debe ser vista más allá de la simpleza entusiasmada de los católicos ocasionales… o de los mochos feudales.
Viene al país en representación de una Iglesia desprestigiada… por los escándalos de la pederastia.
El Sumo Pontífice no llega al México del siglo XXI, llega al México del siglo pasado… donde eran más importantes los cristeros que los cristianos.
El catolicismo guanajuatense no es el de todos los mexicanos. Ni siquiera de los guadalupanos. Es el catolicismo empanizado… en tiempos del cólera electoral.
A pesar de que el Obispo de Roma es un Pontífice sin carisma ni calor (nada que ver con Juan Pablo II que era un rock star), Joseph Ratzinger tiene un estilo más sobrio… pero duro.
Por eso la visita papal cimbra al país… casi tanto como los temblores.
Los más papistas dicen que Su Santidad viene a difundir un mensaje de paz y solidaridad ante los momentos difíciles que sufre México.
Los “benedictinos” (seguidores del Papa… nada que ver con los huevos) rechazan que la presencia del Pastor alemán tenga tintes políticos… pero la verdad es que nada es más político que una visita papal.
No me diga que la reunión de mañana con el presidente Calderón será una mera formalidad protocolaria… o que sólo dialogarán sobre asuntos de la fe. En la agenda de temas, ambos estadistas abordarán la reforma constitucional que buscar sacar el culto de los templos, lo del aborto, la eutanasia, la píldora del día siguiente, los matrimonios entre homosexuales… y la pederastia.
De poco servirán los gritos de priistas y perredistas en el Congreso para reclamar que Joseph Ratzinger venga a presionar al gobierno.
También pregunto: ¿Si la visita del Papa no es política, cómo explicar la presencia de los candidatos presidenciales en la misa del domingo en el Parque Bicentenario, al pie del Cerro del Cubilete?
No nos hagamos… tanto Josefina Vázquez Mota como Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y hasta Gabriel Quadri se arrodillarán ante el Papa con tal de exorcizar a los demonios que acechan a la democracia… les importa mucho más rogar por el milagro de la multiplicación de los votos.
Dicen por los caminos de Guanajuato que en las habitaciones papales espantan… que por las noches se escucharán los lamentos del alma en pena de Marcial Maciel… el fantasma incómodo.
MONJE LOCO: El Obispo de Roma no estará en un colegio de señoritas. Estará en un búnker… y paradójicamente su seguridad no será mérito de las fuerzas del Estado sino de la tregua escrita en mantas colocadas por el crimen organizado en el centro del país. Ya se sabe, ya se supo…
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