José Cárdenas
Roberto Gil Zuarth está consternado.
El coordinador de la campaña de Josefina Vázquez Mota tomó malas decisiones. Sin querer queriendo, hizo naufragar el acto de protesta de la primera candidata presidencial panista de la historia… que habrá montado en la histeria.
Ni el apoyo de Margarita, no la esposa del Presidente, sino la diosa de la cumbia, sirvieron de mucho.
La penitencia de Gil Zuarth ha sido peregrinar por los medios de comunicación para flagelarse con toda la culpa del desastre del domingo negro en el Estadio Azul.
“Como cabeza del equipo tengo que asumir la responsabilidad de algo que pudo ser muy bueno y desafortunadamente salió muy malo”.
En una actitud infrecuente entre políticos, Roberto da la cara por haber echado el balón fuera... de la maldita cancha donde desde hace 15 años el Cruz Azul no levanta... la Copa.
Según Gil Zuarth, todo estaba puesto. Los autobuses llegaron a tiempo… con todo y 42 mil acarreados. Los simpatizantes “celestes” abarrotaron las tribunas.
–¿Qué sentido tenía hacer esperar a la gente cinco horas al rayo del sol para escuchar el largo discurso protocolario de José Espina, presidente de la Comisión de Elecciones del PAN?
–¿Era tan importante calentar más a la audiencia con la presencia de doña Isabel Miranda de Wallace?
–¿A quién le importaba tanto el mensaje del señor Maderito?
La asoleada era lo de menos. Protocolo mata sacrificio.
–¿Aunque derrita el entusiasmo?
El equipazo panista tampoco se dio cuenta de que los camiones que llevaron a la gente tenían que regresar a la una de la tarde… y el que no se trepara tendría que regresar por su cuenta y riesgo.
Fotografías en la prensa consignan que, al iniciarse el discurso de Josefina, la tribuna estaba medio llena… 12 minutos después, quedó medio vacía.
–¿A poco el discurso de la candidata fue peor que el calorón?
El numerazo del domingo ratificó que los baños de pueblo no son afán del PAN… aunque se den en territorio pitufo.
Los estrategas pensaron que un mitin multitudinario al más puro estilo del viejo PRI o similar a los de Andrés Manuel, ayudarían a Josefina a ganar el voto de las masas… ese que al blanquiazul se le atraganta.
El domingo negro dejó al blanquiazul como un partido improvisado e inexperto… incapaz de responder a la mera hora.
Si Josefina necesitaba meter un golazo, azo, azo, para empatar el partido con el rival más fuerte, falló el tiro penal.
–¿Todo por culpa de Gil Zuarth?
El tropezón duele. Hay lesión.
Ya ni modo. Ahora el reto es ganar los partidos que le quedan… en la “liguilla” presidencial… aunque sea en repechaje.
MONJE LOCO: –¿Ya se les olvidó cuando Felipe Calderón llenó el Estadio Azteca hace seis años? –¿Será que el PAN es un partido de misas, no de masas? Nadie sabe, nadie supo…
Roberto Gil Zuarth está consternado.
El coordinador de la campaña de Josefina Vázquez Mota tomó malas decisiones. Sin querer queriendo, hizo naufragar el acto de protesta de la primera candidata presidencial panista de la historia… que habrá montado en la histeria.
Ni el apoyo de Margarita, no la esposa del Presidente, sino la diosa de la cumbia, sirvieron de mucho.
La penitencia de Gil Zuarth ha sido peregrinar por los medios de comunicación para flagelarse con toda la culpa del desastre del domingo negro en el Estadio Azul.
“Como cabeza del equipo tengo que asumir la responsabilidad de algo que pudo ser muy bueno y desafortunadamente salió muy malo”.
En una actitud infrecuente entre políticos, Roberto da la cara por haber echado el balón fuera... de la maldita cancha donde desde hace 15 años el Cruz Azul no levanta... la Copa.
Según Gil Zuarth, todo estaba puesto. Los autobuses llegaron a tiempo… con todo y 42 mil acarreados. Los simpatizantes “celestes” abarrotaron las tribunas.
–¿Qué sentido tenía hacer esperar a la gente cinco horas al rayo del sol para escuchar el largo discurso protocolario de José Espina, presidente de la Comisión de Elecciones del PAN?
–¿Era tan importante calentar más a la audiencia con la presencia de doña Isabel Miranda de Wallace?
–¿A quién le importaba tanto el mensaje del señor Maderito?
La asoleada era lo de menos. Protocolo mata sacrificio.
–¿Aunque derrita el entusiasmo?
El equipazo panista tampoco se dio cuenta de que los camiones que llevaron a la gente tenían que regresar a la una de la tarde… y el que no se trepara tendría que regresar por su cuenta y riesgo.
Fotografías en la prensa consignan que, al iniciarse el discurso de Josefina, la tribuna estaba medio llena… 12 minutos después, quedó medio vacía.
–¿A poco el discurso de la candidata fue peor que el calorón?
El numerazo del domingo ratificó que los baños de pueblo no son afán del PAN… aunque se den en territorio pitufo.
Los estrategas pensaron que un mitin multitudinario al más puro estilo del viejo PRI o similar a los de Andrés Manuel, ayudarían a Josefina a ganar el voto de las masas… ese que al blanquiazul se le atraganta.
El domingo negro dejó al blanquiazul como un partido improvisado e inexperto… incapaz de responder a la mera hora.
Si Josefina necesitaba meter un golazo, azo, azo, para empatar el partido con el rival más fuerte, falló el tiro penal.
–¿Todo por culpa de Gil Zuarth?
El tropezón duele. Hay lesión.
Ya ni modo. Ahora el reto es ganar los partidos que le quedan… en la “liguilla” presidencial… aunque sea en repechaje.
MONJE LOCO: –¿Ya se les olvidó cuando Felipe Calderón llenó el Estadio Azteca hace seis años? –¿Será que el PAN es un partido de misas, no de masas? Nadie sabe, nadie supo…
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