Álvaro Delgado
A las conductas fraudulentas en las elecciones internas del PAN del 19 de febrero –las exigencias de nulidad en 16 estados deberán resolverse la semana que comienza– se suman ahora las denuncias de militantes del Distrito Federal que acusan compra de votos, afiliaciones corporativas, uso de recursos públicos y rebase de gastos de precampaña.
Estas irregularidades en la elección de candidatos federales y las que están en curso para los locales se atribuyen al grupo que controla el PAN capitalino, encabezado por Mariana Gómez del Campo, sobrina política de Felipe Calderón; Jorge Romero, aspirante a jefe delegacional en Benito Juárez, y Obdulio Ávila, subsecretario de Gobernación. Este grupo se distribuye el Consejo Regional, el Comité Directivo Regional, las candidaturas a jefes delegacionales y los primeros lugares de las listas plurinominales para senadores y diputados federales y locales.
A la sombra de esta facción, que durante el actual sexenio se ha consolidado con afiliaciones masivas –a menudo fraudulentas–, ha crecido también la amorfa organización cristiana Casa Sobre la Roca, que lideran la diputada federal Rosa María de la Garza Ramírez, quien se hace llamar Rosi Orozco, y su marido Alejandro Orozco, director del Instituto Nacional para los Adultos Mayores.
En Benito Juárez, “la capital del PAN” como la llama Jorge Romero, está la sede nacional de ese partido y hace tres lustros la gobierna. En su propósito de ser candidato a jefe delegacional, Romero no ha escatimado recursos.
El problema es que el tope de gastos de precampaña es de 30 mil pesos y sólo con el dispendioso acto de inicio de su precampaña en el salón de fiestas Le Crillón, el 18 de febrero, Romero rebasó esa cantidad, conforme a cotizaciones de la empresa controladora del recinto, donde se congregaron más de mil simpatizantes que comieron, bebieron y fueron provistos de dípticos y pulseras propagandísticas.
Las evidencias de este rebase del tope de gastos, que implicaría la cancelación del registro como precandidato, fueron desechadas por la Comisión Electoral Delegacional del PAN, por lo que Alfredo Vinalay Mora, el contendiente que lo denunció, ya turnó la queja a la Comisión Nacional de Elecciones (CNE).
Según información obtenida por Proceso, la instancia local del PAN, integrada por allegados a Romero, desechó la queja sólo porque no le fueron entregadas facturas originales y desestimó las cotizaciones del acto, que incluía taquiza. Para mil personas el costo es de 213 mil pesos, y de 183 mil para 400.
Fue el propio Romero quien se ufanó de su convocatoria en su página de Facebook la tarde de ese sábado: “Gracias a los más de 1000 panistas que nos acompañaron en mi registro. ¡No tengas duda BJaGanar!”.
El coordinador de la precampaña de Romero, Mauricio Tabe, declaró el mismo día, según nota de El Universal, que el gasto había sido de sólo 20 mil pesos por la renta del salón, el equipo de sonido y las mantas. Si a esa cantidad se añade el costo de los objetos de propaganda, el tope de gastos queda rebasado: La empresa Marshall Agencia Lounge cotiza en seis pesos cada pulsera de tela, siempre y cuando el pedido sea de 3 mil piezas. Costo total: 18 mil pesos. Y el millar de dípticos, conforme a la misma empresa, cuesta 4 mil 900 pesos.
Pero en el lanzamiento de Romero hubo más que eso: Cuatro mesas de registro con tres personas por mesa, playeras con el apellido del precandidato estampado, un staff de 30 jóvenes y un equipo de logística integrado por otros 20, además de dos pantallas gigantes, circuito cerrado, seis lonas de seis metros de alto y una de 10 metros de largo.
También Gustavo A. Madero
Pero el grupo de Romero –exdirector de Coordinación de Gabinete y Proyectos Especiales de Benito Juárez–, de Gómez del Campo –quien se ubicó en el segundo lugar de la lista plurinominal de senadores sólo detrás de Ernesto Cordero– y de Ávila tiene también influencia directa en otras delegaciones, como Gustavo A. Madero.
Los operadores de la facción en la delegación son los hermanos Garrido López: César, director jurídico justamente de la delegación Benito Juárez, y Diego, presidente del PAN delegacional. Un tercero es Alan Adame, asesor de Gómez del Campo desde que ella presidió ese partido. Los tres están identificados como responsables de operar fraudulentamente para hacer ganar la candidatura por la diputación del segundo distrito federal a la profesora Gabriela Torres García por sólo ocho votos sobre Tito Omar Pacheco López, quien ya impugnó la elección.
Adame, presidente de la asociación civil Ayuda Mutua y amigo de Romero, supuestamente es el operador de la afiliación de personas de escasos recursos… aun sin su consentimiento y falsificando sus firmas.
A muchos de estos panistas, según quejas recogidas por el reportero, se les pagaron entre 500 y mil pesos para ir a votar en la elección del 19 de febrero, cuando Rosi Orozco ganó la candidatura a senadora plurinominal y a favor de la precandidata Torres García.
De hecho entre los panistas de Gustavo A. Madero se presume el contubernio de Adame con Alejandro Orozco, ya que por ejemplo en la colonia Santa Isabel Tola trabajan de manera conjunta, como se aprecia en dos mantas colocadas en el DIF de esa colonia.
Justamente el precandidato que perdió la candidatura a diputado federal por ocho votos presentó ante la CNE un recurso de inconformidad para anular la elección, debido a que el padrón del PAN tenía errores y omisiones que le impidieron votar a 27 miembros activos, lo que supera en más de tres veces la diferencia de votos que hubo entre el primero y el segundo lugares.
Además, según la impugnación, la lista nominal contenía a personas que renunciaron al PAN precisamente por haber sido afiliados sin consentimiento y cuya baja fue solicitada en tiempo y forma por Pacheco, aunque no se produjo.
En esta delegación tienen su feudo la diputada federal que se hace llamar Rosi Orozco y su esposo, Alejandro Orozco, quienes con Casa Sobre la Roca han seducido a Felipe Calderón y su esposa.
En el PAN se le atribuye a Rosi Orozco haber telefoneado a líderes panistas para votar por ella –quien respaldó a Cordero en su aspiración presidencial– como candidata a senadora y en favor de Carlos Flores, del equipo de Josefina Vázquez Mota. La propia Orozco, sin embargo, empleó el acarreo de militantes en la elección del 19 de febrero, cuando le ganó a Flores, quien sin embargo desistió de impugnar la elección.
La afiliación corporativa es, justamente, una de las características del grupo de Gómez del Campo y Romero, por el que han sido denunciados desde 2009 y con cuyo mecanismo han logrado controlar las candidaturas en Benito Juárez (Proceso 1812). Forman parte de este grupo también el exdirector de Participación Ciudadana en Benito Juárez, Christian von Roerich, candidato a diputado local por el distrito 17, y Luis Mendoza Acevedo, quien llegó a la presidencia delegacional del PAN bajo acusaciones de fraude.
En la precampaña en curso por candidaturas a delegados y diputados hubo una alianza del grupo de Romero con Federico Döring, quien del Senado busca pasar a diputado de la Asamblea Legislativa por el distrito 20, y cuyos adversarios son Julio Castillo López, hijo de Carlos Castillo Peraza, y su suplente Juan Pablo Gómez Morin, nieto de Manuel Gómez Morin, fundador del PAN.
Mientras que Castillo López y Gómez Morin recibieron el respaldo de Luis H. Álvarez el miércoles de la semana pasada, Döring convocó a medio centenar de militantes de la colonia Nápoles a una reunión, el 27 de febrero, en el hotel Vermont. Sólo asistieron siete.
Candidato de Oportunidades
Como Gómez del Campo, Gabriela Cuevas, Demetrio Sodi y José Luis Luege, Carlos Orvañanos aspiraba a ser candidato a jefe de Gobierno, pero la imposición de Isabel Miranda de Wallace lo frustró. A diferencia de las dos primeras, con las que peleó por cambiar su apoyo de Cordero a Vázquez Mota, tuvo que regresar a su puesto, en la delegación Cuajimalpa.
Desde el gobierno delegacional impulsa la candidatura a sucederlo de Camilo López Campos –exdirector jurídico y quien fue su coordinador de campaña en 2009– para la elección abierta en la que competirán otros cinco precandidatos: Kenia López Rabadán, José Manuel Rendón, José Antonio García Jiménez, Gabriel López León y Arturo Becerra Oropeza.
Ha comenzado el encono porque, según panistas de los equipos antagónicos, se pretende también usar recursos federales, como el programa Oportunidades, de la Secretaría de Desarrollo Social. Apenas el 25 de febrero en el Centro Cultural Delegacional se convocó a los operadores de Oportunidades en la delegación y Froylán Zamora González, responsable de atención de ese programa, presentó a López Campos como el precandidato a apoyar.
Esta intentona generó repudio, sobre todo porque López Campos, quien quedó a cargo de la delegación mientras Orvañanos estaba de licencia, ha sido acusado de extorsiones para levantar clausuras a giros negros.
Según panistas consultados, en la elección abierta de Cuajimalpa el grupo de Romero y Gómez del Campo respaldará a López Rabadán, mientras que en Miguel Hidalgo lo harán con Ricardo Pascoe, extrotskista y experredista. Pascoe rompió con Sodi y enfrentará a la diputada local Lía Limón, quien padece el desafecto de Gómez del Campo y de la familia Calderón por no apoyar la impugnación a la despenalización del aborto.
En Coyoacán, definido como el “imperio” de Obdulio Ávila, se perfilaba la candidatura única de Ezequiel Rétiz, pero repentinamente se inscribió José Alfredo Labastida Cuadra, exdelegado del Instituto Nacional de Migración en el Distrito Federal y habitante del Estado de México, a quien respaldan Romero y Gómez del Campo.
A las conductas fraudulentas en las elecciones internas del PAN del 19 de febrero –las exigencias de nulidad en 16 estados deberán resolverse la semana que comienza– se suman ahora las denuncias de militantes del Distrito Federal que acusan compra de votos, afiliaciones corporativas, uso de recursos públicos y rebase de gastos de precampaña.
Estas irregularidades en la elección de candidatos federales y las que están en curso para los locales se atribuyen al grupo que controla el PAN capitalino, encabezado por Mariana Gómez del Campo, sobrina política de Felipe Calderón; Jorge Romero, aspirante a jefe delegacional en Benito Juárez, y Obdulio Ávila, subsecretario de Gobernación. Este grupo se distribuye el Consejo Regional, el Comité Directivo Regional, las candidaturas a jefes delegacionales y los primeros lugares de las listas plurinominales para senadores y diputados federales y locales.
A la sombra de esta facción, que durante el actual sexenio se ha consolidado con afiliaciones masivas –a menudo fraudulentas–, ha crecido también la amorfa organización cristiana Casa Sobre la Roca, que lideran la diputada federal Rosa María de la Garza Ramírez, quien se hace llamar Rosi Orozco, y su marido Alejandro Orozco, director del Instituto Nacional para los Adultos Mayores.
En Benito Juárez, “la capital del PAN” como la llama Jorge Romero, está la sede nacional de ese partido y hace tres lustros la gobierna. En su propósito de ser candidato a jefe delegacional, Romero no ha escatimado recursos.
El problema es que el tope de gastos de precampaña es de 30 mil pesos y sólo con el dispendioso acto de inicio de su precampaña en el salón de fiestas Le Crillón, el 18 de febrero, Romero rebasó esa cantidad, conforme a cotizaciones de la empresa controladora del recinto, donde se congregaron más de mil simpatizantes que comieron, bebieron y fueron provistos de dípticos y pulseras propagandísticas.
Las evidencias de este rebase del tope de gastos, que implicaría la cancelación del registro como precandidato, fueron desechadas por la Comisión Electoral Delegacional del PAN, por lo que Alfredo Vinalay Mora, el contendiente que lo denunció, ya turnó la queja a la Comisión Nacional de Elecciones (CNE).
Según información obtenida por Proceso, la instancia local del PAN, integrada por allegados a Romero, desechó la queja sólo porque no le fueron entregadas facturas originales y desestimó las cotizaciones del acto, que incluía taquiza. Para mil personas el costo es de 213 mil pesos, y de 183 mil para 400.
Fue el propio Romero quien se ufanó de su convocatoria en su página de Facebook la tarde de ese sábado: “Gracias a los más de 1000 panistas que nos acompañaron en mi registro. ¡No tengas duda BJaGanar!”.
El coordinador de la precampaña de Romero, Mauricio Tabe, declaró el mismo día, según nota de El Universal, que el gasto había sido de sólo 20 mil pesos por la renta del salón, el equipo de sonido y las mantas. Si a esa cantidad se añade el costo de los objetos de propaganda, el tope de gastos queda rebasado: La empresa Marshall Agencia Lounge cotiza en seis pesos cada pulsera de tela, siempre y cuando el pedido sea de 3 mil piezas. Costo total: 18 mil pesos. Y el millar de dípticos, conforme a la misma empresa, cuesta 4 mil 900 pesos.
Pero en el lanzamiento de Romero hubo más que eso: Cuatro mesas de registro con tres personas por mesa, playeras con el apellido del precandidato estampado, un staff de 30 jóvenes y un equipo de logística integrado por otros 20, además de dos pantallas gigantes, circuito cerrado, seis lonas de seis metros de alto y una de 10 metros de largo.
También Gustavo A. Madero
Pero el grupo de Romero –exdirector de Coordinación de Gabinete y Proyectos Especiales de Benito Juárez–, de Gómez del Campo –quien se ubicó en el segundo lugar de la lista plurinominal de senadores sólo detrás de Ernesto Cordero– y de Ávila tiene también influencia directa en otras delegaciones, como Gustavo A. Madero.
Los operadores de la facción en la delegación son los hermanos Garrido López: César, director jurídico justamente de la delegación Benito Juárez, y Diego, presidente del PAN delegacional. Un tercero es Alan Adame, asesor de Gómez del Campo desde que ella presidió ese partido. Los tres están identificados como responsables de operar fraudulentamente para hacer ganar la candidatura por la diputación del segundo distrito federal a la profesora Gabriela Torres García por sólo ocho votos sobre Tito Omar Pacheco López, quien ya impugnó la elección.
Adame, presidente de la asociación civil Ayuda Mutua y amigo de Romero, supuestamente es el operador de la afiliación de personas de escasos recursos… aun sin su consentimiento y falsificando sus firmas.
A muchos de estos panistas, según quejas recogidas por el reportero, se les pagaron entre 500 y mil pesos para ir a votar en la elección del 19 de febrero, cuando Rosi Orozco ganó la candidatura a senadora plurinominal y a favor de la precandidata Torres García.
De hecho entre los panistas de Gustavo A. Madero se presume el contubernio de Adame con Alejandro Orozco, ya que por ejemplo en la colonia Santa Isabel Tola trabajan de manera conjunta, como se aprecia en dos mantas colocadas en el DIF de esa colonia.
Justamente el precandidato que perdió la candidatura a diputado federal por ocho votos presentó ante la CNE un recurso de inconformidad para anular la elección, debido a que el padrón del PAN tenía errores y omisiones que le impidieron votar a 27 miembros activos, lo que supera en más de tres veces la diferencia de votos que hubo entre el primero y el segundo lugares.
Además, según la impugnación, la lista nominal contenía a personas que renunciaron al PAN precisamente por haber sido afiliados sin consentimiento y cuya baja fue solicitada en tiempo y forma por Pacheco, aunque no se produjo.
En esta delegación tienen su feudo la diputada federal que se hace llamar Rosi Orozco y su esposo, Alejandro Orozco, quienes con Casa Sobre la Roca han seducido a Felipe Calderón y su esposa.
En el PAN se le atribuye a Rosi Orozco haber telefoneado a líderes panistas para votar por ella –quien respaldó a Cordero en su aspiración presidencial– como candidata a senadora y en favor de Carlos Flores, del equipo de Josefina Vázquez Mota. La propia Orozco, sin embargo, empleó el acarreo de militantes en la elección del 19 de febrero, cuando le ganó a Flores, quien sin embargo desistió de impugnar la elección.
La afiliación corporativa es, justamente, una de las características del grupo de Gómez del Campo y Romero, por el que han sido denunciados desde 2009 y con cuyo mecanismo han logrado controlar las candidaturas en Benito Juárez (Proceso 1812). Forman parte de este grupo también el exdirector de Participación Ciudadana en Benito Juárez, Christian von Roerich, candidato a diputado local por el distrito 17, y Luis Mendoza Acevedo, quien llegó a la presidencia delegacional del PAN bajo acusaciones de fraude.
En la precampaña en curso por candidaturas a delegados y diputados hubo una alianza del grupo de Romero con Federico Döring, quien del Senado busca pasar a diputado de la Asamblea Legislativa por el distrito 20, y cuyos adversarios son Julio Castillo López, hijo de Carlos Castillo Peraza, y su suplente Juan Pablo Gómez Morin, nieto de Manuel Gómez Morin, fundador del PAN.
Mientras que Castillo López y Gómez Morin recibieron el respaldo de Luis H. Álvarez el miércoles de la semana pasada, Döring convocó a medio centenar de militantes de la colonia Nápoles a una reunión, el 27 de febrero, en el hotel Vermont. Sólo asistieron siete.
Candidato de Oportunidades
Como Gómez del Campo, Gabriela Cuevas, Demetrio Sodi y José Luis Luege, Carlos Orvañanos aspiraba a ser candidato a jefe de Gobierno, pero la imposición de Isabel Miranda de Wallace lo frustró. A diferencia de las dos primeras, con las que peleó por cambiar su apoyo de Cordero a Vázquez Mota, tuvo que regresar a su puesto, en la delegación Cuajimalpa.
Desde el gobierno delegacional impulsa la candidatura a sucederlo de Camilo López Campos –exdirector jurídico y quien fue su coordinador de campaña en 2009– para la elección abierta en la que competirán otros cinco precandidatos: Kenia López Rabadán, José Manuel Rendón, José Antonio García Jiménez, Gabriel López León y Arturo Becerra Oropeza.
Ha comenzado el encono porque, según panistas de los equipos antagónicos, se pretende también usar recursos federales, como el programa Oportunidades, de la Secretaría de Desarrollo Social. Apenas el 25 de febrero en el Centro Cultural Delegacional se convocó a los operadores de Oportunidades en la delegación y Froylán Zamora González, responsable de atención de ese programa, presentó a López Campos como el precandidato a apoyar.
Esta intentona generó repudio, sobre todo porque López Campos, quien quedó a cargo de la delegación mientras Orvañanos estaba de licencia, ha sido acusado de extorsiones para levantar clausuras a giros negros.
Según panistas consultados, en la elección abierta de Cuajimalpa el grupo de Romero y Gómez del Campo respaldará a López Rabadán, mientras que en Miguel Hidalgo lo harán con Ricardo Pascoe, extrotskista y experredista. Pascoe rompió con Sodi y enfrentará a la diputada local Lía Limón, quien padece el desafecto de Gómez del Campo y de la familia Calderón por no apoyar la impugnación a la despenalización del aborto.
En Coyoacán, definido como el “imperio” de Obdulio Ávila, se perfilaba la candidatura única de Ezequiel Rétiz, pero repentinamente se inscribió José Alfredo Labastida Cuadra, exdelegado del Instituto Nacional de Migración en el Distrito Federal y habitante del Estado de México, a quien respaldan Romero y Gómez del Campo.
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