El acuerdo del asado

Las tribus grandes se comen a las pequeñas
Un batidillo cada vez más espeso

Miguel Ángel Velázquez / Ciudad Perdida


Por ahí de las 15 horas de ayer, en un restaurante muy cercano a la fuente de Las Cibeles, cuatro de las tribus con menor peso en el Consejo Estatal del PRD se reunieron para tratar de llegar a un acuerdo que permita limpiar el chuchinero en que se ha convertido la designación de candidatos a los diferentes puestos de elección en el Distrito Federal.

En la comida se hicieron sumas y restas, como las que se hacen en el PRD, y por fin se dieron cuenta de que unidas –Runi, Unyr, Foro Nuevo Sol y el grupo del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard– representan algo así como 75 consejeros, es decir, cuatro más que la corriente que encabeza el perversor Bejarano, que tiene 71, y siete más que los chuchos, con lo que podrían, cuando menos, guardar la representación que ostentan hasta ahora.

Eso es lo que se dice que pasó en la comida donde las carnes asadas con toque argentino se distribuyeron con generosidad. La cosa es que, al parecer, el asunto siguiente no quedó amarrado. Se trata de cómo se tendrían que retener los espacios que cada una de esas tribus ha construido en los territorios en disputa.

¿Cuánto podrá durar el acuerdo de los asados? Esa es la pregunta que salta siempre que los perredistas aseguran que todo está amarrado. Y es que no se puede perder de vista la ambición de las tribus mayoritarias, es decir, IDN y NI, que tienen su cocina por separado y se han repartido el DF como mejor les conviene.

Hasta donde sabemos, estos dos últimos protegieron sus intereses, es decir, las cuotas de dinero y posiciones, mediante una jugada simple: lo tuyo es tuyo y lo mío es mío y lo que sobre nos lo repartimos. Estrategia con la cual los otros cuatro grupos prácticamente dejarían de existir.

Y es esa estrategia la que puso en peligro la reunión de ayer por la tarde, porque si bien a cada quien le tocaría lo que su trabajo representa, ninguna de las tribus crecería, y eso no está en la agenda de los que buscan la hegemonía en esta ciudad.

Y mientras el batidillo se hace cada vez más espeso en el PRD –local y nacional–, Miguel Ángel Mancera, que según se dice no tiene oposición y ocupará la silla donde hoy se sienta Marcelo Ebrard, sin mayor congoja mira desde lejos, y con el pulgar y el índice apretando la nariz, todo lo que sucede en el partido que lo apoya para acceder al despacho del Antiguo Palacio del Ayuntamiento de la ciudad de México.

Pero ni así podrá Mancera deshacerse de las tribus, que luego de la elección harán fila, cada una por su lado, para cobrarle la factura. Hasta ahora Marcelo Ebrard no ha podido romper las inercias malsanas que se han enquistado en ese partido y han convertido casi a todas las delegaciones en verdaderos nidos de corrupción.

Tal vez lo mejor para Mancera sea no meterse en ese campo minado, pero alguna vez, en algún momento, tendrá que encararlos. ¡Suerte, matador!

De pasadita

Para los que gustan de hacer corajes o levantar banderas con eso de las encuestas, no estaría mal que le echaran un vistazo a dos sitios de Internet que han elaborado, por medio de la red, sus propias mediciones. Nos referimos a elmenospeor.com, que da 68 puntos a López Obrador, 28 a Josefina Vázquez Mota y sólo 11 a Peña Nieto. El otro sitio es uno que se hace llamar Urna Abierta, donde las cosas parecen más parejas. Según el sitio, de las siete mil 102 respuestas de cibernautas que por esa vía ha recibido, 38 por ciento votarían por AMLO; 30 por Josefina Vázquez Mota y 27.3 por Peña Nieto.

Si alguno de ustedes confía en las mediciones, sería bueno que visitara esos sitios, pero si les importa un comino, no se den por enterados. Total, si en verdad las encuestas son una fotografía del momento, cuando se difunden ya no son ciertas. Duerman tranquilos.

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